El Diario

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Hyung Jun temblaba, temblaba muchísimo por culpa de los nervios. Estaba solo en el living a la espera de alguno de los Kim mientras también aguardaba por el nieto, quien muy sutilmente le había ofrecido café.

- ¡Hijo!, ¡¿dónde está en el joven Kim Hyung Jun?!

El mencionado trago saliva. Voz gentil, algo ronca... sin duda era alguno de ellos.

- ¡En el living, abuelo!

- ¡¿En cuál de los dos, tarado?! -refunfuñó.

- A-aquí señor Kim -el joven un poco más nervioso alzo la voz.

Un abuelo apareció por un entradilla que daba con el pasillo principal de la casa. Hyung Jun automáticamente se puso de pie e hizo una profunda reverencia.

- Buenas tardes, señor Kim.

- Joven Kim -el anciano rió; cuando Hyung Jun se incorporó vio que le ofrecían una mano para ser estrechada, y no dudó en tomarla volviendo a hacer ahora una pequeña reverencia- Es bueno conocerlo, soy Kim Hyun Joong.

Young Saeng era el que estaba enfermo entonces.

- Es un placer, señor Kim -soltó la suave mano de Hyun Joong.

- Dígame solamente Hyun Joong... tome asiento, no vaya ser que le salgan raíces ahí de pie, joven Kim.

Hyung Jun hizo caso inmediatamente a la par que veía a Kim sentarse cerca de él. Apretó la mandíbula y suspiró suavemente.

- Le prometí a Hye Soo atenderlo -el mayor inicio la conversación.

- Le rogaste a mamá para atenderlo, más bien -el nieto de los Kim apareció con una linda taza para entregársela a Hyung Jun y éste agradeció en voz baja.

- Cállate ya, chismoso -el mayor lo miró de mala gana- Retírate Lucas.

El menor hizo una reverencia antes de irse y Hyun Joong se acomodó mejor en la silla.

- Como le decía, joven Kim, yo le había prometido a mi nena atenderlo.

- Sí, sí -sorbió del café- Mi prometido pudo contactarse con su hija y bueno... tenía que venir personalmente a hablar con ustedes.

- ¿Es acerca de la casa?, puede devolverla y quedarse con ésta toda fea -zapateó con un pie, como haciéndole referencia a la casa nueva.

Hyung Jun se sonrojó y negó. Jamás especificó porqué iría a la nueva vivienda de los Kim.

- No, la casa nos encanta. Estamos o bueno, estoy muy feliz allí. Mi prometido solo pudo estar unos días allá debido a que estuvo enfermo, él se encuentra prestando servicio militar.

- ¡Ah~!, maldito servicio militar obligatorio -el mayor negó- Pero dígame, ¿qué lo trae por aquí entonces? No es que vivamos a la vuelta de la esquina...

Hyung Jun dejó la tacita en una mesa de estar que tenía el frente. Justo al lado del apoyabrazos estaba su maleta y encima de ésta, el diario.

- Vine a entregar esto, Hyun Joong -dijo el menor.

La boca de Hyun Joong se abrió en una pequeña "o", Hyung Jun solamente sonrió y le entregó el diario.

- G-gracias, Hyung Jun... -Hyun Joong lo tomó con las dos manos y con la mayor delicadeza posible- Hice un desastre buscando el diario.

Parecía que iba a llorar y aquello hizo sentir culpable a Hyung Jun. Debió devolverlo en cuanto lo vio.

- ¿Lo leyó, joven Kim?

- ¿Disculpe? -el otro sintió vergüenza, rápidamente tomó de nuevo la taza y prácticamente escondió la mitad de su rostro tras ésta; ¿que debía responderle?, a lo mejor y se enojaba si le decía que sí. Le dio un largo sorbo al café volviéndose a poner nervioso.

"¡Jung Min tenía razón, soy un chismoso!" Pensó o más bien, gritó a su subconsciente.

- ¿Lo leyó? -volvió a preguntar Hyun Joong.

Kim sintió que se iba a atorar con la bebida en cualquier momento. Apretó los ojos, bajo la tacita a una altura moderada y sonrió poniéndose rojo hasta las orejas.

No se había sonrojado tanto desde la última vez que su suegra y su cuñado lo pillaron a él y a Jung Min teniendo relaciones en la cocina.

- Yo... eh... mmh... no es que haya quer... sí -respondió cuando sintió que él aura de Hyun Joong cambiaba.

- No se asuste -el mayor río tapándose la boca con una mano- Para eso lo escribí, para que fuera leído por generaciones.

No le dijo burro pero le mostró el lazo. Por supuesto que sabía que se refería a las generaciones de su familia. Sintió vergüenza y mucha, pero su postura de pena desapareció cuando vio a Hyun Joong abrazando el diario con sentimentalismo, como si estuviera abrazando a una persona, a alguien especial; eso conmovió a Hyung Jun, se notaba a leguas que ese simple y viejo diario era muy importante para el viejo Kim.

- ¿Lo leyó todo? -aún abrazaba el diario con fuerza.

- N-no señor... pensé que era hora de devolverlo.

"¡Mentirosooo!, estabas esperando a que ellos te terminaran de contar la historia" Su subconsciente estaba siendo revoltoso y aquello lo ponía en una situación en la cual se sentía raro.

- Ya debes saber que mi nutria está enfermo -reconoció el apodo porque en más de una hoja lo llamaba así.

Sin embargo, Hyung Jun no dijo nada. Recordó algo que también había leído en las primeras páginas del diario: "Llave de mi vida"

Después de unos segundos, carraspeó y asintió.

- Si, la señora Hye Soo le comentó algo sobre eso a mi prometido.

- ¿Hace cuánto se comprometió? -el mayor sonrío.

- Hace unos 9 meses...

- El pedir la mano de alguien es hermoso. Es algo para recordar siempre.

Hyung Jun asintió dándole la razón.

- ¿Llegó a la parte dónde le propuse matrimonio a Saengie?

Ahora el joven negó, pero el anciano pudo ver como los ojos de Hyung Jun brillaban.

- ¿U-usted lo escribió? -preguntó.

- Sí.

- ¿Me dejaría leer solamente esa página?

Hyun Joong sonrío.

- ¿No le gustaría escucharlo mejor? -inquirió el mayor- Young Saeng lo recuerda como si hubiera sido ayer y además él puede contárselo... es decir, ¿no le gustaría visitarlo?

- SÍ -contestó inmediatamente.

El viejo Kim volvió a sonreír.

- Entonces vamos...