Capítulo 21

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Capítulo 21

Draco estaba frunciendo el ceño desde la cama, con las manos cruzadas debajo de la cabeza.

—Harry, ¿no puedes quedarte en casa?

Harry puso los ojos en blanco y sacó la cabeza a través del suéter verde, revolviéndole el negro cabello aún más.

—Draco, deja de llorar; le prometí a Ginny que hablaría con ella y eso es lo que voy a hacer —contestó él.

—Aún no confío en ella —murmuró Draco y frunció el ceño.

Harry se inclinó para darle un beso en la boca.

—Lo sé; me lo has repetido durante toda la semana pasada. Pero en serio, Draco, ¿qué posible daño puede hacerme? —rió entre dientes él.

Los labios de Draco se apretaron hasta formar una línea fina y arrugas de preocupación aparecieron en su frente. Weasley podía hacer mucho daño si quisiera. Él no dejaría que ella se interpusiese en su relación con Harry; sabía que podía confiar en el moreno, pero aún así... No hacía demasiado tiempo que eran pareja y aún no estaba consolidada. Sin embargo, tenía que confiar en Harry, nunca le engañaría, ¿no?

—Regresa tan pronto como puedas—murmuró Draco.

Harry sonrió y dijo:

—Por supuesto —se fue a girar, pero Draco, con su mano, le agarró alrededor del cuello y lo besó como si la vida le fuera en ello. Cuando Draco quedó satisfecho ante el aturdimiento de Harry, sus labios se abrieron paso al suave y bronceado cuello del moreno y seleccionó una parte más arriba del cuello del suéter y comenzó a succionar y morder en él, hasta que un moratón oscuro apareció. Sólo entonces, Draco lo dejó marchar.

Con aire de suficiencia, Draco notó que el chupetón sería visible para todo el mundo que viese a Harry. Ahora, todo el mundo sabría que su Salvador tenía dueño.

Frunciendo el ceño, Harry se llevó su mano al cuello, y aunque no podía sentir el chupetón, claro está, sabía que se encontraba allí.

—Draco...—dijo con desaprobación.

El otro hombre se encogió de hombros.

—¿Qué?

El moreno suspiró y negó con la cabeza, pero no se molestó en contestar.

—Te veré más tarde —dijo y se dio la vuelta.

—De acuerdo —sonrió Draco.

Harry sonrió fugazmente antes de salir de la habitación.

El rubio suspiró y miró hacia el techo, mordiéndose el labio inferior, una costumbre de su infancia que nunca se había ido del todo. Todo lo que tenía que hacer era confiar en Harry, era más fácil decirlo que hacerlo, por desgracia.

Teddy levantó la mirada de las piezas que compartía con Scorpius. El pequeño de los Malfoy le preguntó tímidamente si quería jugar con los bloques de nuevo y como Teddy ya había finalizado sus deberes y no tenía nada más que hacer, estuvo de acuerdo.

—¿Qué es eso, papá? —le preguntó curioso. Notó una mancha oscura en el cuello de su padre y se preguntó si se había hecho daño.

Su padre le sonrió.

—He quedado con Ginny para hablar. ¿Quieres venir conmigo?—le propuso Harry.

Teddy se tensó y con las manos apretó los pantalones. ¿Ginny quería hablar con su padre? ¿Por qué? No había sabido de ella durante años después de que su padre la dejase, ¿por qué iba a ser diferente esta vez? Nunca le gustó. Jamás le había gustado esa mujer y seguramente ahora tampoco. Ella había hecho daño a su padre; y era algo que no podía perdonar. ¿Y la comadreja pensaba que podía volver a sus vidas? Estaba equivocada; Teddy nunca la aceptaría de nuevo en su vida, y por esa razón, ni en la de su padre. Si ella seguía intentando meterse en sus vidas como un gusano, Teddy sólo tendría que demostrarle que no era bienvenida. Pero sólo lo haría cuando estuviese seguro de sus intenciones.

Will you be my daddy? (Traducción autorizada por FanofBellaandEdward)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora