Eterno cachorro (KookMin) (Omegaverse)

Capítulo 46~Manada

Maratón pre-recta final (2-4)

La mansión Kim por fin había quedado sin invitados, descartando a los destinados de TaeHyung, y sumida en otro nuevo silencio mucha más triste y espeso de respirar.

-Lo siento. -Habla con voz temblante el pelirrosa una vez ya no queda aroma en el ambiente de su Alfa para seguir conteniendo su llanto. -No quería arruinar la cena.

-Tú no arruinaste la cena, fue la loca de mi madre. -Su amigo y cuñado Omega se aleja de su hermano para acercarse y limpiar las lagrimas que caen por su mejillas rosadas y abultadas. -Jimin estate tranquilo, contáis con el apoyo de mi tío. Es un hombre extraño, pero a su manera ama a JungKook y por lo tanto a ti.

-Pero yo no quiero que su madre lo odie, tampoco quiero que vosotros paséis por eso. -Niega frenético con su cabeza aumentando así su llanto, tal vez en el fondo sigue siendo un cachorro asustadizo del odio ajeno. -Duele mucho cuando tus padres te desprecian y odian cuando ni si quiera has conocido su amor, no me puedo imaginar lo que estáis sintiendo. -Cada palabra cuesta que salga sin gallos, respiraciones forzadas y temblores en sus labios.

-Esas personas que te dejaron en nuestra puerta no son tus padres Minnie. -La voz grave y autoritaria de su hermano TaeHyung detiene parcialmente la presión en su pecho. -Mis padres son los tuyos.

-Hijo, mi pequeño Jimin. -Su madre, la Omega que lo aceptó y llenó de amor desde el instante que sus caminos se cruzaron, se acerca a él haciendo que YoonGi vuelva con su Beta y Alfa. -Quiero que tengas claro esto, nunca nos hemos sentido decepcionados o avergonzados de ti. Todo lo contrario, el orgullo siempre destaca en cada acto que desempeñas.

-Incluso en esto hijo. -Añade y concuerda su padre besando su cabello rosado. -JungKookie es un buen Alfa, un buen muchacho, y que sea tu destinado solo es un punto a su favor para que tenga nuestra bendición. -Jimin mira a ambos apretando su labio inferior entre sus dientes queriendo detener el sollozo lastimero que iba a salir a flote. -No os dejaremos solos.

-Gracias, de verdad papá y mamá, pero algo de lo que dijo la señora Jeon es cierto. -No puede evitarlo, cada palabra hiriente que esa mujer ha dicho con obviedad sobre él lo lleva a hace escasos meses cuando JungKook aún no había vuelto a Seúl y él era el desecho de esa sociedad. El aclamado Eterno cachorro. -Soy un Omega defectuoso y...

-Jimin cállate. -Jin lo interrumpe elevando ligeramente su voz, ese mandato maternal que resuena con su voz perdida en sobreprotección por su Omega interior. -Estás estudiando para ser Auror, eres de los mejores en tu clase a pesar de llevar solo un mes en ella. Ya has durado más que muchos de tus compañeros que al ver la dificultad de la intuición y el estudio huyen como cobardes. -Enumera con voz firme y aferrado a su vez a la mano de su esposo. -Tú crees en el destino, en los planes establecidos por la madre Luna.

-Lo que Jin dice es cierto. -NamJoon apoya la opinión de su Omega y lo mira como cuando lo regañaba al ser un cachorro y hacía una travesura. -Cuando Tae y yo te encontramos en la puerta de casa supimos que si habías llegado a nosotros era por un motivo. Has apoyado a Jin como su amigo hasta unirlo a un Alfa miedoso como yo, has ayudado a tus amigos con sus Alfas tontos, por ti dos mejores amigos ahora son familia y por llegar a nuestras vidas es que encontraste a tu destinado. -Las lágrimas han parado, solo queda el pesar y la congoja, sentimientos que su otro hermano termina por eliminar de su sistema.

-Kook me contó la verdad más pura que pude escuchar, que tú no tuvieras aroma era tan simple como que tú lobo solo estaba destinado a él. -Tanto Hoseok como YoonGi asienten de acuerdo a las palabras de su Alfa. -Solo él podía sentirlo y solo él pudo despertarlo.

-¿Entiendes que eres algo crucial en nuestra vida y que por eso luchamos por mantenerte en ella? -Sintiendo ridículamente aún un temblor en sus venas y los músculos de sus hombros tensos asiente ahora defraudado de sí mismo por dudar de la madre luna, por herir a su manada con esa palabras y por echar demasiado de menos a su Alfa en esos momentos. -No dejes que nadie te diga lo contrario y menos lo creas. -Pide su madre volviendo a sostenerlo entre sus brazos, arrullándolo contra su pecho como siempre había hecho.

-Todo saldrá bien mi pequeño. -Sentencia su padre besando de nuevo su cabello y acariciándolo después con leves toques.

Las manadas, se apoyan y luchan unos por otros, se había ganado su lugar en ella al igual que habían hecho sus cuñados. Una manada cada vez más grande solo reflejaba más fortaleza y más amor por el que sentirse orgulloso.