Aʟᴡᴀʏs ﹣ Sᴋᴏɴᴇ (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)

THIRTY TWO

Me quedé sentada en la silla mirando a la nada hasta que escuché su voz y luego lo escuché correr hasta donde yo estaba.

Me levanté y sentí que su cuerpo me cobijaba, así que lloré, lloré como niña pequeña abrazada a su cuerpo y con la cara escondida en su pecho.

— ¿Qué pasó? —susurró, lo miré destrozada
— Simon... —sentí mi voz romperse— un auto lo chocó, y al parecer algo dentro de su cabeza falló, tuvo un derrame cerebral hace 20 minutos —me lancé a sus brazos otra vez llorando una vez mas— no puedo creer que esto esté pasando —sollocé.
— oh por dios Elisa —me acarició la espalda— lo siento tanto, dios —me apretó— ¿Llamaste a sus padres? ¿A su novia? —asentí.
— antes de que tú llegarás, llamé a Abigail y a su abogado —dije triste— apenas que lleguen me pidieron que fuese a casa —dije— pero no quiero ir. Quiero quedarme aquí.
— Elisa, no has dormido nada —dijo apretando mi mano— sé que te duele, pero tienes que dormir, tienes que salir de aquí —negué
— le prometí que saldría con él, le dije que íbamos a salir juntos de aquí —volví a llorar— me dijo que estaba bien... Joder Chemi estaba bien, estábamos riendo —me recargué en su hombro.

Escuché llegar una chica, no la conocía en persona, pero la había visto en fotos.

De inmediato la reconocí, ella se aproximó y me abrazó fuerte. Estaba llorando.

— No puedo creerlo —sollozó— Elisa dime qué es mentira todo, que nada de esto pasó, que Simon y yo iremos a casa a dormir... —cerré mis ojos. ¿Qué más me gustaría a mi que fuese así?
— Lo lamento tanto Abi, no sabes cuánto —suspiré, Chemi regreso con dos vasos de café  nos sentamos a esperar a que llegaste su abogado para proceder con las cosas. Yo no tenía cabeza para nada, no sabía que hacer.

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— el servicio funerario ya está aquí —dijo el señor abogado de Simon, él se había hecho cargo de todo porque tanto Elisa como Abigail estaban deshechas en lágrimas y solo podían lamentarse.

Se levantaron y caminaron detrás de él, ya eran las diez de la mañana, Elisa no había dormido ni un solo segundo. Se veía cansada, se veía agotada.

Salimos del hospital, abracé a Elisa con uno de mis brazos y detuve un taxi. Ella subió sin decir nada, iba perdida en la nada.

Le di la dirección y esperé a que esté llegará, le tomé la mano a Elisa haciendo que ella me mirara.

— gracias por estar ahí —dijo en un susurro, la abracé. Le besé la frente y Elisa me besó en los labios muy rápidamente.

No sabía porque había sido eso, pero la abracé más fuerte.

El auto se detuvo, pagué y volví a abrazar a Elisa entrando en el edificio. Subimos las escaleras hasta nuestro piso.

— te dije que volverian a estar juntos —dijo la voz de Ginés, tanto él como Pablo estaban afuera de mi puerta sentados en el suelo con las maletas a un lado.

Los miré.
— ahora no chicos, Elisa no está de humos —dije, saqué las llaves y se las di para que entraras a esperar en mi casa, yo tenía que ir a poner a Elisa a dormir.

Abrió su puerta sin decir nada a los chicos, y entramos en su casa.

— tienes que dormir, mañana tienes que estar en el velorio de él, Elisa, tienes que estar bien —le dije y la acompañé hasta su cuarto. La ayudé a recostarse en la cama y ella se aferró a mi mano.

— no te vayas —dijo con los ojos llorosos una vez más— quédate conmigo por favor —pidió, asentí y me quité la chaqueta para recostarme a su lado, ella se abrazó a mi torso y puso su cabeza contra mi pecho.

La abracé y comenzó a llorar, la dejé hacerlo, tenía que sacar todo lo que la estaba matando por dentro. Sabía que Simon era muy importante para ella...

Se sentí tan vulnerable, tan pequeña, sentía pena por verla de esta forma, pero entendía que estaba siendo difícil para ella todo esto.

Solo podía abrazarla y esperar que pronto... Que pronto se sintiera mejor.

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Elisa se había dormido, y yo me había levantado para ir a mi apartamento, tenía que darme un ducha y hablar con los chicos para que no fuesen a hacer una pregunta estúpida que pudiera romper a Elisa.

A penas entré estos me miraron confundidos, suspiré y me senté en el sillón.

— bro —se acercó Pablo— ¿Qué mierda paso? —dijo este sentándose a mi lado.
— Simon murió anoche —dije apenado, la cara de Pablo y de Ginés definía a la perfección la reacción de todos.
— ¿Qué dices? —se acercó el rubio— ¿Cómo? ¿Por qué? —se sentó junto a Pablo.
— Tuvo un accidente de auto, y luego tuvo un derrame, los médicos dijeron que probablemente en el choque algo en su cerebro se atrofió y que por eso tuvo esa reacción —bufé
— Joder, Elisa debe estar muy mal —dijo Pablo mirando al suelo— ¿Cómo te enteraste tú?
— ella me llamó —respondí— está ahí desde las 2 de la mañana cuando Simon aún no moría. Al parecer estaba bien antes de morir, había despertado y habló con Elisa.
— Dios, no puedo creerlo hermano, es una puta mierda —dijo Ginés— Simon era un chico importantísimo en la vida de Elisa, era increíble —se peinó el cabello— menos mal estuviste para ella, estoy seguro que ella está fatal.
— No tienes idea, jamás la había visto tan mal —dije poniendo mis manos en mis piernas— la novia de Simon va a ofrecer una ceremonia funeraria para él está noche, creo que es importante que estemos todos para Elisa porque no creo que ella vaya a poder sola con esto.
— ahí estaremos hermano —me dió unos golpesitos en el brazo Pablo— ve a dormir pavo, te ves fatal también —asentí.

Me puse de pie y caminé hasta mi habitación.

Me quedé un par de minutos mirando al techo tratando de asimilar todo lo que había pasado... No podía creerlo.