Hyung Jun salió del cuarto y tomó una maleta de Jung Min llevándola a la puerta mientras escuchaba a su novio hablar por celular. En cuanto lo tuvo cara a cara, le acomodó el uniforme.
- Si bueno, gracias. Hasta luego -Park apresurado colgó la llamada y no tardó en tomar a Hyung Jun por la cintura dejándole un beso en los labios.
- ¿Estarás bien? -el menor le acarició el rostro al soldado con un gesto de preocupación.
- Por supuesto -sonrió- Estoy tan fuerte como un roble -dejo otro beso en la boca ajena.
Kim gustosamente abrazó por el cuello a su prometido. Mentiría si dijera que no lo echaría de menos.
- Tengo que irme ya -el más alto susurró.
- Trata de enfermarte más seguido para tenerte aquí en casa -el más bajo escondió su rostro en Jung Min, quien soltó una risita por el comentario de su futuro esposo.
- ¿Quieres que me muera o algo así, Park Hyung Jun?
- ¿Sabes lo mucho que amo que pongas tu apellido con mi nombre? -sonrío.
- Quieres que muera -afirmó el otro.
- Déjate de tonterías y vete ya -se separó el menor- Te van a regañar.
- Espérame, solo faltan nueve meses, amor.
- Nueve meses...
- Si corazón, nueve meses.
Otro pequeño beso termino aterrizando en Hyung Jun.
- Te llamaré en la noche para que podamos leer el diario de Hyun Joong, ¿si?
- Estaré esperando tu llamada -el más joven sonrío.
El soldado le devolvió el gesto a su novio y abandonó la casa después de palabras melosas y un par de besos robados.
- Te amo -dijo Hyung Jun, despidiéndose de su chico, quien ya estaba abordando el taxi.
- Cuídate -el mayor agitó la mano.
Hyung Jun esperó que el auto se perdiera de vista para luego echarse a correr hasta su cuarto. Revolcó un poco las cobijas para así poder encontrar el diario; porque no, no iba a esperar a Jung Min hasta la noche para seguir leyendo la linda historia.
Pasó algunas páginas rápidamente y así hallar el punto final que había leído su prometido. Se acomodo más y enfocó la vista mejor.Aún puedo escuchar tus gemidos en mi oído. Todavía puedo sentir tus dedos clavarse en mi espalda y tus piernas enrolladas en mi cintura. Tengo tatuados tus besos en la piel y sobre todo el aliento que se te escapó mientras los dejabas regados.
¿Llegamos muy lejos en aquel entonces?
Para cuando desperté seguías a mi lado, boca abajo, desnudo, con los labios entre abiertos y la sábana tapando tu cadera. Tenía una obra de arte en mi cama...
Estábamos en plena madrugada y solo pude pararme de la cama en silencio para arroparte mejor e irme a la cocina. Calenté un poco de café y cuando lo estaba sirviendo tus manos aterrizaron en mi cintura y seguido llegaron tus labios a mi hombro.
- ¿Te desperté? -un susurro se escapó de mi boca sin yo quererlo.
- No -besaste suavemente el respaldo de mi oreja.
- ¿Quieres café? -te ofrecí.
Me soltaste, sonreíste y finalmente me alcanzaste una taza para poder servirte el café.
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El Diario
RomanceKim Hyung Jun tuvo la suerte de encontrar un diario, y el privilegio de leer la historia de Kim Hyun Joong y Heo Young Saeng.