Marinette estaba en la cama dormida bocabajo. Unas suaves caricias recorrían su espalda desnuda, haciéndola estremecerse y encoger el cuello cuando sintió unas cosquillas en la zona que la despertaron con una risita risueña.
- Buenos días, Princesa.- susurró su compañero cerca de su oído.
La azabache se dio la vuelta con una expresión somnolienta, tallándose los ojos para así ver claramente el semblante sereno del rubio.
- Buenos días, Gatito.- lo atrajo por la nuca, besando sus labios de forma mimosa-. ¿Te aburrías y decidiste despertarme antes de tiempo?
- Era eso o aprovecharme de ti mientras dormías...
- Pervertido.- lo regañó con una sonrisa traviesa, deslizando el dedo índice por su mentón-. Aunque... Hubiera sido interesante que lo hicieras...
Las facciones del varón adquirieron un aire más granuja.
- No me lo digas dos veces...- redujo más la distancia con su boca-. O la próxima vez no podré controlarme...
Sus respiraciones se mezclaban de una manera que resultaba casi imposible resistirse, mirándose con oscuro deseo.
- Por mí no lo hagas...- tragó saliva, bajando las manos por el torso descubierto de su amante-. A mí me encanta que seas... Un minino travieso...
Sólo de escuchar su voz, Adrien notó su cuerpo tensarse de pies a cabeza. Con el calor intensificándose en su organismo al contemplar la bella faz de aquella Afrodita de piel nívea y ojos azul cielo.
- Ah, ¿sí?- guio una mano hasta el sexo de la joven, filtrando los dedos por debajo la tela de las bragas para así deslizarlos por sus labios menores-. Joder...- gruñó con voz ronca, hundiéndose más en su cavidad-. Apenas te he tocado y ya estás mojada...
Ella se removió, alzando instintivamente las caderas y percibiendo así la protuberancia que se marcaba en el bóxer del chico.
- Y tú estás muy... Duro...- movió la pelvis de arriba a abajo, provocando que él se restregara en su bragadura.
- Contigo es imposible no estarlo...- arrancó sus bragas de un tirón, dejando a la joven completamente anonadada.
- ¡¿Qu-qué has hecho?!
- Lo siento, estoy un poco caliente.- se quitó la prenda inferior, no permitiendo que ella volviera a protestar que la besó con fiereza-. Prometo comprarte unas nuevas, pero ahora te necesito...- extendió la mano hacia la mesita de noche, rebuscando impaciente en el interior del cajón.
Marinette estaba ansiosa de continuar, besando el cuello de su compañero mientras él seguía intentando encontrar un puñetero preservativo.
- Adrien...- susurró a la vez que sus dedos exploraban su silueta desnuda-. El... Condón...- imploró cerca de su oído, tomando su miembro y masajeándolo con ansia.
- ¡Agh!- bufó exasperado, lanzando al suelo una caja vacía-. Se han terminado...
- ¿Có-cómo?- se exaltó ella, aún con los latidos alborotados-. Pero si teníamos...
- Ayer por la noche terminamos los dos últimos, ¿recuerdas?- la joven se mordió el labio inferior en un gesto frustrado-. Así que... O aplazamos lo de ahora, o...- sonrió perverso, perdiéndose en los zafiros de la fémina-. Probamos algo nuevo...
La muchacha lo observó con incertidumbre.
- ¿A qué te refieres con algo nuevo...?
Adrien se relamió, besándola con devoción a la vez que la hacía girar en el colchón. Siendo él quien quedaba tendido de espaldas, mientras que su compañera se acomodaba encima suyo.
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🔞.Aᴅʀɪɴᴇᴛᴛᴇ. •ᙓᥒᥴᥱɾɾᥲᑯᥲ ᥴoᥒ ຕɩ ᥱᥒᥱຕɩɠo•
FanfictionEn pleno siglo XXI un virus se expande por todo el mundo, provocando que la gente tenga que quedarse en sus casas para protegerse. ¿Quién diría que algo así podría llegar a ocurrir? En el mejor de los casos, uno se encierra con su pareja y/o familia...