Prólogo

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El pequeño rubio correteaba por la casa descalzo, amaba esa sensación del frío mármol en las plantas de sus pies en verano. Bajó los grandes escalones que lo llevaban a la planta baja despacio, de uno en uno, consiguiendo escuchar cada vez más cerca las voces altas en el salón de reuniones.

Él no lo sabía; todavía era muy pequeño, con sus apenas diez años de edad, para entender lo que significaba una fiesta de proclamación y presentación como tal. Aún así podía ver la felicidad y emoción en su hermano mayor cuando hacía un par de semanas se había presentado como Alfa y ahora estaba celebrando su ansiada fiesta.

Exactamente habían entre unos diez o quince adolescentes de 15 años que se habían presentado ese año celebrando junto a su hermano, obviamente de familias tan adineradas como la suya.

Con vergüenza se asomó lentamente por la puerta entreabierta y percibió el gran aroma fuerte de Alfas en su apogeo y recién presentados. Los aromas mezclados lo marearon levemente, pero tras sujetarse al bajo de su camiseta haciendo puños sus pequeñas y rechonchas manos pudo relajarse.

-Hola. -Sus ojos centrados en el interior de la sala se abrieron sorprendidos al ser descubierto. Se giró para encarar al chico que le saludaba.

-Hola. -Susurró en bajo haciendo una reverencia, el chico alto y de pelo negro tenía un aroma que Jimin no sabía identificar. Sabía que era algo verde, algo de campo o bosque, pero la palabra no salía clara en su mente. El chico de grandes ojos, e invitado a su mansión a la fiesta de su Hyung, miró sus manitas apretadas y rojas por la fuerza.

-Te vas a hacer daño. -Le dijo acercándose a sujetar sus dos manitas entre las suyas y alejarlas de su acto. Al sentir piel con piel las palabras llegaron a Jimin.

-Hueles a cuando juego en el patio y arrancó césped sin querer. -El pelinegro sonrió amplio, sus dientes delanteros más mostrados haciendo a Jimin suspirar ansioso.

-Tú hueles dulce. -Le dijo de vuelta, el rubio inclinó su cabeza y sonrió emocionado.

Nadie nunca le había dicho que olía dulce, simplemente que olía a algo. Sus mejillas subieron tanto por la curva de sus labios que sus ojos desparecieron en dos pequeñas líneas. El pelinegro se atragantó con su propia saliva, era el niño más adorable y lindo que había visto en su vida.

-¿Por qué tardará tanto? -Se escuchó la voz de alguien al otro lado de la puerta con más claridad sobre el barullo. -Tal vez se ha perdido por los pasillos, iré a buscarlo.

Jimin sabía perfectamente que ese era su Hyung TaeHyung por lo que no se sorprendió al verlo salir del salón y pararse frente a ellos, él seguía repitiendo en su cabeza que "olía dulce" con ilusión.

-JungKook, Jimin; ¿qué hacéis? -De nuevo su hermano habló y se sintió pedido cuando el supuesto JungKook soltó sus manos. El pelinegro no respondió rascando su oreja derecha nervioso y el rubio saltó hasta los brazos de su hermano.

-TaeTae Hyung, me aburro mucho. ¿Me dejas tu consola? -Los pucheros involuntarios que hacía el rubio eran siempre arrebatadores.

-Sí, yo estaré aquí toda la noche. Puedes gastarla todo lo que quieras. -El pequeño pegó brincos en su lugar antes de alcanzar la mejilla de su Hyung y darle un besito. -Ahora vete, hay muchos mayores ahí dentro. -El pequeño asintió ansioso y se olvidó, movido por la emoción de jugar horas a la consola, del chico pelinegro de sonrisa bonita que le había dicho que olía dulce. Pero este no pudo dejar de mirarlo hasta que terminó de subir las escaleras de mármol a grandes zancadas con sus pequeños pies descalzos mientras hacía bailar su cabello rubio por los saltitos que daba.

-No sabía que tuvieras un hermano pequeño. -Le dice JungKook a TaeHyung, este asiente desinteresado. -Tiene un aroma muy dulce, seguro será Omega. -El pelinegro de cabello largo y rizado mira confuso y frunciendo sus cejas a su amigo del instituto. Su respuesta con una sonrisa ladina y una risa forzada antes de adentrarse de nuevo al salón deja desorientado al joven Alfa JungKook.

-Mi hermano no tiene ningún aroma, es un cachorro sin olor.

¿Entonces por qué él sí había sentirlo ese dulzor emanar del pequeño rubio de mejillas rellenas y sonrojadas?

Eterno cachorro (KookMin) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora