Capítulo 17

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El aroma de Emilio comenzaba a mostrar nerviosismo, entonces noté que me había quedado en silencio por un rato mirando el collar y luego a Emilio una y otra vez. Quería esto, quería a Emilio, no podía evitarlo siendo él mi pareja destinada, sentía que lo conocía desde siempre cuando en realidad no sabíamos demasiado el uno del otro; a pesar de eso, tenía miedo, porque veía esos precioso ojos oscuros y podía notar que había algo más.

—¿Estás seguro que quieres cortejarme?— no era eso lo que quería preguntar, él lo comprendió.

—Quiero que estés seguro de querer pasar el resto de tu vida conmigo, eres mi pareja destinada, moriría antes de hacerte daño de cualquier tipo. En serio quiero que seas feliz, Joaquín, si no puedes serlo conmigo, entonces no quiero atarte antes de tiempo— podía notar el dolor en su mirada, pero también sabía que era sincero. Mi omega comenzó a aruñar mi pecho al ver la mueca triste de Emilio, exigiendo contentar al alfa, casi sentía su tristeza como mía.

—Me encantaría ser cortejado por ti, alfa, solo porque sé que siempre serás tú a quien elija, mi omega te ha elegido en cada vida y yo te vuelvo a elegir en esta, tenemos todo el tiempo del mundo para crear una historia bonita, ¿no?— una sonrisa se formó en su rostro, sus ojos volvieron a brillar y todo en él parecía tener más energía. —¿Me ayudas a ponerme el collar?— asintió, tomando el delicado collar de mis manos, yo me di la vuelta y pronto sentí el frío metal tocar mi piel, el collar tenía un largo medio, no era tan largo como mi collar plateado ni tan corto como la gargantilla negra que traía puestos.

—¿Te gusta?— dijo Emilio en un tono bajo. Volví a voltearme para estar cara a cara.

—Me encanta, casi tanto como tú— nuestros cuerpos muy cerca, nuestras narices ronzando y una nueva canción de fondo formaron la atmósfera perfecta para nuestro segundo beso, tan dulce, calmado, como una promesa de eternidad que no quería que acabara, era un beso con sentimientos, simples labios rozando y que causaban esta sensación hilarante que nunca podría describir completamente. En ese beso me di cuenta que cosas malas podrían venir, pero estaríamos bien mientras esta magia estuviera intacta.



• • •



Estaba sentado en la cama de Lucas, se había vuelto mi primer amigo desde que entré a la universidad, gracias al proyecto comenzamos a hablar mucho y pronto nos tomamos demasiada confianza en muy poco tiempo.

—¿Entonces cuando te pedirá ser su novio?— preguntó Lucas con una mueca de exagerada exasperación. —¡Son destinados!, no sé qué espera.

—Es lindo que me corteje, aunque ya van varias citas y ni siquiera me ha besado bien, además cuando hay un silencio pareciera que quiere decir algo, pero se queda callado— me tumbé en la cama con mi cabeza dando vueltas a la actitud de Emilio.

—Tal vez debas preguntarle, puede haber algo que no sabe cómo decirte— dijo Lucas recostándose a mi lado-

—No hay nada tan malo como para que no pueda decírmelo.

—Quizá no es malo, pero le da miedo que para ti lo sea, me refiero a que ya van once citas, su cortejo terminará antes de navidad y no sería bueno que él siguiera preocupado— sentí como me daba un pequeño empujón en el hombro, esa era su forma de animarme.

—Hoy hablaré con él, es mi alfa, no tiene nada de qué preocuparse— justo cuando terminé de decir eso, mi celular comenzó a sonar, era Emilio.


*Llamada*

—Hola, omega, estoy fuera de la casa de Lucas— su voz me hizo sonreír de inmediato.

Mi alfa || EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora