Lo Que No Fue De Nosotros.

07. Amigos peculiares.

Rebecca O'Connell

Para estar en pleno verano, era extraño que una tormenta se presentará de la nada.

Sin embargo, había una tormenta eléctrica justo ahora.

La luz se había ido hace 40 minutos y desde ese tiempo me encuentro sola en mi cabaña.

Cuando la tormenta comenzó, Logan corrió hacia la cabaña de nuestros niños, solo tomo una chaqueta y el radio.

Pasaron 20 minutos desde su partida cuando la lluvia aumento, ese hecho solo hizo que fuera imposible que Logan regresará por lo cual me he quedado sola con un fantasma curioso que no ha parado de revisar la cabaña.

Mientras estoy recostada mirando mi radio, puedo ver a Shawn mirar las cosas de Logan.

Entra y sale de su armario.

Mi estómago ruge y suspiró, la pequeña nevera que tenemos aquí está vacía casi en su totalidad gracias a los antojos nocturnos de mi compañero.

Shawn atraviesa la puerta principal de la cabaña y ahora sí estoy en completa soledad.

-Becca, Becca ¿Me oyes?- Tomó la radio rápido y contestó.

-¡Logan! ¡¿Qué sucede están bien?!

-Tenemos un pequeño problema...- La señal se corta un poco. Golpeó el aparato en mis manos y de nuevo lo escucho.- No podré volver, un rayo callo en un de los árboles cerca y la rama callo impidiendo que la puerta se abra.

-¿Fuera de eso están bien todos?

-Si, los niños tienen su nevera repleta de comida, gracias a Dios hicimos que Larry colocará al menos un baño por cabaña.

-Lo sé, tenemos suerte.- Bromeé.

-Ten mucho cuidado, no salgas podría pasart......

La señal termina por cortarse y de nuevo estoy en silencio. Cierro los ojos esperando dormir al menos un par de hora en lo que la lluvia se disipa pero me es inútil.

Abro mis ojos cuando escucho la campanilla de la puerta y me siento sobre la cama.

La puerta se abre pero no veo a nadie.
De pronto, un platón de galletas, pastelitos y lo que parece una jarra de leche, entran flotando.

-Esto huele delicioso, o lo comes ahora o perderá el encanto niña.

Esas son las primeras palabras que me dice luego de qué yo saliera huyendo del baño por su gran idea de besarme.

¿Es ridículo que la haga la ley del hielo a un fantasma? No. No lo creo.

Suspiró rendida y lo miro a los ojos

-Rebecca.- Digo sonando molesta.- Mi nombre es Rebecca.

-Puedes decirme gracias y solamente comer o podríamos seguir discutiendo sobre si tú nombre es niña o Rebecca.- El se enconje de hombros.- De cualquier forma me da igual.

Las cosas que trajo se colocaron solas sobre la mesita de noche. Vuelvo a verlo y lo veo hacer movimientos con su manos, es claro que el trajo las cosas. A su manera eso es seguro.

-¿Nadie te vio tomar esto?

-Solo tu puedes verme, espera...

Tomé una galleta de avena y le di una gran mordida. En definitiva debo ponerle candado a la nevera si quiero evitar morir de hambre.

-¿Tienen cámaras de seguridad?- Pregunta divertido.

Niego con la cabeza y ya no luce divertido.