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Abrí mis ojos nuevamente, había tomado una pequeña siesta en el trabajo mientras que todos se alistaban para esta jornada.
Era la primera jornada de una segunda temporada. Honestamente, estas primeras jornadas siempre eran más pesadas de lo que yo esperaba...
— Amiga, ¿Te has quedado dormida? —preguntó mi castaña amiga Úrsula. Sonreí un poco y asentí. — Ayer me fui de fiesta y no había vuelto hasta hace 3 horas —reí — ¿Otra vez? —alzó la ceja— has estado yendo a beber mucho últimamente, ¿No lo crees? — bueno, no tengo nada mejor en que gastar mi dinero los fines de semana —alcé los hombros y me senté.
La verdad era, que últimamente me sentía muy triste, aunque no tenía idea de porqué.
— heeeey! —llegó mi viejo amigo Chemi, me levanté de mi asiento y sonreí— Viniste, que bien —dijo mirando a Úrsula.
A ellos dos los había presentado hace 5 semanas, habían salido un montón de veces porque ella vive en Málaga igual que él y ahora... Ahora creo que ya están en algo más.
Honestamente no me importa.
— ven, vamos con los demás chicos para que conozcas a los nuevos —mencionó, seguí mirando mis zapatos mientras pensaba en los ángulos que podrían venirle mejor a la cara de Chemi. Aunque sabía yo que desde cualquier ángulo se vería bien— te digo a ti Elisa —sacudí la cabeza y miré a Skone, este soltó una risa — perdón, no dormí mucho anoche y estoy muy distraída —reí a la par de él — No pasa nada, te entiendo —sonrió— en fin, como te decía. Los nuevos, ya los conoces, son Manel y Ginés, vinieron a hacer una exhibición la temporada pasada —asentí, claro que me acordaba del rubio más lindo y del gallego más tierno.
Les había agarrado mucho cariño a pesar de que eran 7 años menores que yo, sobre todo porque eran muy divertidos y porque Ginés era el chico más loco que había conocido.
Poco tiempo después de su exhibición, él y Manel se escaparon un fin de semana para ir a Madrid, y como no conocían nadie más que viviera en la centro de ciudad me llamaron a mi. Así que por un fin de semana fui su niñera.
Así que sí, los conocía bien.
— Wow, en serio estás muy distraída —se burló Úrsula— Chemi te está hablando. — no, déjala, es que cuando no duermes en verdad no puedes concentrarte —asentí ante lo que acababa de decir Chemi— te decía, que si podías tomarnos una foto— asentí, levanté mi cámara que colgaba de mi cuello, ajuste los colores y los apunté.
Mi amiga sonreía de oreja a oreja miéntras lo abrazaba con cariño y él la sostenía por la cintura con fuerza.
Me concentré en su mirada, que parecía mirarme a mi más que al lente de mi cámara.
— Chemi, mira a la cámara —pedí, él sacudió su cabeza y entonces sí miró directo al objetivo.
Les tomé la fotografía y luego me acerqué a enseñárselas. En ese momento sentí que alguien me picó las costillas, me giré bruscamente solo para encontrarme con el barcelonés más guapo de toda España.
— Heeeey, pero si es mi fotógrafa favorita —sonreí.
De todos los freestylers, con Pablo era con quién me había llevado mejor.
Yo había llegado a Urban casi por accidente. Resulta que, yo soy mitad mexicana y mitad española.
Casi todo mi vida la viví en México, hasta hace 2 años que llegué a España a vivir con mi madre a la que no pude encontrar.
Cómo no tenía dinero y lo único que tenía era una licenciatura en fotografía profesional y una cámara, me decidí a hacer fotos.
Vendía unas cuantas por Internet, otras eran solicitadas por la gente y yo las cobraba... Fue así como llegué a Eude.
Me pidió que lo fotografiara para un pequeño evento que tuvo ya que su antigua fotógrafa había enfermado y no podía ir ese día. La pasta era buena así que acepté.
Al final, nos habíamos llevado tan bien que seguimos hablando por meses, hasta que me invitó a ser parte de un nuevo proyecto, y así llegué a Fms temporada uno.
Ahí conocí a todos los chicos, con todos me llevaba increíble, aunque en definitiva tenía una amistad más fuerte con Pablo y con Chemi. Ah, y con Míster, aunque nuestra amistad era más de jodernos la existencia cada que nos veíamos.
— hey, Pabli —le besé la mejilla y sonreí — vaya cara de muerto tienes tía —se burló, entrecerré los ojos e hice una mueca, él siguió riendo. — Mentira, se ve muy bien —habló el malagueño, lo miré. Estaba sonriendo mientras que Úrsula a su lado lo abrazaba por los hombros. — bua, tú dices eso porque eres un tonto y no sabes de verdadera belleza —se acarició la cara. Le di una pequeña cachetada.
— dios, pero que muertos se ven por aquí —miré detrás, Mister venía entrando al pasillo con un gorro rojo y unos lentes, sonreí. — Pues tendrás un espejo enfrente, porque aquí el único muerto eres tú —sonrió de vuelta.
Me abrazó y besó mi mejilla, hice lo mismo.
— ¿Qué tal, como te encuentras? —preguntó, parecía que estábamos haciendo una reunión en medio de ese pasillo. — Genial —dije — Mentira, que dormió cerca de treinta minutos anoche —respondió Pablo, lo miré mal y le golpeé el abdomen. — Pues no se te nota nada —sonreí— porque la cara de mierda la llevas siempre. — vete a la mierda —dije riendo. Mister me abrazó de nuevo y se fue.
— Chicos, voy al baño —dijo Úrsula y se fue. Pablo miró a Chemi y luego me miró a mi — ¿Los molesto si los dejo solos? —negué. Chemi igual.
Pablo se dió la media vuelta y se fue por dónde vino. Chemi se acercó y se paró frente a mi.
— en verdad... —empezó, lo miré intrigada— no te ves para nada mal. Te ves fresca, y linda... —pareció sorprenderse por lo que había dicho. — Gracias, Chemi —mi sonrisa era imposible de quitar de mi rostro.
Solo la voz de Úrsula logró que ambos nos dejáramos de mirar y que nuestras sonrisas desaparecieran.
