Capítulo 23-Millie y Alex

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Salté en mi lugar sorprendida cuando otro rayo se vio reflejado en la ventana, llevaba más de una hora lloviendo y no se veía cerca el momento en el que saldría el sol, lo cual eran malas noticias para mi ya que la lluvia y yo no nos llevábamos bien. Suspiré profundamente acomodándome en mi lugar y extendiendo las mangas de mi suerte sobre mis brazos, al menos el día era fresco, ya que repudio al calor tanto como a la lluvia.

Un relámpago resonó demasiado fuerte causándome temor, y segundos después se escuchó un fuerte y desesperado golpe en la puerta, provocándome aún más miedo. Diferentes posibles escenarios comenzaron a pasar por mi cabeza, desde un asesino en serie hasta un fantasma, por lo que me escondí dentro de la sabana con la que me cubría; ¿quien toca la puerta a las nueve de la noche en medio de una tormenta? La única respuesta que se me ocurrió fue un ladrón...pero ¿por qué un ladrón tocaría la puerta de tu casa para robar? El sentido común comenzó a regresar a mí y estirándome me levanté del sillón haciendo el cuaderno que estaba en mi regazo a un lado. En cuanto abrí la puerta pude ver la figura de Millie empapada, la imagen era triste, parecía un cachorro empapado.

¿Qué podría hacer Millie aquí? Una parte de mi me susurró con temor que esta no era Millie, sino un demonio cambia formas haciéndose pasar por ella... soy consciente del hecho de que no se razonar cuando tengo miedo.

—Hola, perdón por venir aquí tan tarde, tu casa estaba cerca y no tenía otro lugar a donde ir...— dejó de hablar y las lágrimas comenzaron a correrle en el rostro, yo estaba pasmada sin saber que hacer. — Y-yo... Andrés y yo estábamos en su auto, comenzamos a discutir, él estaba enojado y me pidió que me bajara, no creí que fuera a dejarme ahí en medio de la lluvia, pero él no regresó y lo único que tenía cerca era tu casa...¿puedes llamarle a Alex, por favor?

Por fin fui capaz de reaccionar.

—Millie, hola, pasa. — le pedí mientras la dirigía al sillón y la ayudaba a sentarse ahí mientras la cubría con la sabana que reposaba en este.

Sabía que Andrés era un idiota y un patán con todo el mundo, pero ¿era así incluso con su novia? creía que su relación era distinta, considerando el como la rubia se expresaba sobre él, supuse que Andrés era diferente con ella. Algo que no hacía mucho sentido para mi era el porqué Millie me pidió hablar con Alex y no con Jonathan, el cual era su amigo; tal vez se confundió de nombre, o quizás no quiere involucrarlo a él en este problema cuando él es amigo de ambos; sea como sea tenía que ayudarla, ella estuvo ahí para mi cuando pasó el asunto de Isaac; sacudí mi cabeza tratando de no pensar en eso, ya había pasado un tiempo desde la ultima vez que tuve pesadillas en las que él era el protagonista.

Alexander bajó en cuanto me escuchó gritar su nombre; el momento en el que Millie lo vio, ella salió corriendo en su dirección y lo abrazó como si su vida dependiera de eso, mi hermano le devolvió el abrazo con la misma intensidad sin importarle el que ella estuviera empapada.

—Los dejaré solos.— dije y en seguida salí de la sala.

Estaba en el comedor de mi casa acompañada de mis tres amigas, llevábamos más de una hora tratando de repasar para los exámenes finales que estaban cerca, pero el tener a Alexander y Millie sentados en el sillón riendo demasiado alto causaba que nos desconcentráramos; siempre que Alexander estaba cerca Millie lo acompañaba, se habían vuelto inseparables y la verdad no estaba segura de como sentirme al respecto, el comportamiento de ambos no es nada amigable, hasta donde yo sabía Millie está enamorada de Andrés y dudo que sus sentimientos cambien de la noche a la mañana; pero supongo que mi hermano era consciente de esto, y por mas que me preocupara no era mi asunto.

—¿Qué está pasando?— preguntó en un susurro Alison, mirando fijamente a la pareja frente a ella. Maya la miró mal y Claudia la ignoró por completo; claramente ahora no era el momento para hablar sobre ellos, no cuando están en la misma habitación que nosotras.

Bajo el cielo estrelladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora