Jimin es un cachorro de tan solo meses cuando es abandonado en la puerta de la mansión de la adinerada familia Kim por un simple pecado ante los ojos de los lobos que rinden culto a la madre luna; un cachorro sin aroma.
JungKook es un claro alfa des...
Capítulo COMPLETO con lenguaje vulgar y escenas +18. Leer bajo vuestra responsabilidad y evitar comentarios ofensivos. Quien no quiera leerlo puede pasar de él al siguiente sin problema.
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La luz e intensidad en sus miradas se podía definir como furia, no una agresiva o demandante, una furia posesiva y sexual con esa necesidad de poseer y se poseído.
La puerta del cuarto de JungKook se cierra con un fuerte portazo cuando su cuerpo choca contra el de Jimin acorralándolo en la superficie de madera de roble. Un beso rudo da comienzo, sus labios mordidos, lamidos y succionados a la par que lo intercalaban con lenguas enroscadas y juguetonas. La saliva de ambos no tarda en comenzar a caer por sus barbillas y llegar hasta sus cuellos cuando inclinan sus cabezas a lados contrarios queriendo profundizar aún más ese beso necesitado.
JungKook llevó sus manos, que hasta el momento estaban haciendo presión en la puerta a la altura de la cabeza del pelirrosa, a sus estrechas y definidas caderas para apegar así sus entrepiernas. El celo los hace gemir a ambos con ese simple roce de miembros duros y erectos. Las manos de Jimin, que en algún momento del beso que ya le robaba la respiración habían soltado la mochila que cargaba, ahora se meten ansiosas bajo la camiseta ancha de pijama de su Alfa queriendo sentir mucho más de su piel que se eriza ante el contacto. Jeon se separa lo suficiente como para retirar su camiseta y romper, desde el cuello hacia los lados en jirones, la de su novio.
-Quítala. -El mandado bajo con ápices de la voz del Alfa interior vuelve a provocar otro gemido en Jimin que retira su camiseta rota como si fuera una chaqueta. Las manos ansiosas del azabache tampoco pierden tiempo en abrir correctamente el cierre de su pantalón, tira de él hasta romperlo y jadea salivando ansioso al ver el bulto en los boxers opuestos y el líquido espeso con aroma dulzón caer por los muslos blanquecinos de su Omega. -Te lamería entero, ese agujero está pidiendo que mi lengua lo penetre. -Asegura lamiendo, sin embargo, la mejilla sudada y roja de Jimin. -Pero lo haré más tarde, ahora necesito que nuestras pollas dejen de doler.
-JungKook... -Quería que sonara a replica por su vocabulario o tal vez por posponer esa idea que tanto le había gustado de su lengua en su interior hasta llevarlo al orgasmo, pero más bien sonó como un grito desesperado a que lo follara duro.
Un gruñido grave y que retumbó con rebote en el pecho de Jimin cuando Jeon lo hizo, sus calzoncillos también rotos. Si Jimin estuviera en sus cabales agradecería a su madre que le hubiera preparado esa mochila con ropa, pero no era el caso. El pelirrosa solo deseaba saltar y enrollar sus piernas en las caderas de su Alfa para restregarse así contra su duro bulto, y eso hizo gimiendo fuerte en el oído contrario mientras lo lamía y mordía.
Su cuerpo rebota contra la cama cuando lo dejan caer en esta de golpe, mira a sus pies como Jeon se deshace de sus pantalones con manchas secas en la parte delantera. Recordar que se había corrido hacia menos de una hora solo masturbándose al escuchar su respiración y voz lo alienta más a perder la vergüenza. Joder que razón tenía su madre al decirle que sus aromas en exceso de sexo y excitación borrarían sus inseguridades.
