Capítulo 6

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Emilio

Tenía una sonrisa gigante en mi rostro, ya sentía mis mejillas doler, pero hablar con Joaquín por mensaje no tenía precio, se sentía increíble. Mi alfa estaba emocionado y yo también.

Omega<3: Bah, solo eres un egocéntrico

Yo: Si tengo que serlo para que me llames alfa, lo seré

Omega<3: Jajaja, estás loco

"Por ti", pensé, pero no lo escribí porque no quería asustarlo.

Yo: Un poco sí

Omega<3: Un poco?

Yo: Jaja, muy gracioso, Joaquín

Omega<3: Ahora quién regaña a quién?:c

Yo: Te perdono si me cuentas más sobre ti, omega

Omega<3: Jugemos a pregunta y respuesta, así también podré saber sobre ti

Yo: Está bien, yo empiezo. Cuál es tu canción favorita?, la mía es Count on me de Bruno Mars, al menos por el momento no puedo sacármela de la cabeza

Omega<3: Esa es una pregunta difícil, supongo que cualquier canción de Ariana Grande podría ser mi favorita. Cuál es tu serie favorita?

Yo: Shadow hunters, la has visto?, es lo mejor del mundo. Por qué decidiste estudiar diseño de modas?

Omega<3: Claro que la he visto, también es mi favorita!, siempre he pensado que la ropa es parte de nosotros, podemos expresar quienes somos mediante ella y me gustaría crear vestuarios que muestren mucho sobre las personas que los usan. Qué te gustaría estudiar?

Yo: Me gustaría ser químico farmacéutico. No sé si esto es personal para ti, no tienes que responder, ya encontraste a tu alfa?

Omega<3: No, mi omega es muy testarudo, no le agradan mucho los alfas

Yo: Estás diciendo indirectamente que no te agrado?

Omega<3: Claro que no, alfa!, me agradas

Yo: Entonces estás diciendo que podría ser tu alfa?;)

Omega<3: Emilio!, no es gracioso, con eso no se juega

Joaquín

Mi corazón golpeaba fuerte contra mi pecho, sentía mi cuerpo caliente y en mi mente solo se repetían las mismas palabras una y otra vez "Es una broma, está jugando, son bromas de amigos".

Estaba tan concentrado en calmarme y regular mi respiración que me asusté al sentir mi celular vibrar varias veces, vi la pantalla en la que entraba una llamada de Emilio. Con manos temblorosas respondí.

*Llamada*

—No estoy jugando, omega— su voz se notaba unos cuantos tonos más bajos, rozando la voz de alfa. En la tarde no se escuchaba tan grave, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo.

—Emilio, ¿estás bien?, tu voz suena rara— se notaba rasposa, como si la garganta le doliera, mi omega comenzaba a preocuparse de que el rizado hubiera enfermado.

—Sí, estoy bien— su voz salió un poco más grave y sin poder evitarlo un gimoteo escapó de mis labios, Emilio se aclaró la garganta. —Perdón, solo tengo la garganta un poco seca— su voz ya sonaba un poco normal, pero seguía rasposa.

—Deberías tomar agua ya, no hables, te vas a lastimar— sabía que tal vez mi preocupación era un poco ridícula, pero mi omega molestaba en mi pecho y no estaba pensando con claridad al tener que luchar para contenerlo.

Un timbre se escuchó al otro lado de la línea.

—Omega, te hablo luego, tengo que ver quién es— dijo Emilio distraído.

—Sí, está bien, pero ve y toma agua— mi voz salió un poco débil, no quería dejar de hablar con él.

—Lo haré, te lo prometo— silencio. —Mi alfa quiere que te quede claro que no estoy jugando, omega, es todo, adiós, duerme bien.

La llamada terminó, dejé mi celular en la mesa de noche que estaba al lado de mi cama y cubrí mis ojos con uno de mis brazos, suspiré y sonreí. La mezcla de sentimientos era aterradora y reconfortante en partes iguales.

Emilio

Bajé las escaleras con el ceño fruncido escuchando como tocaban con desesperación el timbre, pero mi precioso omega me había dicho que tomara agua así que fui por un vaso de agua a la cocina antes de ir a abrir la puerta.

Con el vaso de agua en mano caminé a la puerta dando pequeños tragos.

—Maldita sea, deja de tocar así el timbre— gruñí a la par que abría la puerta y veía a mi mejor amigo ahí parado con una maleta, ojeras más oscuras que la misma noche y sonrisa sincera. Diego Valdés, el único idiota que viajaría a casa de su mejor amigo en días de clases solo porque va a ser su cumpleaños.

—¡No mames Emilio, no era para que rompieras el vaso, animal!— su cara reflejaba puro miedo, miré al piso igual que él y vi el vaso que sostenía hace pocos segundos ahora en el piso roto en varios pedazos.

—¡¿Qué querías que hiciera cuando apareces así de repente?!— nos miramos a los ojos serios, cualquiera pensaría que estábamos enojados, pero nada más alejado de la realidad. Diego sonrió y soltó todo para brincar hacia mí.

—Maldito, te extrañé— ambos estábamos en el piso dándonos jalones de pelo y uno que otro golpe inofensivo. Diego era beta, pero nadie debería subestimar su fuerza.

—Yo no— respondí sonriendo, sabía que él notaría lo mucho que lo había extrañado sin importar lo que dijera.

—Sí claro, ahora dilo sin llorar— ambos nos carcajeamos y nos tumbamos en el piso uno al lado del otro.

—Tengo algo que contarte, no lo vas a creer— yo veía al techo blanco, pero sentí cómo Diego volteó su rostro para verme.


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Soy un asco haciendo capítulos largos, si han leído mis otras historias notarán que los capítulos que pasan las 700 palabras no son lo mío, así que les ruego un poco de paciencia hasta que me acostumbre.

Por otro lado, ¿qué han hecho en esta cuarentena?, ¿ya se desesperaron y se hicieron algo en el pelo?, yo sí:(, ahora tengo fleco JAJA, cuéntenme, me encanta leer sus comentarios <3

-Cam

Mi alfa || EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora