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Hyung Jun gimió de emoción al ver a Jung Min a lo lejos, movió las piernas con emoción, dio brinquitos y luego salió corriendo a los brazos de su prometido. La necesidad de tener más cerca a Park era inmensa, así que enrolló sus piernas en la cintura del otro para luego sentir como éste le tomaba las piernas.

- Mi hombre está más musculoso -le besó la cara- ¡Oh Dios, el cabello corto te luce tan bien, Jung Min hyung!

Jung Min sonrió dejándose llenar de besos y pronto bajo a su futuro esposo, lo tomó por la cintura y fundió sus labios con los de Hyung Jun.

- Me alegra tanto verte, Junnie.

- A mi también me alegra mucho verte -los ojos de Hyung Jun brillaron por las lagrimas- Ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que nos vimos.

Jung Min asintió peinando el cabello del más joven.

- Así es, bebé -afirmó.

El servicio militar los había separado físicamente, pero Jung Min había dicho que sus sentimientos estarían siempre conectados, y lo creía, pues habían desarrollado una nueva conexión indescriptible.

- ¡Te ves tan apuesto con ese uniforme, hyung! -chilló.

- ¿Verdad que si? -el soldado lo soltó y dio una vuelta, modelando el uniforme militar para su novio.

Hyung Jun rió y le tomó la mano a la par que jalaba del mayor para llevarlo a la sombra de un árbol. Muchas personas habían ido a saludar a otros soldados y el campo estaba casi lleno, pero Kim sentía que solo era él y Jung Min, así que decidió no prestarle mucha atención a las miradas.

- ¿Terminaste de ordenar nuestras cosas ya? -Jung Min preguntó mientras se deslizaba por el gran tronco del árbol para poder sentarse.

- Si -el menor hizo a un lado su bolso y se sentó entre las piernas del soldado -Me tomó más tiempo del que pensé.

- Me imagino que fue así -éste le besó la coronilla -Siento haberte dejado solo con esto.

- No es para tanto -Hyung Jun se acomodó mejor.

- ¿Cómo están tus padres?, ¿Cómo está Ki Bum?

- Están bien -contestó el joven- Ki Bum se ha ido a Jeju. Prometieron venir la próxima vez que te permitieran visitas.

Jung Min hizo un sonidito de afirmación y abrazó al ahora castaño fuertemente. Lo mimo un rato y compartieron palabras acerca de la boda.

- Aún te quedan 10 meses de servicio -el menor suspiro- Dime que al menos tendré mi boda militar.

Jung Min rió y negó con la cabeza.

- Estoy harto de la vida militar, quiero que nuestra boda sea al estilo civil.

- Hyung que malo eres, habíamos acordado que la boda sería militar.

- Olvida eso y mejor dime si trajiste el diario ese que te tiene pegado al techo durante las noches -dijo el mayor.

Hyung Jun dio un brinquito y asintió con una sonrisa a la par que tomaba su bolso para sacar aquella libreta.

- Déjame ver -Park tomó el diario y lo abrió- Un día antes de empezar el otoño no fuiste al bar -leyó en voz alta- ¿Quien no fue al bar?

- Young Saeng, hyung.

- Ah... -Jung Min se quedó viendo la escritura y elevó su voz para volver a leer.

Un día antes de empezar el otoño no fuiste al bar. Sentí tal ausencia a eso de las 11 de la noche y me di cuenta que me había acostumbrado a verte tras la barra sentado con un vodka o con un vaso con agua en la mano.

Para cuando el bar cerró, venías tú con aire de desaliento y puedo jurar que suspiraste al verme.

- Ya cerramos -te avise elevando las cejas a la par que sonreía.

- Dime que tienes vodka en tu casa por favor -negué.

- Tengo cerveza -respondí.

- Invítame una -tu cara fue de súplica.

- ¿Deseas entrar a mi pequeña casa?

Recuerdo cómo sonreíste mostrando tu perfecta dentadura.

- Solo vamos Hyun Joong-ssi.

No me acuerdo bien cuando nos volvimos cercanos, tampoco cuando mis días fueron conformados por tu presencia, ni mucho menos cuando empezaste a confortar mi vida...
Terminamos en mi casa, en la sala, con un montón de cervezas haciéndonos compañía.

- ¿Vives solo? -me preguntaste viendo una ventana.

- Mi hermano y mi madre viven al lado -y reíste junto a mi cuando terminé la oración.

- Digamos que si vives solo Hyun Joong-ssi.

- Si, digamos...

Hablamos de todo un poco. Supe que eras menor que yo por un año, que habías dejado la universidad porque tus padres querían que estudiaras otra cosa. No tenías hermanos, pero tenías dos perritos.

- ¿Puedo saber por qué siempre andas en la calle a altas horas de la noche, Young Saeng-ssi? -te pregunté.

Sonreíste con amargura, Dios, era una sonrisa muy triste.

- No me gusta estar en mi casa -fue tu respuesta.

- Vaya -le di otro sorbo a mi cerveza- Yo amo estar en mi casa.

- Créeme que no te gustaría si tienes a tu madre persiguiéndote por toda la vivienda, para decirte que empieces una dieta para una boda que no quieres.

- ¿Te vas a casar? -alce las cejas con sorpresa, fue un gesto que hice inconscientemente.

- Papá me va a casar, ni siquiera sé quien es el tipo -rodaste los ojos.

Que vida tan triste llevabas Saengie, espero al menos haberla mejorado un poco.

No tuve de otra que cambiar el tema y pronto el alcohol se nos subió... tal como tú te subiste a mi regazo y besaste mis labios sin permiso alguno.

Nos besamos en el sofá, en la cocina, en la mesa, nos acariciamos entre las paredes y nos desnudamos en el pasillo; la ropa quedó casi en la entrada de mi cuarto. Las cobijas quedaron esparcidas por la cama mientras gemías justo debajo mío. Mi cuerpo temblaba con el tuyo y ese acto fue la primera marca que dejaste en mi alma.

La primera de muchas.

Te amo. Siempre tuyo.

KHJ

- Me recuerda la primera vez que hicimos el amor -el menor suspiro dejando caer su cabeza en el hombro de su prometido.

- ¿Hablas de la vez que me encerraste en el baño del instituto? -Jung Min fingió un suspiro.

- ¡Yah! -Hyung Jun rió- Lo disfrutaste.

- Si, hasta que se me fue el celular por el retrete -ambos rieron y compartieron un beso.

Hyung Jun entendía cada vez más a Hyun Joong, pues Jung Min también dejaba marcas en su alma y podía decir que había más del mayor en su interior que de si mismo.

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