Capítulo 16

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Los labios de Lee estaban sobre los suyos. Su tacto era tan suave y cálido, acompañados de unos lentos movimientos que pedían ser correspondidos. Gaara, aún con los ojos bien abiertos y exaltado por todo lo que estaba pasando, finalmente había perdido toda gota de cordura. Sentía que su cuerpo ya no le respondía, si no que más bien se controlaba por sí solo, movido por el alcohol, el calor acumulado dentro de él y sus instintos más internos. Cayó lentamente en los movimientos del mayor, cerró sus ojos y correspondió el beso.

Su rostro le quemaba y le temblaba todo el cuerpo, a penas y podía mantenerse de pie, pues sentía que en cualquier momento podría derretirse. Los suaves movimientos de los labios de Lee eran tan expertos que se perdía tratando de seguirle. No comprendía nada, pero no había tiempo para preguntárselo, su mente ya no le respondía.

Pronto, sintió la lengua del mayor rozarle los labios, rogándole entrar a su boca, cosa que le concedió. Ni bien la húmeda lengua de Lee entró y se encontró con la suya, comenzó un vaivén entre ambas, como una lucha que, Gaara sabía no ganaría. El sabor amargo y dulce del alcohol de la boca de Lee lo invadieron por completo, embriagándolo cada vez más, sintiéndose más perdido que antes.

Ante el fuerte sentimiento de que se caería, llevó sus manos contra el pecho de Lee, dejando a éstas descansar sobre sus pectorales.

Su boca lo enloquecía, había fantaseado tanto con descubrir su sabor, y aunque estaba muy camuflado por el alcohol, aún así se sentía tan bien. Pronto Lee rompió con el beso separando sus labios de los contrarios, sin embargo, un hilo de saliva los conectaba. Se miraron el uno al otro mientras jadeaban deseosos por el aire que les hacía tanta falta.

El pelinegro llevó su pulgar hacia los labios del menor y comenzó a acariciarlos desde la comisura hasta la zona más carnosa. Gaara sintió su rostro arder, podía imaginarse lo rojo que estaba debido a los nervios. Respiraba pesadamente tratando de mantenerse en pie, pero parecía que con ese beso el mayor había sido capaz de robarle todo tipo de energía. Se dejó recargar contra la pared sin bajar sus manos del pecho contrario.

El pulgar curioso de Lee fue jugando con la carne de sus labios pidiendo entrar a su húmeda boca. El pelirrojo no tardó en notar esto y sin siquiera pensarlo le brindó paso a su interior, jugando con su lengua entrelazando el dedo entre esta. No sabía qué era lo que hacía ni de dónde nacía esa necesidad de hacerlo, pero no podía contenerse, no estando frente a quien tanto lo enloquecía.

Tras haber jugado un buen rato lamiendo y mordiendo sutilmente el pulgar del mayor, éste finalmente lo sacó para luego apretarle las mejillas con la misma mano y de un movimiento brusco volver a juntar su boca con la del pelirrojo.

A diferencia del primero, este beso era mucho más desesperado. Los movimientos eran torpes pero aún así exquisitos. Parecían buscar algo más. Sus labios se movían a un son descontrolado, chocando sus lenguas, explorando la boca contraria.

Gaara sentía todo su cuerpo arder, si de por sí antes ya tenía calor, ahora se sentía mucho más agobiado. Trataba como podía de respirar entre el beso, entre exhalaciones pesadas. Sus brazos lentamente fueron subiendo y abrazó al mayor rodeando su cuello. Del mismo modo, Lee soltó el rostro del menor y bajó deseosamente sus manos hasta la cintura de Gaara, atrayéndolo más hacia él y despegándolo de la pared.

La diferencia de estaturas podía notarse, pues Gaara se veía en la necesidad de arquear su cuello hacia atrás para poder alcanzar los dulces labios del mayor, quien por el otro lado estaba arqueado hacia abajo.

El roce de sus cuerpos por la cercanía era algo que los enloquecía a ambos. Continuaron entre salvajes y húmedos besos hasta que el pelinegro acabó nuevamente con ello. Se separó dejando su frente contra la del menor. Su vista se posó en las perlas aguamarinas ligeramente cerradas y en las mejillas rosadas frente a él. Aquel rostro tan pequeño y de rasgos delicados traía una mirada que pedía más, y Lee, a pesar de estar tan perdido por todo lo consumido, se percató de eso.

One of those Days || Gaalee/LeegaaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora