Capítulo 1.

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39' inundaba el ambiente del mediano apartamento, en el que ahora habitaba solo; la preciosa voz de Brian May viajó hasta sus oídos causando por efecto una sonrisa—una de sus canciones favoritas, sin duda alguna— la música estaba algo fuerte y podía escucharse desde afuera, donde se encontraba el agotado pelirrojo; amaba a Queen, con su vida —si así podía decirse— pero ¿Qué hacia la música encendida? Se supone que el último se había ido hace 2 semanas, además, él prefería  la música disco.

Entre la duda de si el causante de la música, había sido el mismo, ya que está mañana apenas tuvo ánimos para  vestir su cuerpo y salir camino hacia la universidad o si había alguien ya habitando junto a él y había pasado el hecho por alto; se decidió pues, entre sus dudas y el cansancio, por abrir la puerta, apenas dió un paso pesaroso hacia el interior, quedó deslumbrado por la luz que se colaba por las ventanas entrando así,  al apartamento; ya se había acostumbrado a los pasillos oscuros del edificio y el contraste de luz, lastimó sus cansados ojos verdes.

—Maldita sea Gretchen y su vicio de no avisar cuando meterá a alguien a mi apartamento, si bien es compartido debería tener la decencia de hacerlo— Pensó tapándose el rostro para que cesará el dolor de su vista.

El pelirrojo había reclamado un sinfín de veces a la dueña del edificio, pero ella se limitaba a decir que lo haría si se acordaba y bien, no lo había hecho ni una sola vez. Tal vez se debía a su vejez que le imposibilitaba recordar ciertas cosas

Tal vez si se mudara eso se podría arreglar, pero no quería
ir más lejos de la universidad y definitivamente no se podía permitir gastar todo lo que tenía en un estupido y lujoso apartamento.

La canción terminó dando paso a Bohemian Rhapsody, sin más preámbulos y en cuanto se acostumbró al ambiente, el chico dirigió su atención al viejo estéreo que uno de sus antiguos romies se había dejado olvidado,  llevaba mucho tiempo en el mismo apartamento y por lo tanto había tenido la desgracia de compartir su preciada privacidad con personas desconocidas que la odiosa dueña Gretchen, se molestaba en meter. Éste estaba apagado para su extrañeza, pero el sonido no cesaba y venía de la dirección contraria en la que el habitaba. Caminó llevando su pesaroso cuerpo, a la habitación que antes pertenecía a Fer, su último y detestable roomie —para el todas las personas lo eran, pero con Fergie tuvo una aunque corta, desagradable historia— la puerta estaba completamente abierta y apenas se alcanzaba  a divisar una melena rubia entre varias cajas.

Observó curiosamente al chico que se encontraba revolviendo un montón de libros, por lo que parecieron varios minutos, en lo que el intruso no se fijaba en la presencia del pelirrojo y éso lo empezaba a molestar, puesto que, no estaba dispuesto a hablar y su presencia tenia que bastar para que el rubio dejara todo y se dedicara a dar una explicación; en cuanto el rubio volteó se encontró con la impaciente presencia del pelirrojo que lo observaba con desdén de superioridad, pegó éste un salto en el mismo  lugar agarrando su pecho de manera graciosa y convencional por la impresión de encontrarse en una compañía inesperada.

Se observaron mutuamente por unos segundos, al extremo incómodos y después sin que el pelirrojo decidiera irse, se acercó a bajar el volumen de la música para hablar por fin.

—Soy Kurt, tu nuevo roomie— Dijo el rubio extendiendo su mano y ofreciendo una sonrisa amistosa, lastimosamente el pelirrojo no era igual de amable y no tenía intenciones de socializar con nadie— Gretchen dijo que podía

Axl, sin escuchar más de su aburrida presentación, volteó ignorando a "Kurt el nuevo roomie", y caminó hasta la comodidad de su habitación para encerrarce y dormir unas cuantas horas.

Había sido pesado el horario de universidad y los trabajos que tuvo que hacer después en la biblioteca, lo dejaron aún 
más agotado que de costumbre, sin embargo y aunque no lo quisiera, tendría que ir a trabajar para poder sobrevivir otro día más. No hay otra forma cuando nadie te ayuda; la prostitución no siempre es un trabajo agradable,  definitivamente no se acerca a nada de ese nivel, pero es lo único que podría pagar todo su consumo y aunque otras personas dijeran que hay otras maneras y otras ocupaciones, el ya había comprobado muchas veces, que se equivocaban. Tuvo un sinfín de trabajos abrumantes en los que repartía su poco tiempo libre, a cambio ganaba una maldita miseria que no alcanzaba para mucho. Ahora con sólo unas horas ganaba el triple y hasta le queda tiempo libre, en fin, su cara bonita y cuerpo delicado, le ayudan a conseguir muchos clientes que solo van a Olimpus tras de su trasero.

Es una vida de mierda y aunque aveces tenga que drogarse o emborracharse para poder soportar a ciertos tipos, es lo único que le iba a sacar de esa vida decadente que mantenía. Demásiado irónico —Lo único que le sacará de la prostitución es seguir prostituyendose— Pero es cierto, en su opinión no planeaba durar toda su asquerosa vida en lo mismo. Por ahora sólo cruzo sus dedos para que sea una buena noche con buenos tipos.

🥀🥀🥀

Su trasero duele dolorosamente provocando que sus pasos se tornen más lentos, junto a los cogeos y algunos gemidos que se logran escapar; toda su agonía gracias al primer cliente de la noche. Un tal Amitbert, que se ve a primera vista, que es millonario y que lastimosamente para el pelirrojo, le gusta el sadismo.

Le encanta el sexo sin golpes, pero hizo todo a su alcance para complacerlo, porque sin duda un tipo como el, daría una buena compensación, y así lo hizo, hasta ahora y con el primer cliente, el pelirrojo tiene muchos dólares  y la noche aún se mantiene joven.

En cuanto estuvo en su vestidor, limpió su cara y volvió a poner su antifaz rojo en su lugar, no se arriesgaría a ser reconocido por ningún motivo; se supone que la hora de su segundo espectáculo estaría muy próxima, por lo que debería cambiar su vestuario por algo aún más ligero. El baile definivamente no es una de sus mayores pasiones, pero se desenvuelve demasiado bien, además, Magnus —como se le apoda entre sus clientes— es la estrella del jodido show, así que no puede tardar más.

—Pongan precios altos, soy la jodida reina erótica que arrancará sus más sucios deseos, puedo cumplirlos, de éso no duden, pero mi precio es alto... y podría subastarme— Éso había dicho en presentación una de las primeras veces que bailó en Olimpus, sin duda su promesa no había roto y la cumplía cada noche al pie de la letra y por ello, cada hombre que acudía al lugar, quedaba hechizado por aquel muchacho de cabellos de fuego.

Varios hombres llevaban antifaz y se encontraban en primera fila esperando a que el aclamado pelirrojo comenzara su baile erótico, que dejaría a todos con ganas de poner sus manos en su exquisito cuerpo. Son todos unos idiotas de closet, muchos de ellos empresarios importantes con reputación que cuidar y una familia que los espera en casa ¿Qué dirían sus esposas si ven a sus heterosexuales esposos tras el trasero de un pelirrojo?

Una máscara verde brillante llamó su atención en especial, reconocería su cuerpo donde fuera, de ahora en adelante. Se encontraba en primera fila con dos de sus compañeros en su regazo—Gomory y Amon, efectivamente todos en Olimpus tienen nombres de criaturas mágicas o demonios "El olimpo se llenó de seres malévolos", para proteger su identidad y para darle un toque más interesante—; pero el sólo tenía ojos para el pelirrojo que estaba en el escenario y durante toda la danza, no la apartó. Magnus bailó expresamente para el , por un tiempo corto, y se mostró demasiado satisfecho en cuanto logró pasar sus manos por su redondo y esbelto trasero. Sin duda alguna, el pelirrojo iba a ser la nueva obsesión de Mr. Amitbert y él podría llegar a convertirse en su cliente favorito.

—Mag— le llamó el moreno en cuanto el chico bajo del escenario— Tememos que hacer negocios.

El pelirrojo alzó una ceja intrigado, claro, el mayor no podría ver eso, sin embargo el muchacho decidío esperar a que siguiera hablando. Todo lo que venga de su cliente y deje dinero, sin duda es buena idea.

—Mi querido Magnus— Repitió en cuanto el más joven puso el cerrojo de la habitación que Mr. Amitbert había pagado— Apenas te he follado una vez, pero me has dejado encantado, ¿Cuál es el precio de tu máscara?

¿El precio de su máscara? Nunca se puso a pensar en profundidad sobre el tema; el precio de su máscara es vender su integridad. Magnus es una parte de su vida que de ninguna  manera tiene que relacionarse con Axl, de ninguna manera. Magnus sólo tiene un cuerpo arrebatador y una máscara,  quitarla sería vender a Axl Rose, un joven estúpido con una facha de hostilidad que oculta las otras partes de su ser.

—No hago negocios con eso Mr. Amitbert— Habló seguro, provocando que la preciosa sonrisa del mayor, se borrara.

—Entonces, tal vez aceptes mi otra oferta.


🌈Rainbow.

𝐑𝐨𝐨𝐦𝐢𝐞; 𝐊𝐮𝐫𝐭𝐚𝐱𝐥. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora