- Él solía sentarse en mis piernas cuando tenía un mal día -Hyun Joong dijo tras Hyung Jun, quien estaba viendo una foto que reposaba en una mesita, en donde podía verse a Young Saeng sentado en las piernas de su amado.
- ¿Qué edad tenían? -Hyung Jun sonrió tomando la foto para sentarse en el sofá.
- Ya no lo recuerdo -Hyun Joong se sentó al lado del joven, poniendo el mentón en el dorso de su mano que sujetaba el bastón- Eramos jóvenes, eufóricos y amadores.
- ¿Puedo hacer una pregunta, Hyun Joong? -el menor parpadeó repetidas veces.
- Por supuesto.
Hyung Jun pareció ponerse nervioso, movió los ojos de un lado a otro y mordió el interior de su mejilla antes de soltar algo.
- ¿Usted supo de alguna infidelidad por parte de Young Saeng?, es decir... no... usted... él... -chasqueó la lengua- Lo que quiero decir es, ¿hubo infidelidad?
Hyun Joong sonrió.
- La hubo -contestó.
- ¡¿Qué qué?!
- Joven Kim, puedo asegurarle algo, el tiempo lo cambia todo, pero... pero el amor tiene la misma dinámica -Hyun Joong se encogió de hombros- Tiene la misma dinámica y el mismo ciclo. El ciclo tiene dos opciones las cuales son el matrimonio o el desamor.
Hyung Jun asintió dándole la razón.
- Y la dinámica es soportar, compartir, admirar, apoyar y todo lo estúpido y positivo que tiene la vida -Hyun Joong creó un silencio que duró un par de segundos para finalmente volver a hablar- El amor es lindo, sí, pero no es perfecto.
El más joven sintió que en cualquier momento iba a estallar en un grito para exigirle a Kim que le contara aquella historia, pero no tuvo necesidad, pues Hyun Joong le despeinó el cabello riendo y suspiró.
- Fue 10 meses después de empezar a salir...
Young Saeng era muy amigo y amante del alcohol. Solía salir cada fin de semana con sus compañeros, sin embargo tuve varias charlas respecto a eso con él, pero parecía que le entraba mi mensaje por un oído y le salía por el otro.
- Hueles exquisito -le susurré una noche en su oído mientras él preparaba té.
Su reacción fue encogerse en sus hombros con una sonrisita en la boca, se lamió los labios y besó mi sien con cariño.
- ¿Llegaste hace mucho? -yo recién había despertado después de una larga tarde componiendo una que otra canción. Jale un cojín para apoyar mis rodillas frente la pequeña mesa comedor que estaba en la cocina.
- No hace más de tres horas. No quise despertarte, hyung -su respuesta fue en un hilo de voz a la par que servía los té en unas tacitas que tuve que comprarle porque quedó flechado con ellas- ¿Almorzaste antes de ponerte a hacer música?
- Sí -sonreí y amplíe más el gesto cuando dejó una tacita en la mesa para después poner sus labios en los míos. Se sentó a mi lado y apretó una de mis manos.
- ¿Y cuando podré escucharte cantar, hyung?
- Siempre lo haces -una risita salió de mi.
- Escucharte mientras te bañas no cuenta -me arqueó la ceja.
- ¿Por qué no? -pregunté- A acapella suena bonito.
- Oh my lord.
Besé su mejilla un par de veces, le abracé por los hombros y besé también su coronilla. Solo podía describir mi vida en una simple palabra: Afortunado.
- ¿Tienes planes para hoy, hyung?
- Los tengo. Debo escuchar el demo de un amigo mío y darle mi opinión.
- ¿No puede ser después? -hizo un puchero- Quiero salir contigo a bailar, a compartir...
- ¿Y por qué tú no dejas eso para después y te quedas a mi lado haciendo las correcciones?, descubrí que tienes buen oído, bebé.
- No quiero quedarme en casa...
Jamás quería quedarse en casa.
- Sal hoy, y... yo iré por ti en cuanto tengas suficiente -soné duro, tanto así que Young Saeng frunció el ceño con disimulo, pero no dijo nada, solo asintió.
Nuestra hora de té paso rápido y cuando menos me di cuenta, él se estaba poniendo una chaqueta mientras cerraba la principal con un pie. Antes de que se cerrara por completo, escuché que me decía un 'te quiero.'
Tuve que quedarme en el cuarto a la espera de que llegara la media noche para ir por Young Saeng al bar de siempre. Y digo que tuve que quedarme, porque extrañamente se me quitaron las ganas de trabajar; solo estaba allí, sentado en el borde de la cama con los codos sobre las rodillas y las manos enlazadas.
- ¿Salió sin ti? -papá había entrado al cuarto sin avisar.
- No quise salir.
- Nunca quieres -él sonrió.
- ¿Salía de esa forma antes de que yo viniera a vivir con ustedes, papá?
- No, sus fines de semana se iban en trabajar de mesero para la matrícula de su universidad. Luego se le fueron en hacer tu intento de estudio.
- Papá~ -lo mire con ganas de reír.
- Al menos fue un lindo regalo -cerró la puerta del cuarto mientras me decía que tuviera una buena noche.
El destino me había empujado a un chico con un ritmo de vida distinto al mío sin siquiera yo reconocerlo. Era lógico que salía cada vez que podía, por favor, yo fui su barman; le serví whisky, margaritas y ron hasta que quedara saciado o borracho.
Cuando desperté, estaba tirado de medio lado en la cama, y lo primero que hice fue prácticamente correr a la puerta porque sabía perfectamente que era más de medianoche. Estaba agitado para cuando llegué y él estaba apoyado en sus compañeros de la universidad... la chaqueta no la tenía puesta, el cabello lo tenía despeinado, su camisa estaba desabotonada y su rostro era adornado por un fuerte sonrojo.
- Está borracho... -asentí con un suspiro.
- Te tardaste más de lo habitual, Hyun Joong-ssi -Kyung Nam soltó a Young Saeng, quien bufaba por la risa que contenía- No pude controlarlo.
Extendí los brazos para recibir a mi borracho novio, él solo se tiro a mi y me abrazó.
- Hyung está aquí, ahora podemos seguir disfrutando la noche que es...
- No vamos a seguir nada, Young Saeng. Vamos a ir a casa -lo mire- Y vamos a dor... espera, ¡¿p-por qué tienes un chupetón en el cuello, Heo Young Saeng?!
- ...oops -susurró.
- No, no, eso no tiene sentido -Hyung Jun negó con la cabeza.
- ¿Que no tiene sentido, joven Kim?
- O sea, usted concluyó que Young Saeng lo engañó por un simple chupetón en el cuello -el menor frunció el ceño.
- En mis tiempos era más que suficiente. Su respuesta lo dijo todo y además, joven Kim, nadie le hacía un chupetón a Heo Young Saeng sin primero besarlo hasta el cansancio -Hyun Joong se puso de pie- ¿Quiere galletas de avenas?, son las que menos me suben el azúcar y no debo inyectarme la insulina para comerlas...
Hyung Jun tuvo que concluir que a Hyun Joong no le gustaba hablar sobre el pequeño engaño que hubo en su vida amorosa.

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El Diario
Roman d'amourKim Hyung Jun tuvo la suerte de encontrar un diario, y el privilegio de leer la historia de Kim Hyun Joong y Heo Young Saeng.