Capítulo 8

2.9K 310 245
                                    

-Gaara, ¿ya terminaste?- preguntó un Naruto completamente impaciente e insistente.

-Dame un segundo- respondió con cierto esfuerzo en la voz.

Era sábado por la mañana, el día anterior las notas de los exámenes habían sido entregadas y se inició la semana de descanso, lo que significaba que los alumnos podían volver a sus casas en ese tiempo. Naruto había ido a pasar la noche con Gaara para salir junto con él y sus dos hermanos hacia el lugar donde se encontrarían con todo el grupo e iniciar su pequeña aventura en la playa.
Todos habían confirmado su asistencia y la hora de que partieran se hacía cada vez más próxima, lo que explicaba la impaciencia del rubio.

Gaara terminó de cerrar su mochila con todo lo que necesitaría para ese fin de semana y se la colgó en la espalda. Estarían en la casa de playa de Kiba hasta el lunes por la mañana, día en que tendrían que volver, pues algunos que no habían recibido notas muy favorables en los exámenes tendrían que asistir unas cuantas horas a la universidad para pasar unas clases de nivelación. Personas como Naruto, por ejemplo, estarían en esas clases.

-Listo- mencionó el pelirrojo.

-Ya era hora, ¡vamos!- exclamó el rubio en un salto. Ambos salieron de la habitación de Gaara cerrando la puerta a sus espaldas y bajaron a la sala, donde Temari y Kankuro los esperaban con todo listo sentados en los sofás.

-Vaya que se tomaron su tiempo- se quejó Kankuro.

-Ay no fue mi culpa, Gaara se tarda mucho- bufó Naruto.

-Al menos no soy el último en despertar- se defendió el pelirrojo.

-¿¡Qué dijiste!?- exclamó desafiante el rubio.

-Ya chicos- los detuvo Temari entre risas.

-Vámonos, deben estar esperándonos en casa de Kiba.

-Tienes razón, vamos- dijo Gaara.

Salieron todos juntos de la casa y caminaron unas cuadras hasta el metro. El día era perfecto para ir a la playa. El sol brillaba con intensidad y el cielo estaba increíblemente despejado dejando descubrir un lienzo gigantesco pintado de celeste. Entre el camino, Gaara no pudo evitar darle una mirada al hermoso manto que lo cubría desde arriba. "Ese brillo, me recuerda a..." Pensó por un momento pero se detuvo. Inevitablemente volvía a su mente aquel pelinegro de cejas pobladas, cuya mirada se asemejaba al sol que calentaba su piel. No pudo evitar sonrojarse ante aquel pensamiento. Naruto notó las mejillas ruborizadas de su amigo y sintió cómo la curiosidad lo consumía.

Tocaron la puerta de la gran casa frente a ellos. Por fuera parecía un lugar muy acogedor. Tenía un patio gigantesco lleno de plantas de todo tipo. Pero eso no era todo, se podían escuchar ladridos de muchos perros por dentro de la casa.

-¿Segura que esta es la casa, Temari?- preguntó Kankuro.

-Claro que sí, recuerda que la familia de Kiba es fanática de los perros- dijo antes de tocar la puerta. No tuvieron que esperar mucho para que ni bien la puerta se abriera, saliera un hermoso perro blanco a toda velocidad saltando directamente hacia Naruto, haciéndolo caer al suelo.

-¡Ah! ¡Quítenmelo de encima!- dijo tratando de evitar la lengua del perro que no dejaba de lamerle la cara.

-Vaya, finalmente, los estábamos esperando- saludó Kiba apareciendo en la puerta. -Jaja, parece que le caíste bien a Akamaru, Naruto- dijo entre risas.

One of those Days || Gaalee/LeegaaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora