Advertencia: Posible spoiler si aún no vez la segunda temporada.
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— Momento.— Diego pone su mano, evitando que las puertas se cerrarán, tanto Cinco como Diego se miran a los ojos y sonríen levemente, antes de que Allison también entrara y cada uno de sus hermanos llegará.
— Bien, estamos todos.— menciona divertido.
El elevador estaba en silencio, Cinco sentía una mirada encima de él y sabía que era Diego.
— Que asco.— se queja Cinco, saliendo del elevador apresuradamente, y por fin destapan su nariz al igual que los demás, después de que Luther se tirara un gas en pleno elevador.— Cuando llegué papá, yo seré el que hable.
— Yo le haré unas preguntas.— interrumpe Diego.
— No queremos asustarlo. Podría ayudarnos a volver a casa.— habla de nuevo Cinco.
— No, averiguaremos por qué matará al presidente.— vuelve a insistir.
— Es cuestión de vida o muerte, imbécil.— dice sin poder contenerse.
— Si, tal vez podríamos turnarnos para hablar ¿No?.— ofrece Vanya.— Miren, quien tenga está caracola podrá hablar.
— Vanya, no hay tiempo para debates.— dice irritado, Cinco no entendía como sus hermanos no comprendían que lo escencial era regresar a casa de nuevo, sólo quería el bienestar de su familia pero nadie se lo ponía fácil.
— Yo empiezo.— decir Allison tomando la caracola.— Soy mejor oradora que ustedes.
— La preferida de papá.
— ¿Celoso, dos?.
— Oye, no más números. No más tonterías, somos el Equipo cero, todos.— habla de nuevo Diego.
— Diego.— habla Luther y Diego lo ve.— No tienes la caracola.— Diego sonríe falsamente mientras levanta el dedo índice a la vez que tomaba la caracola que tenía Allison para lanzarla a cualquier lado de la habitación.
— Relájate, Diego.— murmura Cinco y el nombrado logra escucharlo ya que toma asiento alado de el.
Todos ven a Reginald entrar y lo siguen con la mirada, todos se sientan.
La conversación inicio, Reginald había pedido que mostrarán sus poderes y a pesar de que Luther dijo que no harían un circo y aplaudirían como focas, Diego termina lanzando un cuchillo cercas de la cabeza de Reginald.
— Sigues errandola, jovencito.
Diego se levanta molesto, dispuesto a golpearlo, pero es detenido por Cinco quien rápidamente se había teletransportado para detenerlo.
— Basta.— le pide Cinco, viéndolo a los ojos con súplica, Diego asiente rendido y se deja caer de nuevo a la silla.
— Eso es interesante.— habla Reginald, exactamente por dos razones.
Cinco da un pequeño resumen de los poderes de cada uno e internamente Cinco se anota mentalmente vengarse de Allison por hacer que Diego se auto golpeara.
— Sabemos que estás involucrado en un complot para asesinar al presidente.
— Estuviste internado, ¿Correcto?.— ataca el anciano.— Veo que sigues sufriendo delirios de grandeza y paranoia aguda.
— ¿En serio?.— pregunta Diego.— Dentro de dos días, en la plaza Dealey, dónde le dispararán al presidente.
— Supongo que lo resolviste. Tu solo descubriste mi nefasto plan. ¿Eso quieres oír?.— Cinco temía a dónde estaba llendo la conversación.— ¿Te crees un bienhechor? ¿El último hombre que nos salvará de descender a la corrupción y a la conspiración? Es una fantasía absurda.— todos se encontraban en silencio, incómodos y temiendo de que tan herido saldría Diego.— La triste realidad es que eres un hombre atormentado, inconsciente de su insignificancia que se aferra con desesperación a un razonamiento ineficaz.— Cinco volteo a ver a Diego, quien se encontraba cada vez más dolido.— Más precisamente, un perfecto inepto.
Diego titubea un poco, esforzándose por hablar.— T-t-t-te equivocas.
Cinco siente un hueco en el corazón al escucharlo tartamudear.
— Olvidemono del presidente.— habla, tratando de desviar la atención de Diego.
El latino se sienta, completamente herido y Cinco le aprieta el hombro como forma de apoyo a la vez que hablaba, los demás pudieron no notarlo, pero Reginald si, ver cómo Cinco miraba con aprecio y apoyo a Diego y este le agradecía con la mirada y una pequeña y muy mínima sonrisa.
Reginald había accedido a hablar solo con Cinco a la vez que se alejaba de los hermanos.
Cinco separa un poco a Diego de los demás para hablar antes de seguir a Reginald.
— ¿Estás bien?.— pregunta sumamente preocupado.
Diego asiente levemente.— Entra con él, te esperaré abajo.
Cinco asiente y como ambos no podrían despedirse como quisieran, Cinco le sonríe levemente y se aleja bajo la atenta mirada de Diego.
Cinco no pudo concentrarse completamente, aún estaba preocupado por Diego pero ahora rondaba el consejo que Reginald le había dado.
— "Yo también he estado enamorado, y se que tu relación con aquel chico es más que una hermandad".
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No me convenció la parte final y es que no sabía cómo ilustrarlo espero que aún así te haya gustado :(
Ahre igual me puse triste y describí a Cinco como me sentí yo al ver esa escena :'(
Aquí todas las personas que odian a Reginald como yo:
Les dejo una fotito para que se animen osiosi;
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