Mi alfa || Emiliaco

Capítulo 7

—¿Emilio Osorio enamorado?, vaya, creí que no viviría para ver esto— voltee confundido y el me miraba con una sonrisa divertida.

—¿Cómo te diste cuenta?— pregunté.

—Todo en ti lo grita, sonríes más, tus ojos brillan, estoy seguro que estabas hablando con esa persona porque apestas a protección. Emilio, no importa que tan buen mentiroso seas, nadie puede esconder cuando está enamorado— su sonrisa divertida seguía ahí, pero su mirada era una clara señal de apoyo.

—Supongo que no puedo darte la contra en eso— reí divertido. —Es mi omega, mi destinado— sonreí más grande si es que eso era posible y la cara de Diego cambió totalmente a asombro.

—¡Encontraste a tu pareja destinada, Emilio!, ¿cómo es?, ¿lo conociste en la escuela?, cuéntame todo idiota esto es increíble— su emoción era real, Diego y yo éramos amigos desde pequeños, nos consideramos hermanos, sabía que él compartiría mi felicidad.

—Es universitario, lo olí y luego gritó pidiéndome ayuda, trataban de abusar de él. No tienes idea de cuánto tuve que contenerme, fue demasiado difícil no matar a esos idiotas— el solo recordarlo hacia que volviera a enfurecerme.

—Emilio, ey, calma, él está bien y eso es lo que importa. Entiendo que te costara mucho, pero sabes que terminarías descubriéndote, imagino que no se lo has dicho.

—No, apenas nos estamos conociendo, no quiero que se asuste— Diego volvió a mirar al techo y yo me levanté para meter su maleta y cerrar la puerta. —Voy a limpiar el desastre del vaso, si quieres puedes ir subiendo, sabrás cuál es mi cuarto— Diego asintió, levantándose y tomando su maleta, yo caminé al cuarto de servicio buscando un recogedor.

Joaquín

Desperté por la alarma de mi celular, la apagué y decidí quedarme unos minutos en el celular, me había duchado antes de dormir así que solo me cambiaría de ropa. Al desbloquearlo pude ver un mensaje nuevo.

Emilio: Buenos días, omega

Lo había enviado hace media hora, ¿a qué hora comenzaban sus clases?

Yo: Buenos días, Emi

Emilio: Dormiste bien?

Yo: Sí, y tú?, ya estás mejor de la garganta?

Emilio: También dormí bien, mi garganta ya está mejor, no te preocupes

Yo: Está bien:c

Yo: Qué desayunaste?

Necesitaba información para saber qué tipo de pastel podía hacerle, comenzar a hablar de comida debería darme algo de información.

Emilio: Pan tostado con mermelada de fresa, a qué viene esa pregunta?

Yo: Parece que te gustan mucho las fresas, jajaja

Decidí que ignorar su pregunta era la mejor decisión, al menos por el momento.

Emilio: No tienes idea, estoy obsesinado, me encantan

Yo: A mí no me gustan tanto, no creo que sean muy dulces, prefiero cosas dulces como el chocolate, el pastel de chocolate es lo mejor

Emilio: No quiero decirlo así, pero estás loco, el pastel de fresa es el mejor del mundo

¡Bien!, el pastel ya está decidido

Yo: Amaría decirte todas las razones por las que estás equivocado, pero debo alistarme para ir a la universidad, adiós!

Emilio: Baja primero a desayunar, creo que tienen algo para ti abajo

Yo: De qué hablas?

Emilio: ;)

Hice caso y bajé, desde el recibidor notaba un olor fuerte emanando desde la sala, caminé hacia allí y encontré una camisa, bastante grande para mí y obviamente de Emilio.

Yo: Qué hace esta camisa en mi casa?

Emilio: Dijiste que no te agradan los alfas, puedes usarla, te ayudará a que no se acerquen

Yo: Claro que no se acercaran, huele a alfa!

Emilio: Es solo una opción, ya sabes, somos amigos y no me gustaría que molestaran a mi amigo

Yo: Oh, bueno, gracias Emi

Emilio: No es nada, anda apúrate porque vas a llegar tarde

Iba a preguntar cómo él sabía eso, pero mejor lo dejé estar y subí a mi habitación a alistarme para otro día de clases.

• • •

Al salir de clases volví a mi casa para dejar mis cosas de la escuela, tomé algo de dinero y salí camino al supermercado, necesitaba comprar las cosas para el pastel, lo haría mañana, pero prefería tener ya todos los ingredientes pues mañana haría entregas de ropa durante varias horas de la tarde.

Caminé por los pasillos leyendo la lista de ingredientes y echándolos al carrito, algunos de ellos fueron claramente fresas, extracto de vainilla, leche, jarabe de fresa, betún de vainilla, entre otras cosas.

Todos se alejaban un poco al olerme, el olor de Emilio era muy fuerte, demasiado como para ser de un alfa de 15 años, bueno casi 16, pero seguía siendo demasiado fuerte.

Estaba buscando la mantequilla cuando mi omega comenzó a alterarse, mierda. Me asomé al siguiente pasillo y ahí estaba Emilio sosteniendo un paquete de galletas, comenzó a olfatear el aire así que me moví rápido y caminé a la caja, en el camino encontré la mantequilla y para cuando Emilio se acercó a mí yo ya tenía todo dentro de una bolsa de tela.

—Hola Joaco— su voz aún sonaba un poco ronca y eso molestó a mi omega.

—No hables, ven— pagué sus galletas y cuando Emilio intento hablar, voltee a verlo enojado, se calló. Lo tomé de la mano arrastrándolo fuera del supermercado, enfrente había una farmacia, llegando ahí lo solté y busqué dulces de miel para la garganta.

—¿Me vas a dar dulces como a los niños?— dijo divertido.

—Eres un niño— le respondí cortante, pronto sentí cómo su aroma se volvía amargo, pero no era enojo, era tristeza. Me voltee con el corazón apretado y casi caigo de rodillas al ver su expresión herida. —No es algo malo— aclaré rápido —yo prefiero los dulces y creí que tú también, lo siento mucho, no sé por qué mi omega se molesta.

El aroma de Emilio volvió a la normalidad un poco, se acercó a mí y me abrazó escondiendo su rostro en mi cuello.

—Hueles menos— lo dijo bajo, como si se lo dijera a él mismo.

—Tal vez sea porque no estoy en celo, tonto— respondí intentando ser gracioso, a pesar de que un rubor cubría mis mejillas por completo.

—Aun así hueles bien— respondió.

—Solo lo dices por tu obsesión con las fresas— ahí sí solté una risa.

—¿Y de dónde crees que salió mi obsesión, omega?

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Lamento decirles que tengo que hacer que sufran un poco y hasta dentro de un lado subiré otro cap porque voy a comer, ojalá disfruten esté;)

Pero no se preocupen ahora sí no tengo motivos para dejar de actualizar por varios días, actualizaré tanto que hasta se hartarán de mí

-Cam