Las palabras no eran algo que él quisiera usar a menudo, más que en su soledad porque el sentimiento de confianza consigo mismo no era debatible, era aburridamente perfecto y preferible antes cualquier otro ser. Teniendo muy arraigado ése sentimiento se puso de pie y antes de que el hombre castaño fuera abandonado por morfeo, vistió su cuerpo y acomodó su antifaz antes de salir taciturno entre el frío ambiente de la madrugada.
Aún no había recibido el pago por su trabajo, por lo que tuvo que recorrer una gran distancia desde aquella mansión a su apartamento, tampoco iba a despertar a Mr. Amitbert por ello. Si había algo que no le gustaba después del sexo era quedarse a dormir abrazando a su cliente. No sintió miedo al pasar por los callejones oscuros, tampoco cuando se sintió observado; no tenía otro sensación más que el dolor de sus piernas y trasero.
Ya habían pasado 2 semanas desde que dió un acepto a la propuesta del gerente de Velvet. Y el pelirrojo no podría estar más feliz por ello, tenía un buen trabajo, un buen pago y un buen jefe. Mr. Amitbert no tenía nada de tacaño y cada vez que recibía los servicios del pelirrojo le remuneraba con mucha solidaridad y definitivamente el sexo era de los dioses, Magnus siempre tenía su orgasmo y la satisfacción que encontró con muy pocos hombres. Él aprendió que cuando eres prostituto, tus clientes sólo se preocupan por su apetito sexual y no por el tuyo, y eso con su cliente favorito es completamente diferente; ése hombre es una bestia del placer. Le ha sacado los gemidos y jadeos con más ganas que cualquier otro y le ha dejado con esa sensación de cielo, durante horas.
Las luces se lograban ver por debajo de la puerta, Magnus frunció el ceño y dió paso a Axl quitando el rojo y brillante antifaz. El pelirrojo sacó sus llaves y después de abrir la puerta arrastró su cuerpo con sus cansados pies y se adentró con enojo. Las luces amarillentas le habían molestado ¿Qué hora era? Y ¿por qué el tonto rubio estaba despierto? Pasó por el pasillo blancuzco y llegó a la mediana sala que ambos compartían. Ahí pudo ver al rubio con su mejilla apoyada en un reposabrazos del sofá y con el cuerpo estirado sobre éste, parecía muerto, la posibilidad no duró mucho puesto que vió su pecho moverse tomando aire mecánicamente; al acercarse con cautela pudo ver el hilo de baba que salía de una de las comisuras de sus labios y no evitó reírse de ello. Silenciosamente claro.
El cuerpo del chico llevaba muy poca ropa, un bóxer gris y un delgado y corto camisón blanco, que le harían ver muy sexy de no ser por la baba que destila descuidadamente con su boca entreabierta. Axl pasó su vista por su cuerpo que lucía tan delicado y su piel blanquecina que mostraba ese delicioso brillo y tercidad jovial, no evitó ver que una de sus manos estaba estirada hacia el piso y de esta misma sujetaba medianamente unas hojas.
En cuanto el cuerpo de su roomie se movió con incomodidad, le restó importancia y caminó a dormir las dos horas que faltaban para que amaneciera, a su habitación; claro, ése era el plan principal, y lo hubiera seguido al pie de la letra, de no ser porque el sueño no llegó nunca y con todas la vueltas que dió en su cama le dieron ganas de llorar y gritar gracias a la desesperación. Antes de que la ira lograra controlarlo sacó un cigarrillo y lo encendió para luego llevarlo a sus labios y darle una profunda calada que le calmó notablemente. De pronto sintió su garganta secarse y con molestia se puso de pie para hacer su camino a la cocina.
Ya era viernes y en algunas horas el debería estar bailando en Olimpus, seguramente ahí se encontraría con Adam Lambert y nuevamente pagaría para estar toda la noche con él, aunque no sea para nada más que su compañía y algunos besos húmedos, definitivamente él ya no sabía como interpretar aquello. Cada vez que el moreno se apareció por el bar, le da el dinero suficiente para que él no se vaya con nadie más y aunque ni siquiera sea para tener sexo le gusta mantenerlo cerca y sumiso.
Axl no siente molestia por ello, entre menos hombres tenga que complacer, mucho mejor. Sobretodo porque no todos se comportan y se ven agradables; y por otra parte, a él le gusta muchísimo pasar su tiempo con ese castaño, se siente siempre respetado y complacido y es todo lo que cree necesitar.
—¡Oh my... fuck!— Al escuchar aquel chillido tan afeminado volteó con su vaso de agua y se encontró con el rubio que agarraba una sartén frente suyo como arma letal.
El pelirrojo arqueó una de sus cejas después de tragar su agua, al contrario del rubio quién luchaba por no bajar su vista a la desnudez de su compañero de apartamento. Sin embargo con algo de moderación recorrió cada milímetro de su exquisita piel.
—¿Eres gay?— Exclamó Axl con diversión al sentirse escudriñado por el rubio.
En definitiva no le molesta o avergüenza, él sabe que su cuerpo es precioso ante los ojos de cualquiera, sin embargo, al ver la timidez de Kurt, siente ganas de jugar y divertirse.
—¿Y- Yo? Po- Por supuesto que no— El tono rojizo de sus mejillas y el nerviosismo e inseguridad al balbucear su respuesta le hizo subir el jodido ego y reír de manera encantadora.
Axl terminó su agua y volteó para lavar el vaso y dar una buena vista como consecuencia, al dejar su actividad culminada y volver al rubio, sonrió medianamente al ver que seguía ahí hecho piedra. Se acercó a él, sincronizando el movimiento de sus pies y sus caderas y cuando se detuvo muy cerca de su rostro examinó cada una de sus facciones, mientras que su objetivo, desvió su mirada azul al piso; no pudo evitar pensar que, definitivamente el niño es precioso.
Antes de hacer su siguiente movimiento, se logró decirse mentalmente, que lo etílico no se había ido de su cuerpo para atreverse a ello.
Sus manos, que estaban frías se colaron por el blanco camisón y subieron por la espalda baja del chico que lo observó con intriga. Se acercó con cautela y de esa manera succionó el suave y delicioso labio inferior de Kurt, quien no se impuso en ningún momento.
Ésa parte que quiere sentirse deseado por todos, nunca se va y por el contrario aprovecha cada oportunidad para dejarlo en claro, sin embargo, él no se mete de lleno nunca y es sólo un simple y vil juego —No hace falta cruzar el río para beber de sus aguas— Sus manos, se atrevieron a más, llenas de curiosidad subieron en una línea diagonal hasta su pecho donde con suaves caricias terminaron pellizcando sus pezones, lo que desembocó a un suave jadeo entre la boca del rubio.
Al escuchar aquel sonido que tanto esperaba, supo que era suficiente, por lo que se separó cuando el rubio aún mantenía sus ojos cerrados y sonrió al ver todo lo que podía lograr sin mucho esfuerzo.
—Buen día, Kurt— Dijo con pureza e inocencia, como un niño —Me gusta tu heterosexualidad, Kurt.
Y se fue a su habitación, dejando al rubio hecho un manojo de sentimientos encontrados.
🌈Rainbow.
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𝐑𝐨𝐨𝐦𝐢𝐞; 𝐊𝐮𝐫𝐭𝐚𝐱𝐥. (Terminada)
FanfictionUn nuevo roomie llega a revolver la vida del joven y solitario Axl Rose, quien se niega a creer que la existencia tenga algo que merezca la pena; el chico de cabellos colorados tendrá que aprender a sobrevivir a Kurt Cobain, un rubio sagaz y osado q...