Jimin es un cachorro de tan solo meses cuando es abandonado en la puerta de la mansión de la adinerada familia Kim por un simple pecado ante los ojos de los lobos que rinden culto a la madre luna; un cachorro sin aroma.
JungKook es un claro alfa des...
Al llegar a la mesa junto a los demás la tensión y el aroma ácido aún no ha desaparecido de Jeon, al igual que el agrio crece junto a sus cejas arrugadas en molestia del Omega pelirrosa.
Suspirando y rendido Jimin atrae la cabeza de JungKook hasta colocarla sobre su cuello y que así este entierre su nariz en su fuente de olor dulce. Sus amigos los miran atentos esperando que la rabia de ambos se disperse.
-No estés enfadado conmigo. -Susurra el azabache cuando la conversación trivial comienza en la mesa y ellos pasan a un segundo plano.
-No lo estoy. -Responde en el mismo tono el Omega.
-Sí lo estás, se nota en tu aroma. -Jimin resopla y acaricia su cabello para sentarse sobre las piernas de JungKook lo más relajado posible.
-Mi lobo está contento y orgulloso de lo que ha hecho su Alfa. -Se acomoda de lado rodeando su cuello posando así sus antebrazos en sus hombros fuertes. -Yo estoy molesto porque pienso en cómo puede desencadenar esto, sé que tú también lo estarás cuando pienses con claridad.
-Llevo toda la mañana escuchando cosas del nuevo Omega Auror de cabello rosa. -Alega como excusa. -Quería matarlos a todos.
-Lo sé, Alfa tonto. -Sonríe ofreciendo su cuello, echando su cabeza hacia atrás, para que vuelva a hundirse en él. El carraspeo molesto de TaeHyung retumba grave y fuerte entre todos. -Lo siento Hyung, pero nuestros lobos necesitan relajarse.
-¿Y qué él respire en tu cuello y tú te sientes sobre él es necesario? -Pregunta mirándolos con muecas desagradables.
-Los Omegas se sienten seguros al estar en el regazo de sus Alfas y estos relajados al respirar profundo su aroma y el de nadie más. -Jimin de nuevo demostrando su inteligencia.
-¿Lo has aprendido hoy en clase? -Yeosang lo pregunta con una amplia sonrisa queriendo ayudar en cambiar el tema.
-Lo sabía de antes.
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Como en otras de sus citas estaban de nuevo perdidos a las afueras de la ciudad sentados en el coche deportivo de JungKook conversando y dándose cariños.
-¿Qué podemos hacer si nuestros padres se enteran? -Habla con la respiración agitada el Omega al romper el beso.
-¿Crees que a tus padres no les gustará la idea? -Cuestiona en respuesta acariciando las esponjosas mejillas de su novio.
-No lo sé Hyung. - Susurra evitando sus ojos oscuros. -¿Y a los tuyos? -Su espalda se reposa en el asiento rompiendo total contacto con el Alfa. -Siempre he sido un cachorro sin aroma y ni si quiera soy un Kim realmente.
-¿Por qué eres tan inseguro? -Ese adjetivo ha envuelto el ambiente del coche y los pucheros de Jimin enfadan a la vez que debilitan al Alfa. -Vales muchísimos más de lo que crees Jiminie, mi tierno Mochi es el mejor y mis padres adorarán a su yerno cuando lo sepan. -Lo dice tan seguro, su tono de voz es tan creíble para Jimin y tan falso para Jeon al profesar las mismas emociones que su pequeño Mochi.
-¿Lo crees de verdad? -Obligándose a ser el fuerte y decidido se incorpora y trepa difícilmente cambiando de asiento y reponando así su peso sobre los gruesos (pero musculosos) muslos del pelirrosa.
-¿Cómo no van a hacerlo? -Con ese brillo intenso en sus ojos vuelve a acunar el rostro contrario inclinándose hacia él hasta chocar sus frentes. -Te quiero Minnie.
Su corazón se sobresalta, se ha saltado algún latido por la sorpresa acogedora y cálida de la confesión. El de Jeon no se queda atrás al estar ansioso estudiando los ojos almendrados que se humedecen con alegría. El coche se densa con los aromas dulces y fuertes de ambos por la dicha.
-Yo también te quiero Kookie. -JungKook se deshace de nuevo de la distancia entre sus bocas que no tardan en adaptarse a la otra, la fricción entre sus labios comienza a arder por lo que JungKook acaricia con la punta de su lengua la unión de ambos gruesos de su pareja. Con confianza incluye la lengua dentro de la boca agenda y comienza a jugar con la contraría.
La saliva comienza a bordear por las comisuras de sus bocas llegando incluso a sus cuellos, la calor en el coche empieza a ser asfixiante y la presión que el cuerpo grande y musculoso del Alfa comienza a causar estragos en las partes más sensibles de ambos.
-Me aplastas.
El susurro quejoso de Jimin entre saliva y labios rojos e hinchados maltratados por mordías y lamidas los hace detenerse. Las mejillas rosas ardiendo del Omega hacen sentir culpable a quien lo ha iniciado todo, pero algo en él no se arrepiente. Otro beso, más ligero, antes de volver a su asiento y con delicadeza retirar el resto de saliva de la cara de su novio.
