𝟏. 𝑫𝑰𝑬𝑵𝑪𝑶

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DIEGO
×
CINCO

Pedido por: ssuperclap

[ . . . ]

— Estoy muy preocupado por mi hermano, no lo eh visto.— le dice Diego a Eudora.

— Aparecerá pronto, ya verás.— trata de animarlo, alejándose de él.

Diego quería pensar que su nivel de preocupación era normal, o eso pensaba hasta que vio a Luther tranquilo diciéndole que lo irían a buscar.

— No te ves muy preocupado.— le dice a Luther, después de un largo silencio.

— Es Cinco, él estará bien.— asegura.— recuerda que estuvo en el futuro y regreso con cincuenta y ocho años. El sabe lo que hace.

Su respuesta no lo tranquilizo para nada.

Habían ingresado a una biblioteca y Diego había adelantado el paso, por lo que Luther también lo hizo.

— Oh, vaya.— menciona Diego cuando ve a Cinco con una botella de licor, abrazado a la mitad de un maniquí.

Luther es quien carga al mayor.

— ¿Qué?.— pregunta cuando Luther le tiende aquel maniquí.

— Llévatelo.

— No me llevaré esa cosa.— aclara toscamente.

Luther suspira y se las arregla para cargar a Cinco y su maniquí Delores.

— ¿A dónde iremos? No podemos ir a la academia y que esos locos nos vuelvan a atacar.

— Conozco un lugar.— Luther asiente, para comenzar a seguirlo.

— Por favor no me vomites encima.— le dice a Cinco cuando esté se remueve en los brazos del musculoso.

Diego no prestaba atención a lo que Cinco balbuceaba hasta que menciona su nombre.

— Me gushta tu traje, Diego. She te ve muy sexy.— termina para comenzar a reír como loco.

Diego detiene su andar para voltear a ver a Luther y a Cinco. Viendo como Luther lo veía confundido y asqueado, ya que Cinco si le había vomitado encima. Solo se limita a encogerse de hombros y volver a comenzar a caminar con una media sonrisa.

— ¿Aquí vives? ¿Enserio?.— pregunta Luther cuando están frente al gimnasio.

Diego lo ignora ofendido y lo conduce hasta las escaleras para bajar al sótano.

— Hace rato una chica llamó. Creo que era una policía.

— ¿Y que dijo?.

— Que encontró a tu hermano y es la última vez que te doy el mensaje.

Termina por decir para irse.

— Pero Cinco ya está aquí.— dice Diego.

— Klaus.— dicen los dos al mismo tiempo.

— Yo iré, cuida de Cinco.

— Bien.

Luther deja a Cinco en la cama y sale del cuarto de Diego.

El moreno se acerca al ojiverde sentandose a su lado.

— Y dime, ¿Por qué bebiste?.— pregunta después de más de cinco minutos en silencio.

El mayor balbucea, viendo a la nada.

— ¿Qué?

— ¿La polishia esh tu novia?.

— No.— se limita a decirle.— ¿Por qué?

— No sse ven bien juntos.— lo acepta.— Te veriash mejorrr con.— hipea.—... migo.

— ¿Pero que cosas dices?.— le pregunta con una sonrisa nerviosa.

— Me gustash, Diego.— ahora el ojiverde si lo estaba mirándolo a los ojos. Se acerca gateando hasta el moreno, sentándose sobre sus piernas para así quedar frente a frente.

— ¿Q-que estás haciendo?

— Besame.— murmura.

— No lo haré.— asegura, separando al más bajo de los hombros y a la vez poniéndose de pie.— Estás ebrio, Cinco.

— No, no es cierto.

— Literalmente le vomitaste a Luther encima.

— ¿Y?.— pregunta haciendo un puchero que Cinco jamás haría en sus cinco sentidos.

— Cinco, ya basta.— a decir verdad, no le creía ni un poco, de niños, Cinco le hacía ver tonto, algo que al momento no ha cambiado, y también hacía comentarios mordazes acerca de su tartamudeo.

— Pero es enserio.— murmura con los ojos llorosos.— si fueras más listo..— y ahí iba.— te hubieras dado cuenta que desde siempre te coquetee.

Al parecer ya no estaba tan ebrio ya que su hablar se notaba más claro.

— ¿Qué?

— Una vez te dije "Que eras demasiado lindo para ser tú".

— Vaya, que halago.— le dice sarcásticamente jugando con su cuchillo para calmar los nervios que estaba sintiendo.

— Diego.— Cinco se levanta de la cama, tambaleándose, sin duda era alto para la edad que aparentaba pero apenas y le podía llegar a Diego a los hombros.— Me gustas y, es verdad.

— ¿Enserio?.— pregunta en un hilo de voz mirándolo a los ojos.

Cinco asiente.

— Mierda.— murmura Diego.

Cierra los ojos, pensando, pero siente como Cinco le tocaba el pecho.

— ¿Me besaras o qué?.— pregunta Cinco impaciente.

Diego lo toma de las mejillas, e inclinándose un poco, junta sus labios con el ojiverde.

— ¿¡Qué están haciendo!?.— grita Luther desde la puerta y a un lado está Klaus riéndose de la parejita asustada del mastodonte de Luther quien se había acercado amenazante a Diego, levantándose del cuello de su traje, levantandolo del suelo.

— Siempre sospeché que había una tensión sexual.— se burla Klaus.









PRÓXIMO ONE SHOT;
BENCO

𝐓𝐔𝐀 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 𝐆𝐀𝐘 ¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora