El sonido de una puerta corrediza sacó de sus pensamientos a Kenshin, quien alejó la mano que acababa de adornar los cabellos de la joven.
-Shingen.
La puerta terminó de abrirse y su compañero entró con una mirada llena de curiosidad.
-Kenshin_ saludó mirando a la muchacha_ Tenemos que hablar.
El dragón de Echigo se acercó a la figura de su compañero con aire sombrío al ver la expresión en sus ojos.
-¿Qué ocurre?
Shingen miró de reojo a la mujer.
-Aquí no.
Kenshin ni siquiera trato de mirarla.
-Ella duerme. Habla.
Shingen tuvo que controlar la ráfaga de ira que iba a salir de su cuerpo en aquel instante, trató de bajar la voz lo máximo posible y en susurros fuertes llenos de crispación dijo:
-¿¡Qué es lo que se te pasa por la cabeza!?_ le cogió del pecho_ Acabo de volver y lo primero que oigo es que Sukemasa ha muerto, ¿es eso cierto?
Kenshin permaneció inmutable.
-Así es.
Tras unos largos segundos de tensión entre ellos dos, Shingen trató de calmarse, dejó libre el descolocado kimono de Kenshin y se llevó las manos a la cabeza.
-¿Sabes lo que significa eso?
Su interlocutor se acomodó de nuevo la ropa y dijo con un hilo de voz monótono.
-No tengo miedo a una guerra abierta. Lo sabes.
Shingen rio sarcásticamente.
-Claro que lo sé, Kenshin. Todo el mundo lo sabe, eres el Dios de la Guerra. La pregunta es "¿por qué?". Llevábamos años de alianzas con Sukemasa, era nuestro bastión contra Nobunaga. ¿Qué ha pasado para que le cortases la cabeza?
-Sukemasa planeó asesinarme en su último día en Kasugayama.
Shingen envolvió su mano en un puño.
-Pudiste haberlo herido y arrestado, Kenshin. Sabías lo valioso que era vivo.
Kenshin continuó sin darse por aludido caminando lentamente hacia el cuerpo de ella. Frunció el ceño y su tono se volvió mucho más serio y tajante.
-Intentó conseguir algo fuera de su alcance_ no pudo evitar mirar el rostro en paz de la durmiente joven.
Shingen siguió la dirección de la mirada de su amigo hasta la mesa donde reposaba la cabeza con los cabellos blanquecinos.
-Te ha hecho perder la razón_ dijo para sí mismo.
Entonces Shingen muy a su pesar cayó en la cuenta de lo que estaba pasando, Kenshin estaba anclado en el pasado por aquel infortunio que ocurrió hacía tantos años.
-Escúchame atentamente, Kenshin, ella no es Isehime.
Al escuchar ese nombre, los ojos de Kenshin se abrieron de par en par.
-Sabes que no estás siendo coherente con tus acciones.
Un silbido acompañó al movimiento rápido casi imperceptible que hizo al desenvainar su katana apuntando hacia su compañero.
-Me pertenece.
Shingen movió la cabeza de un lado para otro.
-No, tan solo tienes miedo a perderla _ le dijo abriendo la puerta que daba al exterior nevado.
La figura del Dios de la Guerra se quedó paralizada, su brazo perdió fuerza y fue bajando lentamente hasta que el filo de la espada dio con el suelo de madera.
-Kenshin...
Este no respondió, tan solo giró sobre sí mismo y se marchó lentamente de la habitación dejando a Shingen y a la muchacha allí.
-¡Mattaku! (expresión de enfado)_ exclamó Shingen.
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Kenshin x Oc COMPLETO (Ikemen sengoku)
FanfictionUna mujer zarpa con un objetivo rumbo a Japón. Pero nada más tomar tierra su vida corre peligro, hasta que inesperadamente se encuentra con Kenshin, quien la tomará como su prisionera. Una turbulenta historia llena de pasión y sentimientos encontrad...