25. El jodido mapa del puto tesoro.

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Rebecca O'Connell

—¿Quien fue el maravilloso genio que pensó que jugar el mapa del tesoro era algo divertido?— Se quejó Sidney abrochando sus agujetas.

—¿A mí que me dices?— Me queje.— Tampoco me fascina estar en el sol.

—A mi tampoco me fascina verte llena de mayonesa.— Habla Ruel estirando sus brazos.

—¿Mayonesa? Esto es bloqueador idiota.— Ambos reímos.

—¿Desde cuándo ustedes dos son tan amigos?—Pregunto Sidney apuntandonos con su dedo.

—¿Y eso a tí que te importa?

—Ruel.

—Es tu amiga, no la mía.— Se excusa y me regala una sonrisa.

El se encoje de hombros y sigue con sus estiramientos.

Todos los consejeros de cabaña estamos listos, todo ya se han preparado para la actividad y solo faltan las instrucciones.

—Bien, bien, bien. Cómo ya saben, los niños de sus cabañas están siendo cuidados por algunos voluntarios y padres de familia. El día de hoy la actividad es para ustedes.

Mientras Larry no para de hablar, mi vista se dirige a Scarlett. La veo tomar sus maletas con una cara deprimente.

Ella toma las dos maletas y se dirige al coche que se encuentra en la entrada, luce demasiado pálida y sin embargo no tengo el valor suficiente para ir tras ella y siquiera despedirme.

La madre de los Moore sale del coche y ayuda a su hija con las maletas.

—No entiendo por qué se va ahora.— Susurré.

—Yo le ordené que se fuera.— Susurra Shawn en mi oído.

De pronto comienza a dejarse ver frente a mí.

—¡Rebecca! ¡Vengo a despedirme!

La voz de Larry se opaca por la de su sobrina, Scarlett llega a mi con una sonrisa cansada.

Ambas nos abrazamos y la siento sonreír.

—Te extrañaré.— Afirma al separarse de mí.— Espero volver a verte, se que al terminar el campamento irás a la universidad.

—Siempre tendré las vacaciones para volver a casa.— Afirmó.

La madre de Scarlett hace sonar el claxon. Ella tampoco tolera ver la estatua de Shawn...

—Ya me despedí de el... Lo lamento.— Scarlett susurra lo último, coloca un un trozo de papel en mis manos.— Lo lamento.— Ella se separa de mi para correr de nuevo al coche de su madre y sin más el coche sale del lugar.

—En vista de que no me necesitas... Por si me buscas estaré en el baño.— Shawn desapareció de nuevo.

Mi corazón se estrujó lo suficiente para querer salir corriendo tras el.

Guarde el papel en mí bolsillo dispuesta a correr.
Doy un paso adelante pero la mano de Ruel me detiene.

—¿A dónde vas? ¡El juego ya empezó!

—¿El juego? ¿En qué equipo estoy?

—Es por cabañas, el que tenga más objetivos gana.— El toma la hoja en sus manos y lee.— Lo primero en la lista es algún artículo pequeño con el logo del campamento.

—Tengon un llave del campamento. ¿Eso sirve?

Ruel sujeta mi mano con un poco de fuerza y corremos a la cabaña. Mis pies se mueven con fuerza y es solo cuestión de segundos para que comience a jadear y quedarme sin aliento.

Lo Que No Fue De Nosotros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora