Capítulo 13

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El tiempo es aquello que nunca deja de sorprender, pues la velocidad con la que pasa es algo que es capaz de dejar atónito a cualquiera. Y esta vez no había sido la excepción. La semana de descanso había volado más rápido que un ave rapaz, tanto que sin darse cuenta Gaara ya estaba de vuelta a su rutina universitaria.

No era algo que le molestaba la verdad, de vez en cuando llegaba a sentirse un tanto aburrido al no tener nada que hacer, y además, extrañaba ver a su pelinegro de cejas pobladas.

Antes de separarse cuando terminó su aventura en la casa de playa de Kiba, habían intercambiado números para mantenerse en contacto, sin embargo, el pelirrojo no llegaba a tener el valor suficiente para escribirle, a lo máximo que habían llegado fue a un simple saludo. Aunque tenía todas las ganas de conversar más con él, no se le ocurría sobre qué, y hasta más de una vez cuando entraba al chat, terminaba saliendo más rápido que un rayo al notar que Lee estaba en línea.

No tenía remedio.

La mayor compañía que había recibido en ese lapso de una semana, aparte de la de sus hermanos, fue la de Naruto, quien luego de sus clases de nivelación de la universidad, se la pasaba en la casa del pelirrojo haciendo algunas tareas o siendo ayudado por este para sus estudios. Pues tras que Naruto se enteró que Gaara finalmente había aceptado la invitación por parte de Kankuro para unirse a la fraternidad De La Arena, se puso como meta mejorar en su rendimiento para no quedarse atrás. Quería a toda costa ser parte de alguna de las tan populares fraternidades. Aunque la mayor parte del tiempo el rubio se la pasaba conversando con Gaara sobre la nueva etapa de su vida en la que se estaba adetrando.

-Oye, Gaara- llamó Naruto una de esas veces, levantando su vista que segundos atrás estaba posada sobre sus cuadernos.

-¿Mm?- preguntó el nombrado aún con sus ojos sobre la pantalla de su celular. Estaba revisando algunas redes sociales pero realmente no les daba mucha importancia, solo lo hacía para pasar el rato.

-Pues, verás... últimamente he estado conversando muy seguido con Hinata, y pues...- se detuvo un momento mientras sus mejillas se tornaban rosadas. Gaara lo miró expectante por el rabillo del ojo esperando a que continuara, aunque realmente era algo que ya se podía imaginar.

-¿Y?- preguntó cortante e impaciente.

-Creo que... tal vez... me gusta- concluyó llevando una mano a su nuca mientras se la rascaba nervioso. Gaara dejó su celular sobre la mesa y tras un leve suspiro llevó su mirada hacia el rostro del contrario que mantenía una sonrisa nerviosa muy característica del rubio.

-Entonces, ¿cuándo planeas decírselo?- soltó de inmediato.

-¿Eh?- Naruto abrió los ojos de golpe y sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo tras escuchar aquello.

-Claro, ¿piensas que las cosas se darán así como así? Conoces a Hinata, es muy tímida como para dar el primer paso. Dícelo y ya- decía mientras hacía ademanes con las manos.

-Espera, ¿con eso quieres decir que también le gusto?- preguntó sintiéndo hervir sus mejillas. Gaara sonrió de lado mientras inhalaba aire pesadamente.

-Tal vez- lo invadió un aura de misterio -Eso tienes que averiguarlo tú mismo- fue lo último que dijo antes de que el rubio nuevamente se concentrara en sus tareas. Aunque desde ese momento ya no pudo ponerle la atención necesaria, en su mente se repetían las palabras del pelirrojo que, aparte de confusión, lo habían llenado de cierta emoción.

Aquel suceso entre ambos jóvenes se había convertido en el detonante para la primera pareja dentro del gran grupo de amigos de la universidad. No había pasado mucho tiempo desde el inicio de clases cuando se formalizó la relación entre Naruto y Hinata, cosa que sorprendió y alegró a todos, menos a cierto chico de cabello largo y castaño que no podía evitar sentir ciertos celos ante la nueva pareja.

One of those Days || Gaalee/LeegaaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora