TEN

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— me gusta tu sudadera —dijo Simon mientras me observaba ponermela

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— me gusta tu sudadera —dijo Simon mientras me observaba ponermela. Era muy temprano por la mañana y tenía que irme a casa.

Anoche habíamos... Bueno, digamos que ver una película exactamente no lo hicimos.

Ahora me sentía como una mierda, me sentía culpable y me sentía fatal.

— No sé de dónde la saqué —reí— ¿No es tuya? —pregunté, él negó.
— no, ¿Ya viste el tamaño? ¿Crees que yo podría ponerme eso? —negué, Simon era muy alto, sus brazos eran largos al igual que sus piernas y su torso... Bueno, prácticamente todo en él lo era.
— entonces no sé de dónde salió —me peiné el cabello— seguramente la compré y no lo recuerdo.
— O es de algún amigo tuyo —dijo el rubio. Joder lo recordaba ahora.

Cuando recién había conocido a Chemi, en una de las noches lluviosas en que yo como siempre había olvidado mi suéter en el hotel, Chemi me había dejado esta sudadera... Jamás se la devolví.

— ¿De quién es? —preguntó Simon con una cara extraña— te ha salido una sonrisa preciosa —lo miré— ¿Alguien especial? ¿Es de Pablo? —negué— ¿De Chemi?
— Sí —seguí sonriendo.
— Pues por alguna razón tienes una sonrisa preciosa —se acercó a mi— te ves más hermosa que nunca —me besó las comisuras y me abrazó.

Así que así era... Chemi sacaba mi lado más hermoso, y no lo disfrutaba él.



— podemos salir el viernes si lo quieres así, solo mándame un what's —asentí y bajé de su coche. Lo ví irse y suspiré. Entré al edificio y Amelia me miró.

— ¿Estás volviendo a salir con Simon? —negué— ¿En qué trabaja? Veo que siempre te trae y te lleva en coche, y es bastante bonito su coche.
— tiene una empresa de bienes raíces, la verdad no sabría decirte mucho de la empresa, no hablamos demasiado de eso —me paré a su lado
— ¿Como lo conociste? Parece un hombre super importante —asentí
— lo es, demasiado importante —me reí de la simple idea de un empresario serio como él saliendo con una fotógrafa de raperos como yo— cuando llegué a España pasaba mucho tiempo en el centro de la ciudad tomando fotografías de cosas bellas, y él me vio ahí. —sonreí al recordar aquella anécdotas— se acercó a preguntarme si es que estaba tomando fotos por dinero, yo le dije que no, y él me dijo que me pagaría por todas las fotos que yo acababa de tomar, y además, quería que le tomara una a él —Amelia rió
— Básicamente te compró —negué
— No, porque justamente le dije que me parecía irrespetuoso que quisiera comprarme —reí— y él dijo que por la falta de respeto me invitaba a cenar. La verdad, me pareció muy tierna su manera de acercarse a mi, y acepté.
— que bonita historia —asentí
— En verdad sí, aunque aún no sé cómo es que un tipo tan influyente como él que puede tener a las mejores chicas y no solo porque es rico, sino que además es guapo, divertido, es muy culto, conocedor... —reí— como es que se interesó en una chica como yo...
— por qué eres preciosa —me acarició el cabello— dudo que algún chico se niegue a estar contigo, tienes cabeceando a la mitad del edificio y no solo a los chicos —sonrió. De que me servía eso sí el que a mí me gustaba la miraba a ella o a cualquier otra chica antes que a mí.
— Igual no entiendo que hace conmigo, no lo merezco —volví al tema anterior porque este en el que yo recordaba mi fallido enamoramiento no era precisamente mi favorito.
— te mereces todo lo que tú quieras, eres una buena chica —me acarició el cabello— uh, ahora que recuerdo, tu amigo me pidió que te dijera que volvió a Málaga. —asentí, o sea que habían salido... Coño, me dolía el pecho.
— bien, iré a mi apartamento porque tengo bastante sueño —reí— cualquier cosa por favor diles que no estoy.
— claro, descansa linda —me sonrió.

Salí de su oficina y subí corriendo las escaleras. Había un elevador pero odiaba los elevadores.

Abrí la puerta de mi apartamento y entré. Todo estaba igual que antes, solo que una de las maletas de Chemi seguía en mi sala.

La arrastré hasta el pasillo donde no pudiera yo verla y me fui a dormir a mi habitación, solo quería convencerme de que Simon era lo mejor para mí.



— entonces ella está saliendo con alguien más? —preguntó Pablo a través del teléfono

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— entonces ella está saliendo con alguien más? —preguntó Pablo a través del teléfono. Bufé y seguí metiendo mis cosas en cajas
— Sí, por eso te digo que no puedo confesarle lo que siento, ella me va a rechazar cien por ciento asegurado —Pablo negó
— no me ha contado nada de un chico nuevo, pero puedo hablar con ella —sonreí.
— Sé que a ti te contaría todo —respondí
— pero bueno, tú tranquilo, que en el peor de los casos ella está saliendo con alguien más pero sabemos que sus relaciones no duran más de 1 semana —asentí— así que relájate
— Intentaré hacer lo mejor. —cerré mi caja y miré como las pocas cosas que tenía ya habían sido empacadas.

La mudanza vendría está misma tarde y para la mañana estaría en Madrid viviendo frente a ella... Estaba ansioso, nervioso y triste.

Quería llamarla, pero, ¿Y si estaba con él? ¿Y si se molestaba por interrumpir su noche?

La extrañaba mucho, ella era lo mejor que tenía, extrañaba contarle cosas, contarle todo de mi vida. Era una lastima que no pudiese contarle que estaba enamorado de ella...

Aunque quizás sí podría, sí no le decía que era de ella, solo que me había enamorado quizás ella lo entendía y podría ver si seguía hablando conmigo o se alejaba de mí.

Era una buena manera de volver a estar con ella, de volver a hablarle y a verla constante... Aunque no se diera cuenta de que me estaba volviendo loco por ella.

Me detuve a ver mis cosas buscando que nada se me hubiese escapado, que todo estuviese en sus cajas.

Ahora empezaba una nueva vida, estaba ansioso.

Aʟᴡᴀʏs ﹣ Sᴋᴏɴᴇ (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora