20. Encuentro inesperado

128 20 92
                                    

Le había prometido a Miranda que estaría allí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Le había prometido a Miranda que estaría allí. Tenía que hacerlo. 

Resopló y abrió la puerta del quirófano, encontrándose con su colega inclinado sobre el lavabo.

—¿Cambiaste de opinión? —Brett no lo miró y siguió enjabonándose las manos y los antebrazos.

Parker miró un momento a la residente que se lavaba a su lado, Dana. Parker recordaba que había sido muy buena alumna en el tiempo que estuvo impartiendo clases después de su accidente, por eso la había escogido. Pero no significaba que quisiera hablar de eso con ella ahí presente.

—García —dijo Brett, llamándola por su apellido—, ve que la paciente esté bien y tranquilízala antes de que le pongan la anestesia.

Ella se enjuagó las manos.

—Sí, doctor.

Cuando Dana entró, Brett lo miró con las cejas alzadas mientras se enjuagaba las manos.

—No voy a operar, Brett.

—¿Porque es la madre de tu novia o porque no confías en ti mismo?

Parker sintió esas palabras como una flecha clavándosele en el pecho. Pero era la verdad. No confiaba en si mismo.

—Es estúpido discutir por esto —él desvió la mirada hacia el interior del quirófano—. No se supone que deba operar si tengo un lazo emocional con el paciente.

—Los dos sabemos que esa no es la razón, Parker.

Él se relamió los labios.

—Iba a entrar para estar presente, pero creo que es mejor si observo de la galería.

—No es a mí a quien estás engañando. Pero como quieras —Brett le dirigió una última mirada y sacó las manos del chorro de agua—. Es tu decisión.

Le dio la espalda y entró al quirófano.

Parker salió y cerró la puerta tras de sí quizás un poco más fuerte de lo debido.

Era un cobarde.

Brett tenía razón, si hubiese sido cualquier otra persona en la camilla, él tampoco habría sido capaz de quedarse.

La excusa era que se trataba de Bianca, si algo salía mal podría deberse a que él estaba nervioso de lastimar a la madre de su pareja.

Pero la realidad era que no lo hacía porque tenía miedo. La realidad era que si algo salía mal sería porque él aun no estaba listo para eso.

¿Pero como saber si estaba listo si no lo intentaba? Y la cuestión era, que le daba pánico intentarlo.

Desde arriba, observó detalladamente cómo su colega llevaba a cabo la operación. Intentaba recordar lo que había leído la noche antes, el procedimiento de esa cirugía estaba fresco en su memoria. Al contrario de muchas cosas que había olvidado debido a su accidente meses atrás.

Algo hermoso |Amar de nuevo 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora