Capítulo uno.

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Amor.

Eso sentía Louis Tomlinson. Lo sentía por él desde que llegó a la privada, desde que hablaron por primera vez. Desde que lo conoció en sí. Pero él nunca se dió la tarea de ser su amigo o invitarlo a un simple café. Lo acosaba. Sentía miedo, era timido. En cambio su platónico nunca se sentía en ambiente hablando con él, simplemente no le agradaba.

A la edad de catorce años, Louis se dió cuenta que no era como los otros chicos: en busca de placer excesivo en el sexo, problemas, peleas callejeras, fiestas, drogas y relaciones amorosas con chicas.

Él era gay.

Harry Styles es empleado en Pizza's Hot como repartidor. Es lo contrario a Louis; le gustan las fiestas, fumar cigarrillos y sexo con mujeres. Lo que lo hace diferente es que por las tardes antes de las siete p.m., se encamina a la biblioteca River's a leer. Hasta las nueve de la noche, tranquilizandolo más por el estrés y... algo más.

...

Louis se encontraba sentado solo en una mesa para diez personas en la cafetería. No sociabilizaba, mucho menos entablaba una conversación con algun grupo de amigos. Su mejor amigo era la observación.

Observación a Harry.

Lo veía saludar a sus amigos y besar en la mejilla a las chicas que pasaban a saludarlo. Suspira para calmarse; la envidia lo carcome.

Envidia de no poder hablarle y besarlo como lo hacen esas pibas putas.

Su sandwich de huevo y tocino llama por ser comido pero Louis lo evita y lo hace bollo tirandolo a la papelera, así tomando sólo el jugo de manzana. Él cree que eso es parte de una "buena dieta", ya que le gusta mantener una "figura". Tomando en cuenta el vomito en las tardes después de dar un bocado a su comida.

Agacha su cuerpo y toma la mochila negra del suelo. Camina por donde está Harry, y este lo mira con algo de odio. A Lou le causa a la vez felicidad y dolor.

...

Narrado por Harry

La hora de ansiedad en el día está llegando y necesito mi cajetilla de cigarrillos. Odio esta parte del día, me hace sentir incómodo e inquietarme. Hasta me tiembla la cabeza.

El maestro Marshall no para de dar su tonta clase se historia griega o lo qué sea que esté dictando. No lo aguanto.

—¿Qué tienes viejo?— pregunta Liam.

—Necesito cigarrillos idiota, ¿no lo ves?— le enseño mi mano temblorina—. Y este viejo no para de hablar. No creo aguantar más.

—Sólo pide que te deje salir, ¡duh!—

—Guau, cómo no se me ocurrio Liam— el sarcasmo se hizo notar en mi voz—. ¿Recuerdas que Marshall me odia por haberme tirado a Savannha, su hija? Si me reprueba porque sí, obviamente no me dejará salir aunque me este muriendo.

—Bien, ammh, lo distraere y tú corres.


Liam se levantó mientras yo agarraba la mochila del suelo. Por abajo, Liam me hizo una seña para salir. Corrí.

Adiós estúpido Marshall, hola cigarrillos.

Stockholm Syndrome - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora