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- Haruko, dame las llaves del auto que me voy.

El nombrado despegó la vista del televisor y miró a su suegro con el ceño fruncido. El viejo Kim y Hyung Jun estaban de pie al lado del umbral de la puerta, el menor se veía intimidado y un poco avergonzado.

- ¿Las llaves del auto? -el japonés elevó ahora las cejas.

- El que se está quedando sordo aquí soy yo, Haruko -el mayor extendió la mano- Iré a ver a Saengie.

- Padre sabes qu...

- Dame las llaves, el joven Kim me llevará.

Haruko suspiró con fuerza y por fin le dio un vistazo a Hyung Jun, quien rápidamente hizo una reverencia para después posarse tras Hyun Joong.

- Me da gusto volverlo a ver, Hyung Jun.

- Igualmente Haruko-san... -susurró el menor en el idioma materno del hombre.

- ¡Laaaas llaaaaveeees! -Hyun Joong gruñó.

Haruko le lanzó las llaves a su suegro antes de que empezara a hacer pataleta y fue el joven Kim quien las atrapó.

- Bien, vamos Hyung Jun -el abuelo se dio vuelta para irse y Haruko interrumpió al joven diciéndole.

- Cuide de papá, y por nada del mundo lo vaya a dejar solo en el hospital, Hyung Jun.

- Sí.

Hyung Jun siguió los pasos de Hyun Joong que al parecer ya había salido de casa a la espera del menor.

- Sabes conducir, ¿cierto? -el viejo Kim le preguntó.

- Algo así, ruegue para no estrellarnos -contestó quitando el seguro de las puertas.

Abordaron el auto y Hyung Jun se aseguró de que el abuelo tuviera el cinturón de seguridad; le daba un poco de miedo conducir porque Jung Min, a pesar de ser un hombre muy valiente y amante de ciertos riesgos, siempre perdía color cuando su prometido iba al volante. Le decía que era algo brusco al manejar y le creía.

Después de poner el GPS, el menor se aventuró a conocer un poco más al señor Kim.

- ¿Solo tuvieron a la señora Hye Soo?

- De hecho era Hye Soo y un niño, esperábamos mellizos, pero Saengie enfermó y el pequeño no pudo aguantar.

Hyung Jun hizo una mueca y miró de reojo a Hyun Joong.

- Pero no nos sentimos tan vacíos. Al final del día tuvimos a Hye Soo -el hombre sonrió- Déjeme contarle algo, joven Kim.

- Soy todo oídos.

- Usted me recuerda a los días de juventud de mi esposo.
Luce igual que él, ¿sabe?

- ¿Por qué lo dice?

Hyun Joong solo alzó los hombros.

- Me da vergüenza decirlo, quizá cuando estemos en más confianza puede que se lo diga.

- Bien -aceptó Hyun Jun- Me halaga que diga eso, sinceramente.

- ¿Quien no se va a sentir halagado de ser comparado con el hombre más maravilloso de la tierra, joven Kim?, créame, Young Saeng es un universo y soy afortunado al ser el único astronauta que vive en su interior.

El menor sintió su corazón derretirse de amor por aquel comentario. No había duda de que Heo Young Saeng estaba con el hombre indicado.

Hablaron un poco más de ellos. Hyung Jun habló de su profesión como diseñador y Hyun Joong le comentó que su vida como músico surgió hasta el punto de volverse coach, le cantó algo y el menor se sintió dichoso al escucharlo. Era la voz de un ángel.
Tuvieron una charla profunda, cada uno mencionando a los hombres de sus vidas. Hyung Jun tenía claro que Hyun Joong era un hombre inteligente y sabio.

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