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Pasaron dos días sin peleas ni malentendidos, se podría decir algo insólito dados los constantes altibajos entre Adrien y Marinette. No obstante, de momento llevaban bien la convivencia, sustituyendo lo que antes eran extenuantes discusiones, por sesiones de besos fogosos y caricias osadas.

Era de noche y llovía. Ambos jóvenes estaban en el sofá de la sala de estar; la azabache se encontraba sentada sobre las piernas de su compañero, besándolo mientras él la atraía por la nuca y se aferraba a su cintura.

- Esto no está nada mal...- susurró el varón contra su boca, recorriendo con una suave caricia la espalda de la chica-. Aunque he de decir que... Me excita demasiado...

Ella suspiró al apartarse levemente para verlo a los ojos.

- ¿En serio? ¿Ni besando puedes dejar tu calentura de lado?

- Mm... ¿Es parte de la terapia?- la fémina enarcó una ceja y él lamió su labio inferior-. Bueno, también es porque... Es cierto...- la estudió con deseo-. Eres muy... Apetecible...

- Ya, seguro...

- Mari...

- Que sí, ya está...

- No, no está.- tomó su barbilla, obligándola a sostenerle la mirada-. ¿Por qué te menosprecias tanto?- ella suspiró con facciones inescrutables-. Tienes que aprender a confiar en ti misma; a reforzar tu autoestima...

- Eso es más fácil decirlo que no hacerlo.- replicó con desánimo.

- No digo que sea fácil...- susurró con voz suave, captando la atención de la joven-. Pero igual pienso que has de intentar quererte un poco más.- ella torció el gesto y el varón adquirió una actitud más descocada-. Sino mírame a mí: soy un bombón que más de una querría comerse.

Marinette lo vio con las cejas enarcadas, luego echándose a reír a carcajadas.

- Tú estás mal de la cabeza...

- Es posible.- se encogió de hombros-. Pero así me adoro...- la señaló con el dedo en la frente-. Y tú también deberías empezar a darte un poquito de amor.

- Claro.- se jactó con sarcasmo-. Porque soy toda una belleza...

- Al fin dices algo con sentido.

Las mejillas de la fémina adquirieron un tenue rubor, haciéndola bajar el rostro con un deje de timidez.

- E-eso no es cierto, yo soy... Normal.

- ¿De verdad lo crees...?- él la sujetó de los muslos, amarrándola más contra su cuerpo-. Entonces, ya que piensas así, contéstame a una pregunta...- alzó la pelvis contra su bragadura, provocando que un discreto jadeo escapara de sus carmesíes-. ¿Cómo es que, si tan normal eres, haces que mi polla se ponga así de dura...?

La joven tragó grueso, notando el calor intensificarse en su organismo al percibir las osadas fricciones de su compañero en su entrepierna.

- Se-será cosa de... L-la situación...

Él sonrió ladinamente, levantando su mentón para sumergirse en sus brillantes zafiros.

- Yo diría más bien que es porque eres preciosa...- ella fue a objetar, pero él se urgió en silenciar sus labios al colocar un dedo sobre estos-. Deja de buscar excusas...- delineó la comisura de su boca-. Simplemente... Déjate llevar...- se acercó a su oído, hablando en forma de susurro-. Experimenta...

Un escalofrío recorrió la columna de la chica, quién entrecerró los párpados mientras que poco a poco sus caderas se comenzaban a mover contra las del rubio.

🔞.Aᴅʀɪɴᴇᴛᴛᴇ.      •ᙓᥒᥴᥱɾɾᥲᑯᥲ ᥴoᥒ ຕɩ ᥱᥒᥱຕɩɠo•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora