Forzada a Comprar un Esclavo Vampiro

Capítulo 43

Drake se quedó allí mirándome.

— Eh, ¿hola? ¿Bells? — inquirió y lo miré.

— ¿Sí? — respondí distante.

—¿Por qué no te estás preparando? — preguntó.

—Porque... — me detuve y mis ojos se dirigieron a Corey, quien me miraba con calma.

— ...no nos vamos a casar — habló Corey y Drake se rio.

— Muy gracioso, ahora vamos, mamá se está poniendo ansiosa — dijo sonriendo.

— Drake, lo digo en serio — declaró Corey y su sonrisa se desvaneció.

— ¿Qué, por qué? ¿Cuándo sucedió esto? ¿Por qué?

Ignoré sus preguntas, principalmente porque no sabía cómo responderlas y me puse de pie.

— Debería ir a decirle a mamá — mencioné.

— Bells, ¿qué demonios? — preguntó Drake, su voz sonaba confundida y ligeramente asustada — Corey, ¿qué está pasando?

Corey lo miró completamente relajado — Terminamos.

— ¡¿Qué?! ¿Estás bromeando?, por favor dime que estás bromeando.

— Estás más molesto que ella.

— ¿Por qué están terminando? ¿Por qué hoy exactamente? — inquirió, Corey se encogió de hombros y tomó un sorbo de café.

— Me di cuenta de algo que debí haberlo hecho hace mucho tiempo.

— ¿Y qué es eso? — preguntó Drake burlonamente.

— No es realmente importante".

— Claro que no lo es, ¿rompiste con ella? — preguntó, Corey asintió con la cabeza y Drake lo miró fijamente — Wow, Corey, supongo que te juzgué mal.

Salí de la habitación y bajé las escaleras. El mundo parecía brumoso, como si yo no estuviera realmente aquí, viviendo. Me detuve al pie de las escaleras, respirando un poco para aclarar mi cabeza, había una mezcla de emociones surgiendo dentro de mí en este momento, principalmente confusión que comenzaba a convertirse en un dolor sordo y muy fuerte. Sentía ganas de llorar, podía sentir las lágrimas al borde de mis ojos.

— ¿Arabelle? Ahí estás — sonó la voz de mi madre.

Miré y la vi caminando hacia mí, con una leve sonrisa en su rostro.

— Buenos días, querida ¿Cómo te sientes?

Horrible en este momento.

— Bien — respondí, sonriendo débilmente.

— Bueno, ahora, una vez que te duches, comenzaremos con tu cabello y maquillaje, yo...

— Mamá — la interrumpí.

— ¿Qué?

— Yo eh... no va a haber una boda — afirmé y ella me miró sin comprender.

— ¿A qué te refieres?

— Corey... él rompió conmigo.

Las palabras sonaron extrañas cuando las dije en voz alta.

— ¿Por qué? — preguntó preocupada y yo apoyé mi cabeza contra la pared.

— Lo siento — murmuré desesperanzada.

— ¿Qué? ¿Por qué lo sientes, querida?

— No te escuché a ti, ni a papá. Y se metieron en todos estos problemas...