③ 𝑯𝒂𝒃𝒍𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒕𝒖 𝒚 𝒚𝒐.

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Lara se encontraba sentada sobre un sillón del Devil's Nest cercano a una ventana, miraba a la lluvia caer, recuerdos inundaban su cabeza

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Lara se encontraba sentada sobre un sillón del Devil's Nest cercano a una ventana, miraba a la lluvia caer, recuerdos inundaban su cabeza.

— Es aburrido, ¿no? — habló una voz que reconoció de inmediato, se trataba de Greed, ella no contestó nada. Él se sentó a su lado. — Con esta lluvia no se puede salir sin mojarse, es molesto; y aquí dentro no hay nada interesante que hacer

— No me gusta la lluvia, siempre viene acompañada de desgracias e infortunio. — habló con voz distante y monótona

— ¿Por qué lo dices? — exclamó extrañado, nunca la había visto de esa forma, ella se veía apagada, deprimida.

Lo miró de reojo, nunca antes le había contado a nadie sobre su pasado, por eso dudaba entre si hacerlo o no.

— No me gusta hablar de eso, pero... haré una excepción esta vez. — hizo una pausa antes de comenzar a relatar sobre su vida y la razón de su odio a los días lluviosos.

Nací en la Ciudad del Sur, desde que era pequeña recuerdo que mi madre siempre hacía lo posible para que no estuviera en casa cuando mi padre tenía días libres, él era un importante investigador del ejército por eso casi no lo veía.

Un día lluvioso mi padre empezó a trabajar desde casa, entonces fue cuando me di cuenta de que cómo era en realidad, él reaccionaba con violencia a casi todo y trataba muy mal a mi madre, le decía cosas horribles e incluso llegó a golpearla.

Cuando tenía 10 años mi madre no pudo más y se fue, ella era muy dulce, amable y sincera. Por eso, si ella me quería como siempre decía, no logró entender porque me dejó allí y no me llevó con ella.

Mi padre explotó de rabia y fue con todo en contra de mí cuando se dio cuenta, antes también me agredía pero nunca había sido tan terrible como a partir de ese día, que también llovía.

Pasaron los años cada vez era peor, llegó un punto en que ya no podía más, intenté suicidarme pero al final no lo hice, no me atreví a hacerlo, no... realmente no quería hacerlo.

También estaba lloviendo en esa ocasión.

Hui de allí y viví en la calle durante bastante tiempo, fue difícil pero lo logré porque muchas personas me ofrecieron refugio, dinero, comida e incluso trabajo temporal, pero nunca me atreví a recibirlo en más de una ocasión ya que no quería abusar de esas personas, era evidente que no tenían mucho y aún así quisieron ayudarme.

Pasaron las semanas, entonces un día no encontré un lugar donde pudiera pasar la noche, por lo que sin otra opción, me senté a las afueras de un edificio que se encontraba cerca de un callejón, intenté dormir pero un tipo avaro me despertó.

Ella no notó cuando de sus ojos empezaron a escurrir lágrimas, ella intentó fallidamente calmarse y dejar de llorar.

— Lo siento, me puse sentimental. — exclamó intentando no hacer contacto visual con él, estaba avergonzada de romperse de esa manera.

Fue completamente inesperado cuando Greed la abrazó, él quiso consolarla aún si no sabía qué hacer y decir. Ella le agradeció internamente, aunque esa acción fuera pequeña para ella significó mucho.

Lara empezó a sentirse de una manera que no experimentaba desde hace mucho tiempo, cuando era pequeña, cuando sólo conocía el cariño que su madre le daba y no sabía de la peor parte de su padre. Se sintió querida.

Fue desde allí que empezó a quererlo.

Al romper el abrazo, ambos se sintieron avergonzados pero ninguno quiso demostrarlo. Su conversación se desvió hacia otros temas, hablaron durante horas; no lo sabían pero fue a partir de ese día en que ambos se volvieron más cercanos cada vez.

— ¿Cómo puedes tener 18? Pensé que eras menor, eres muy baja, enana.

— No me digas enana. Tú eres muy alto, eso hace que me veas más baja de lo que ya soy.

— Excusas.— declaró él.

— Si fuera más alta sería más atractiva... — susurró para sí misma.

— Siendo como eres te ves bonita.

Ella no esperaba que él la escuchara, sonrió tímidamente ante el halago que él le había hecho. Él apartó la mirada completamente ruborizado, nunca se había sentido avergonzado de coquetear con una mujer, pero para ese entonces ya podía comprender porque sólo con ella le ocurrían ese tipo de cosas.

Ya había aceptado que ella le gustaba.

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𝑳𝒂 𝒄𝒉𝒊𝒔𝒑𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒄𝒐𝒅𝒊𝒄𝒊𝒂 [Greed • FMAB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora