Capítulo 8

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—Ya basta Emilio, no es gracioso— hice lo posible para sonar duro y pareciera que funcionó cuando Emilio se separó de mí, mi omega se removió y comencé a sentir frío por todo el cuerpo, de todas formas ignoré el sentimiento.

—Perdón, es solo que me resfrié y estoy un poco por las nubes— sonrió avergonzado y yo solo le sonreí de vuelta. Me voltee para tomar unos caramelos de miel junto con algunas pastillas para el dolor de cabeza.

—Ven, vamos a pagar esto, te ves cansado y estás un poco caliente— toqué su frente para verificar que no tuviera calentura. —¡Emilio tienes fiebre!— él solo soltó una carcajada que lo hizo cerrar los ojos.

—No tengo fiebre, omega, los alfas tenemos la temperatura más alta que ustedes— sonaba sincero a pesar del rastro de burla en su voz, aun así quería tomar precauciones.

—Disculpe— llamé a una chica beta que pasaba por ahí. —¿podrías decirme si tiene fiebre?, es que yo tengo las manos llenas.

—Claro, no hay problema— se acercó y con cuidado tocó la frente de Emilio. —Su temperatura parece normal para ser un alfa, no te preocupes.

—Muchas gracias— sonreí y ella se fue después de un leve "no es nada".

Emilio tenía una sonrisa burlesca en su rostro, tomé su mano y sin decir nada me acerqué a la caja para pagar. El señor pasó los productos y dijo el precio sin voltear.

—Yo pago— Emilio trató de moverse para sacar su billetera, pero yo ya tenía el dinero en la mano así que pagué rápido, tomé las cosas y lo arrastré fuera.

—No esta vez, alfa. ¿Te acompaño a tu casa?, de verdad no te ves muy bien— tanto mi omega como yo estábamos preocupados por la mirada adormilada de Emilio, a pesar de que trataba de parecer normal se le notaba el cansancio y también se reflejaba en su olor.

—Vengo en mi carro, no te preocupes, mejor te dejo en tu casa— recargó su cabeza en mi hombro, mi omega me estaba regañando por no ayudarlo y necesitaba que se calmara.

—Está bien, vamos— levantó su cabeza y me sonrió, comenzó a caminar conmigo a su lado aun tomados de las manos. Nos detuvimos frente a un Jeep rojo, Emilio abrió la puerta de copiloto y me ayudó a subir.

—¿Cómo puedes manejar esto teniendo solo quince años?— pregunté cuando él subió. Emilio prendió el carro y respondió segundos después de sacar el carro del estacionamiento.

—Son las ventajas de tener un padre con dinero, supongo— levantó uno de sus hombros restándole importancia.

—O sea que... eh...— no sabía cómo decirlo, era demasiado vergonzoso. Emilio volteó a mirarme por un momento, pero luego dirigió su vista de vuelta a la carretera.

—Puedes decir lo que sea, Joaco, somos amigos.

—¿Los supresores los pagaste con su dinero?, eso está mal, ni siquiera te he devuelto el dinero— lo había olvidado por completo y sabía que esa cantidad me quitaría gran parte de lo que gano confeccionando ropa.

—No tienes que pagármelos, no te preocupes, son un regalo. No los pagué con su dinero, trabajo con él, yo surto los ingredientes de algunas cosas, me dan un límite de costo para cada ingrediente, si los consigo más baratos yo me quedo con la diferencia— todo lo explicaba tranquilo, como si hablara del clima.

—¡¿Por qué te hacen trabajar teniendo quince años?!— su rostro se tornó serio, suspiró y estacionó el carro en un Oxxo.

—Omega, no estoy muy seguro de qué te ha tocado vivir, pero lo más común es que los alfas marquen a su pareja entre los 16 y 19 años, no voy a marcar a un omega si no puedo ni siquiera cortejarlo con dinero que haya ganado por mi propia cuenta. Tengo quince años, sí, pero sigo siendo un alfa y me han educado mucho más de lo normal, ni siquiera necesitaría hacer la prepa o universidad porque ya sé todo lo necesario. Por favor, no me subestimes— estaba serio, pero su aroma era neutro, no parecía enojado. De igual forma mi omega decidió tomar el control y contentar a ese alfa que tenía enfrente y parecía ligeramente herido.

—Alfa, no quería ofender— ni siquiera pude terminar cuando Emilio me cargó sentándome en sus piernas y escondiendo de nuevo su rostro en mi cuello. —¿Alfa?, ¿Estás bien?

—Está bien, no pasa nada, es solo que no me siento muy bien dame unos minutos.

Me dediqué a oler el aroma de Emilio buscando un indicio de su celo, pero no había nada, así que no tenía que preocuparme, pasé mis dedos por sus rizos y Emilio inclinó un poco la cabeza para que siguiera haciéndolo, así que hice caso.

Estuvimos así unos pocos minutos hasta que Emilio dijo que se sentía mejor, regresé a mi asiento y en poco tiempo llegamos a mi casa luego de que le diera unas pocas indicaciones para que no se perdiera.

—Listo, estás en casa omega— se veía aún más cansado, no podía dejar que se fuera así, mi omega no podía permitirlo, tenía miedo de que le fuera a pasar algo por manejar así de cansado.

—Ven, vamos adentro, ¿quieres ver una película conmigo?— los ojos de Emilio brillaron a través del cansancio y asintió.

—Pero si me quedo dormido no será mi culpa— dijo.

—Puedes dormir el tiempo que quieras no te preocupes— respondí y Emilio bajó, rodeó el auto y me abrió la puerta ayudándome a bajar y también bajando las bolsas. Cerró el auto y entramos a la casa.



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Listo, capítulo del día. Habrán capítulos diarios, sin embargo, no sé cuántos serán por día, depende mucho de la inspiración que tenga y cuánto tiempo me demore planificando la historia. Espero lo disfruten.

El libro llegó a 10k y de verdad no lo puedo creer, no he parado de llorar de la emoción, me alegra mucho que les esté gustando lo que escribo a pesar de que no soy muy buena en esto. Mil gracias, en serio, haré lo posible para no desilusionarlos con esta historia. <3

Si tienen ganas de leer alguna otra historia, les agradecería mucho que pasaran por el perfil de  Betty_Bap, tiene historias increíbles y es la persona que me ayuda cuando tengo bloqueos de escritura:D

Los amoooooooo, bai

-Cam

Mi alfa || EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora