𝐑𝐨𝐨𝐦𝐢𝐞; 𝐊𝐮𝐫𝐭𝐚𝐱𝐥. (Terminada)

Capítulo 23.

Nunca se había imaginado estar junto a un desconocido y al mismo tiempo tener tanta calma en su ser, era algo nuevo, las otras personas jamás le dieron tranquilidad, pero él, él tiene una energía que le mueve todos los sentidos.

Ahora están en el balcón, uno al lado del otro, en silencio, viendo el oscuro firmamento con una luna desolada, la escena es triste para ambos pero no lo dicen.

Izzy piensa en la tarde que tuvo, que fue igual a todas las anteriores de su vida: despertar entre su vomito, con dolor de cabeza, sentirse desolado, llorar por las circunstancias, beber y fumar para calmar sus emociones y darse un baño para no vomitar por sentir asco de su propio cuerpo.

Luego había hecho lo mismo que los dos últimos años recoger un poco su desastre y pedir pizza para que la gastritis le otorgue otro día de vida.

Pero después, el alma del universo decidió que hoy quería otra cosa para él y lo había hecho ver asqueroso para que le dieran la noche libre y después de éso ahora está junto a Duff McKagan, compartiendo un silencio y un cigarrillo.

—¿Te gusta vivir aquí?— Susurró irrumpiendo la intimidad de la ocasión.

—No— Mckagan sonrió instintivamente, estaba acostumbrándose a su constante negativa.

—¿En dónde te gustaría?

—Alejado de todas las personas.

—¿Cómo en el campo, rodeado de naturaleza?

—En una cabaña, frente a un lago.

—¿Con... un perro y un gato?

—Sería perfecto.

—Pensé que la siguiente respuesta sería: con un diseñador apasionado... como yo— Fue un reclamo y Stradlin se sorprendió al escuchar su respuesta, incluso abrió medianamente la boca y lo observó con incredulidad, Duff apartó su mirada sin mostrar respuestas.

—¿Por qué quieres bromear de ésa forma?— Sonó molesto, él realmente no se detuvo para usar ése tono y ya era algo tarde cuando se arrepintió de haberlo usado.

—¿Te parece que lo hago?—  Solto Duff con un deje de sonrisa y en el intermedio se acercó al pelinegro quien mantenía su ceño fruncido, él no cedía, ni siquiera cuando sus labios impactaron con los suyos en un intento de beso que al final terminó siendo un momento incómodo.

Izzy se alejó de él.

—No sabes lo que haces—Duff tuvo que relacionar las palabras a los balbuceos que había escuchado y entonces entendió que Izzy consideraba que ya no merecía nada, el había pasado por éso hace algún tiempo y tuvo que salir solo de ello, no fue fácil, pero ahora está aquí, frente al hombre que le gusta, observando como se pone en una zona radioactiva para que nadie se acerque.

—Claro que lo sé.

—No estés tan seguro— Sus palabras salieron con enojo, no era lo que quería mostrar, al menos no con él, porque no lo merece, pero nuevamente no midió sus acciones.

Izzy lo miró a los ojos, nada cambiaba desde la primera vez, ése universo desconocido que aumentaba su curiosidad seguía ahí, todo estaba estático, incluso su semblante.