Capítulo diecinueve- final

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Louis despertó temprano para hacerle el desayuno a Harry y hacer las pases. Pero antes, tirar todo a la basura los pedazos de la cámara ya rota, los botes vacíos de cloroformo, las bandejas y las fotos igualmente ya rotas.

No se le haría raro que Harry ya no se confiara en él y que ya no lo trate igual, pero va a echar su biblia demostrándole que le ama y que es diferente. Y más que nada que lo perdone.

Terminó de cocinar el omelet y bajó al sotáno con una bolsa negra de basura. Recojió los trozos de la cámara, las bandejas y los botes vacíos para echarlos a la bolsa. Con un recojedor y escoba, barrió los pedazos de fotos e igualmente las echó a la bolsa. Amarró el material negro y subió de nuevo para salir y dejárla en la acera para cuando pasara el camión de basura.

Regresó a la cocina y acercó cubiertos, y vertió jugo de naranja fresco en un vaso de cristal. En una bandeja de madera, acomodó el plato con la comida, los cubiertos, servilletas y el vaso con jugo. Subió en silenció a su habitación y dejó la madera en un buró para hacer algo antes.

Sacó su celular del mismo buro donde dejó la bandeja y le mandó un mensaje de aviso a sus amigos, a Liam y Niall.

>>— El plan va a durar hasta el martes. Louis.

Lo guardó y sacó el celular de Harry —aunque era de Anne, ya que el suyo lo quebró—, y buscó el número de Gemma, enviándole el mismo mensaje.

Ya listo, se acercó a Harry y le repartió besos en el rostro para despertarlo. El último beso fue en los labios, en un gemido típico de la mañana, Harry logró despertar con una maravillosa sorpresa. Y qué bella sorpresa.

Louis se separó viendo despabilándose a su próximo príncipe. Esos ojos verdes esmeralda le miraban bonito, se sintió vivo.

—Buenos días— le susurró sonriente y dándole un beso en la mejilla.

—Buenos días— le contestó con su voz ronca, se estremeció Louis.

—Te traje en desayuno, Harry— el ojiazul se levantó para tomar la bandeja y ponerla sobre las piernas de Harry, ya sentado.

—Muchas gracias, Lou— le dijó amable mirando la comida. En verdad se veía rica.

Louis tomó el tenedor y el cuchillo cortándo un pedazo del omelet. Ya encajado bien el pedazo en el tenedor, lo fue acercándo a la boca de Harry para que lo comiera. El ojiverde le enseñó los dientes en una sonrisa y comió el trozo.

—Mmh, está bueno— dijó cerrando los ojos, deleitándose.

—¿Te gustó?— le preguntó feliz Louis.

—Mucho, dame más— el ojiazul le asintió sonriente y dándole de comer en la boca el omelet.

Ya terminado todo el desayuno, Louis hizó a un lado la bandeja de madera. Tomó las manos de Harry y le dió un beso en los nudillos de cada una.

—Harry perdoname. Estás en todo tu derecho en ya no verme igual por lo de ayer. Como te dije, me gustas muchísimo, me enamoré de ti perdidamente— pausó para tomar aire—. Me enamoré tanto que me obsesioné por ti. Le pedí dinero a mi tío George para comprar todo eso, no le dije para qué. Quería ser tu amigo para acercarme a ti pero después nos volvimos amigos...con derecho, y el amor creció mucho más. Luego pasó lo de la camarera, Dios no sabía en qué pensaba. Pero yo te amaba en ese momento, aún lo hago. Y me disculpo por eso. Tambiém cuando me atreví a golpearte, nunca lo haría pero esa vez se ne colmó la pasciencia. Aún así, lo lamento.

Con sus manos, ahueco el rostro de Harry. Su corazón crecía y latíma máa con cada palabra que le decía Louis. Nunca creyó que se iba a enamorar de alguien tan bueno como él. Nunca creyó que se iba a enamorar de un hombre, jamás.

—Harry yo te juro que te amo más que nada en este miserable mundo. Eres de las mejores y hermosas personas que he conocido. Te amo y nada ni nadie podrá cambiarme de esa idea— le besó los labios suavemente diciéndole una vez más cuánto lo amaba. Harry se separó.

-No puedo ocultarlo más Louis. Me has hechizado. Lamento haberte juzgado y ser un completo estúpido contigo, lamento haberte maldecido y golpeado frente a todos en el campus. ¡Lo lamento por todo! Nunca pensé que me podría enamorarme de ti, de Louis Tomlinson. Este sindrome de estocolmo lo siento por ti- lágrimas empezaban a derramarse por  los bellos ojos verdes hasta su mandibula-. ¡Te amo y no puedo evitarlo!

Louis sonrió con felicidad y con ojos cristales. En dos pasos el ya se encobtraba en los labios del rizado.

Esto a penas comenzaba.

—Vamos a tu casa y recojerás las ropas más elegantes que tengas— le dijó Louis emocionado.

—¿Para qué, Lou?— le dijó el ojiverde ceñudo.

—Te tengo una sorpresa— le guiñó un ojo y le volvió a besar los labios.

Louis lo llevaría a cenar en un restaurante elegante y formal. Después lo llevará de paseo al parque que está en el centro de la ciudad, ahí hay muchos árboles casi pelones por completo, fuentes, puestos de alimentos y a veces hay shows de música. En fin, el parque es muy bonito y fresco. Le tiene que pedir su auto a Zayn. Ahí le va a pedir a Harry ser su novio...

Stockholm Syndrome - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora