Dream...

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Noviembre de 1999

Las risas de la pequeña retumbaban por toda la casa al estar jugando con sus hermanos, Rufus y Tiger Lily. Corrían y corrían por todo el sitio. Era tan divertido y emocionante para ella.

La cara de Roger hablaba por si sola. Amaba a sus hijos con todo su corazón. El brillar de sus vigorosos ojos lo era todo.

La más pequeñita fue, en busca de refugio, detrás de su amado padre, aferrándose con sus manitos al pantalón que portaba él. Los dos hermanos corrieron hacia ella. Entre risas y cosquillas el trío volvió a corretear nuevamente. Tenían más energía que un cachorro.

-°•°•°•°•°•°•°•°•°-

Debbie, Rufus y Tiger no estaban. Habían ido a comprar unas cosas, en consecuencia, Rog y Emi estaban solos.

Escuchaba a su papá cantar y tocar la guitarra, era una de las cosas que le encantaban. Ponía tanta atención cuando lo hacía, él o su tío Brian.

Tarareaba la letra de la canción. Su canción. Amaba con locura "Fly Me To The Moon" del artista Frank Sinatra.

"(...)Fill my heart with song
Let me sing for ever more
You are all I long for
All I worship and adore
In other words, please, be true
In other words, I love you(...)"

Cantaba con entusiasmo para su bebé.

Al finalizar la canción, Roger, se dio cuenta de un pequeño detalle. Su dulce niña había caído completamente dormida en el gran sillón. Miró con ternura la escena, formando una sonrisa en su rostro.

Tomó el indefenso y flaco cuerpo de su hija, dispuesto a dejarla arriba. Se dirigió a la habitación de su dulce princesita y la dejándola en la cama, cuando quiso retirarse del lugar Emi se había despertado.

-No te vallas, Papi.

Logró decir la pequeña entre su reducido, y ahora adormilado, lenguaje. No pudo negarse a quedarse un rato con ella, solo unos minutos. Tan pronto como pasó un brazo por debajo del cuello de Emilia, abrazándola, sintió su respiración calmarse, dando a conocer que la rubiecita se había dormido.

Sus párpados pesaban cada vez más, era imposible mantenerlos abiertos. No había dormido mucho ese día. Tenía sueño, mucho sueño, además de la comodidad que sentía en ese momento.

Sus ojos se cerraron tortuosamente, mientras caía junto con su hija en el Reino de Morfeo.

-°•°•°•°•°•°•°•°•°-

Despertó al percibir una voz conocida, esa voz dulce y tranquila. Notó que su padre no se encontraba con ella, ahora.

Pudo escuchar el chillido de pisadas en la escalera de madera, se sentó en la cama a esperar si venía. Era algo que siempre hacía.

El picaporte de la gran puerta bajó para luego dejar ver esa cabeza rulosa.

-¡Bri! -gritó la pequeña, corriendo hacia el nombrado.

Esa mañana, los 6 que se encontraban en la casa, desayunaron juntos.

Obviamente, la dulce niña entre su papá y, al que ella llamaba y quería como tío, Brian.

Cada tanto los dos mayores se ponían de acuerdo, con tan solo una mirada, para hacerle cosquillas a la rubiecita.

Su pequeña risa se escuchaba por todo el comedor, lo que hacía sonreír a su padre.

-Basta -Logró decir, con su escaso lenguaje y voz chillona, entre risas.

Los dos mayores pararon con una sonrisa en sus caras.

El resto de la tarde la pasaron jugando. Más que nada los 3 más pequeños.

Una canción sonaba en la radio. Reconocía esa voz y la amaba. Esta vez no era su papá, no era Brian, no era ninguna de los Beatles, era de Freddie.

Living on my own resonaba por todo el lugar. Escuchar a ese hombre le encantaba.

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Reconocida desde pequeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora