Bajo el cielo estrellado

Prólogo

Prólogo
La noche parecía triste; el cielo estaba despejado, no había ni una sola estrella a la vista y la luna no estaba presente, era una combinación de misterio y tranquilidad, pero al mirarlo directamente me causaba inquietud por alguna razón, no se sentía correcto.

Era un sábado por la noche, caminaba por la calle acompañada de mis amigas después de pasar la tarde en un boliche por el cumpleaños número catorce de Alison; ellas conversaban tranquilas mientras yo pensaba en el cielo para distraer mis pensamientos del hecho de que regresaba a casa tres horas después de la que mi madre me había ordenado que llegara; pero esa no era mi única preocupación, sino el hecho de que Andrés se encontraba ahí, ya que mi hermano Jonathan lo había invitado, el pensar en él causaba que mis manos se pusieran sudorosas y que mi cabeza se hiciera un lío al tratar de idear una forma de llamar su atención.

En cuanto me dirigí a la cocina, escuché voces y risas provenientes de ahí, estaba a punto de entrar cuando la conversación llamó mi atención y decidí quedarme escondida a escucharla.

—No sé qué es lo que tiene Emma...— Empezó Andrés. Me acerqué un poco, intrigada al escuchar el nombre de mi hermana y comprender que la conversación trataba de ella.— No es como las otras chicas.

—¿A qué te refieres? — Le preguntó Miguel.

—No me digas que no lo has notado. Además de que es natural...— Antes de que pudiera continuar, su amigo lo interrumpió.

—¿Con natural a qué te refieres?

—Ya sabes, no usa mucho maquillaje. No me gustan las chicas que usan maquillaje.

Me tensé un poco y llevé mi mano a mis labios color carmín.

—No me digas que juzgas a las personas por si usan maquillaje o no.

—No es eso. Es sólo que no me gustan las chicas que usan mucho maquillaje.— Explicó el pelinegro.

Por alguna razón sentí eso como si fuera un ataque personal y me dolió.

—¿Con eso te refieres a Rebeca? ¿es por eso que no te agrada?

Me acerqué un poco intentando escuchar mejor, pero con cuidado de no ser vista. La ansiedad y miedo por su respuesta me recorrió por completo.

—No es por eso, no me agrada porque siempre anda detrás de mí, es insoportable, ella no es mi tipo; aún con todo el maquillaje que usa no llega a ser más bonita que Emma.

Asombrada y dolida me alejé del lugar; me sentía humillada pero sobre todo herida. Mis piernas temblaban y un nudo invisible se apoderó de mi garganta. También estaba enojada con mi hermana, ella sin siquiera hacer algo me quitó a Andrés, ¡y ni siquiera le gustaba! no era justo.

No estoy segura de si me dolió tanto por mi orgullo herido o por de quien vino la crítica; pero lo que sí sé es que esa fue la última vez que intenté hacer algo cuando me gusta alguien, también la última vez que usé maquillaje.

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Editado: 7-julio-2021