FORTY FOUR

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Abrí mis ojos completamente cegado por el sol, nos habíamos dormido muy tarde y suponía, por la intensidad del sol, que era ya muy tarde para despertar

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Abrí mis ojos completamente cegado por el sol, nos habíamos dormido muy tarde y suponía, por la intensidad del sol, que era ya muy tarde para despertar.

Elisa a mi lado descansaba tranquilamente, con la espalda desnuda cubierta por la sábana que ayer fue testigo de nuestro apasionado y romántico amor.

Sonreí, le besé el hombro y me puse de pie para vestirme y salir de la habitación en completo silencio, los chicos estaban charlando en el balcón, todos con un vaso de agua.

Al verme sonrieron y me les uní. No había bebido demasiado así que no tenía resaca, contrario a ellos que parecían hechos mierda.

— te desapareciste anoche Chemi —dijo Ginés— ¿Volviste aquí?
— bro, te dije anoche que Elisa tampoco estaba, es obvio que estos dos vinieron aquí a coger —dijo Mister con una sonrisa burlona en la cara. Me senté con ellos y suspiré.
— no bro, no solo cogimos —dije en un tono soñador— hicimos el amor —los chico sonrieron enternecidos— ¿Sabes cuándo besas a una chica y sabes por ese beso que es el amor de ti vida? Ese sentimiento de que no hay nadie mejor par ti, que estás viviendo un sueño? —Pablo asíntió al igual que Javi— eso es lo que me pasa con Elisa, aún no sé cómo logré estar cerca de ella sin confesarle mi amor por tanto tiempo —sonreí.
— necesito una novia —dijo Ginés subiendo sus pies a la pequeña mesa del centro y cruzándose de brazos— quiero sentir eso, lo más cerca de sentir ese afecto era cuando estaba enamorado de Elisa y ella me daba permiso de dormir a su lado —hizo puchero— necesito enamorarme.
— yo igual bro —dijo Force— tenemos que encontrar alguien Ginés.

La puerta del cuarto de Javier se abrió revelando una recién levantada Sibel, se acercó hasta nosotros y se abrazó a Javier al mismo tiempo que se sentaba en las piernas de él.

— buena resaca no? —dijo Pablo mirando que la chica se cubría los ojos de la luz del sol.
— hermano, me bebí todo lo que había en el local —respondió ella con una sonrisa en la cara— y baile como diosa.
— Te veías preciosa —dijo Javi en un susurro y le besó la cabeza, sonreí.

Sara, que estaba dormida en el sillón, se levantó mientras se tallaba los ojos, caminó al baño y luego volvió a con nosotros.

Se sentó junto a Ginés y nos regaló una sonrisa a todos. No se veía tan mal como los otros, pero igual sabía que había bebido.

— ¿Cuándo vuelven a sus casas? —preguntó ella recargándose en el respaldo del sillón.
— pasado mañana, por la tarde —respondió Sibel revisando su teléfono para veificar— sí, pasado mañana —sonrió al terminar.
— ah vale, está bien —asintió, estábamos todos tan distraídos que no vimos cuando Elisa salió de la habitación y se recargó en el entrada del balcón a vernos.

Se veía tan bonita, despeinada, con la cara un poco hinchada y sonrojada.

Se acercó a mí y se sentó sobre mis piernas para luego abrazarse a mi torso, Sara nos miró un poco extraño y se dispuso a mirar a otra parte.

Era obvio que ella estaba detrás de Elisa, lo sé por como la mira, pero bueno... Yo llegué primero. Y ella me quiere a mi, así que no hay mucho que ella pueda hacer.

— ¿Haremos algo hoy? —preguntó Ginés, Manel alzó los hombros y Pablo miró a los demás en espera de una respuesta, honestamente no me pintaba ir de fiesta, tenía más ganas de ir a la piscina y estar ahí todo el día.

— Porque no vamos a la piscina todo el día y ya —propuse, Elisa asíntió y los demás igual.

Supongo que tenemos un plan ahora.



Mientras los chicos jugaban al voley con una pelota, Sibel y yo estábamos afuera viéndolos desde nuestras camas

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Mientras los chicos jugaban al voley con una pelota, Sibel y yo estábamos afuera viéndolos desde nuestras camas.

— ¿Sara está como que rara no? —preguntó Sib, la miré y suspiré. Claro que recordaba que me besó anoche, también recordaba haberme separado y haberle dicho que no podía hacerle eso a Chemi... Ella me dijo que lo dejara.

¿Cómo planea que haga eso sí apenas ahora lo tengo a él?
— un poco —respondí sin importancia y alzando mis hombros en señal de desinterés.
— tú también andas rara —dijo mi amiga, negué
— que va, yo estoy bien —sonreí en dirección de ella y luego volví a mirar al frente. Chemi estaba completamente metido en el juego, se veía tan bien... Concentrado, mojado, sonriente.

En definitiva no quería alejarse de él, por ninguna razón.

— ¿sabes que soñé? —preguntó mirando al frente igual que yo, negué— soñé que te casabas con el Chemi —la miré de nuevo.
— En serio? —reí— y me veía bonita?
— preciosa, llevabas un vestido grande y blanco, parecías una princesa —sonrió ella provocando en mi una sonrisa igual de grande, en verdad yo nunca había aspirado a casarme y tener hijos, porque no creía en el matrimonio.... Pero con Chemi todo era tan distinto.

Sentía que con él quería vivir todo lo que restaba de mi vida, quiero tener miles de recuerdos más a su lado.

— creelo o no —dije sonriente— yo me veo caminando al altar solo si él es quien me espera en el final de este —volví a ver a mi chico que esta vez sí me miraba— no me imagino con otra persona más que no sea él —alcé los hombros y le sonreí a mi novio, este me regresó la sonrisa junto a un beso que lanzó.

Sin duda alguna me sentía más enamorada de él que nunca antes, y por fin sentía que veía algo bueno, algo feliz en mi futuro.

Esperaba que no se arruinaran las cosas, yo sé bien que en mi vida todo lo que amo se va, pero en verdad esperaba que él no se fuera...

Porque no sé cómo seguiría mi vida si lo perdiese para siempre, si no volviese a verlo... Sería tan difícil.

Sabía que esa dependencia emocional que tenía con él era un poco mala, pero no podía evitar sentir que gracias a él era feliz y que nos estábamos llevando a la felicidad mutuamente.

Sin duda alguna, amaba a Chemi.

Aʟᴡᴀʏs ﹣ Sᴋᴏɴᴇ (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora