Capítulo 44~Cena (Parte 3)

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Maratón (4-4)

Los gruñidos altivos, las posturas en modo de ataque y defensa del joven Alfa y la mayor también de esa categoría habían hecho encogerse a los Omegas presentes. JungKook trató de disimularlo, pero expulso su aroma en fragancia de hormonas a su Omega para que las respirara y tranquilizara su miedo mientras, todavía bajo la mesa, apretaba más y más su pequeña mano entrelazando sus dedos. 

-Podríamos hablar calmados, esto es innecesario. -El intento del señor Kim fue en vano cuando la Alfa rugió su contraataque hacia su hijo y su hijastro.

-Os echaré a la calle, os quitaré de la dirección de la empresa y vuestras cuentas bancarias serán bloqueadas. -Amenaza sin apartar la mirada desafiante del Alfa pelinegro que todavía sostenía su muñeca entre sus dedos atrapada con fuerza. 

Hasta ahí el raciocinio de JungKook, se había acabado eso de estar presente solo como apoyo moral y espectador. ¿Cómo su madre podía asentir de acuerdo con su hermana? ¿Cómo una madre (Alfa, Beta u Omega) osaba echar a su hijo de casa por enamorarse?

-Échalos. -Pide encogiéndose de hombros y con un tono neutro de voz. Las miradas caen en el azabache como fuegos ardientes y hielos estremecidos. -Te lo dije Tae. -Habla a su amigo, la persona con la que ha compartido cada paso a crecer en su vida desde los diez años. -Os compraré una casa, será mi regalo adelantado de bodas. -El pelinegro suelta la muñeca de su suegra y se gira hacia Jeon sintiendo como YoonGi se acomoda en su pecho, rodea su cintura. Al instante Hoseok llega junto a ellos para rodear su espalda y apoyar su frente entre sus omóplatos. -Si alguno necesita dinero o trabajo, lo que sea, mi empresa está para vosotros. 

-Hijo, no puedes hacer eso. -Irrumpe su madre poniéndose en pie también junto a su cuñado y hermana. -No es tu empresa. 

-Lo es desde que cumplí la mayoría de edad madre, otra cosa es que haya querido estudiar primero como dirigirla y vivir mi vida. -La reta todavía sentado relajado con templanza en su voz, pero con sus cejas arrugadas en desacuerdo con su progenitora. Su padre un mero espectador en silencio.

-¡Pero no puedes hacerle eso a tu tía! -Grita enfurecida, Tae se inclina por volver a su zona de la mesa junto a sus chicos aún envolviendo su tronco buscando protección y algo a lo que anclarse.

-Ella está equivocada; y si tú piensas como ella, también lo estás. -La acusa, Jimin siente el miedo crecer en su lobo, algo le señalaba que iba a ocurrir la desgracia.

-¡Pero no puedes! -Vuelve a gritar incapaz de creer a su propio hijo.

-¡Claro que puedo! -Allí estaba la desgracia, más pronto y cerca de lo que Park esperaba y podía asumir. La rabia de JungKook, por la mente retrograda y absurda de su madre, lo había llevado inconscientemente a ponerse en pie llevando consigo la mano entrelazada del pelirrosa. 

¿Cuántos silencios habían habido en esa cena explosiva?

Demasiados para ser sanos.

-¿Qué... qué significa eso? -Su madre señala sus manos entrelazadas, Kook se auto odia por idiota y Jimin se pone pálido hasta querer desaparecer.

-Es mi Omega. -Suena tan natural para Jimin que su lobo revolotea feliz, el humano se sonroja hasta las orejas. De soslayo mira a sus hermanos y cuñados sonreirle con amor y ánimo; a sus padres no tiene el valor de hacerlo.

-¡¿Cómo ese cachorro defectuoso y proscrito por su manada va a ser tu Omega?! 

Joder, como dolía, quemaba desde su estómago hasta su pecho. Su garganta se hizo presa de un nudo que lo hizo romper en llanto al instante, JungKook estaba tenso y queriendo atacar a su propia madre pero se contuvo para poder levantar y arropar a su pequeño novio entre sus brazos y contra su pecho mientras besaba su cabello rosado.

-Señora Min, ambas. -Llama el señor Kim a las hermanas Omega y Alfa tratando de controlar sus instintos y de los de su mujer que luchaba por zafarse de sus brazos para arrojarse en una lucha cuerpo a cuerpo contra las mujeres que habían ofendido y despreciado a tal nivel a sus cachorros. -Les pido...

-Largaos. -Nadie esperaba ese acto puro de amor paterno, ese acto que lo ponía en peligro de ser excluido de la manada Min, del señor Jeon. El hombre alto, fornido, muy bien envejecido y que no había abierto su boca en toda la noche. El señor Jeon, el hombre que no gustaba dirigir su propia empresa por odiar socializar y tener que entablar conversaciones con personas, el hombre que le había dado abrazos y mimos contados a su único hijo; se imponía ante sus familiares por sus sobrinos y su hijo. 

Eterno cachorro (KookMin) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora