Capítulo 14

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Aeryn y Satanás decidieron salir de la habitación para darles intimidad a Jason y Agnes. Ella cerró la puerta delicadamente detrás de sí, mostrando una sonrisa perversa a su marido. Seguidamente se acercó a él, le cogió por el cuello de su americana color ocre, y se aproximó a su oído.

- ¿Has conseguido el catalizador?

Al reclinar su cabeza hacia atrás pudo ver cómo Lucifer le guiñaba el ojo como respuesta a su pregunta. Por lo tanto, Aeryn le cogió de la mano para guiarlo a su habitación.

Cuando llegaron ella se apoyó de espaldas en la puerta mientras lo acercaba hacia sus labios ardientes de deseo. Satanás se dejó guiar por ella, dando comienzo a un rápido baile entre sus bocas que dio paso a gemidos y batallas de manos por desabrochar y eliminar, las barreras que impedían que sus cuerpos se tocasen. No obstante, Aeryn empujó el manillar de la puerta para continuar desatando el fuego de sus cuerpos en el interior del dormitorio.

Tras cruzar el umbral de la puerta, ella lo empujó a la cama con la mirada encendida. De modo que Satanás no pudo hacer nada más que admirarla desde ahí, mientras trepaba por encima de él hasta atrapar sus labios entre los dientes, consiguiendo arrancarle un gemido de puro placer.

Lucifer enloquecía cuando ella tomaba el control de la situación, le excitaba sobremanera la sensualidad que desprendía Aeryn con esa actitud. Sin embargo, él decidió colaborar bajándole un tirante de su vestido dejando así, un reguero llameante de besos. De modo que la temperatura de la habitación no hizo más que ascender.

Por otro lado, ella le quitó la americana y le abrió la camisa de par en par parando los besos de él. Comenzó en su cuello con una lentitud evidente que sólo consiguió volverle loco, y acabó en su ingle, dónde se entretuvo con el fin de provocarle todavía más. Y antes de continuar, le miró a los ojos poderosa y sugerente. Así pues, Aeryn hizo que Satanás se agitara bajo su piel, que profiriera una serie de gemidos incontrolados hasta que lo tuvo completamente en su poder.

Luego, él se incorporó para cogerla entre sus brazos a la vez que volvía a besar sus húmedos labios. La colocó sobre sí mismo durante varios segundos de besos bruscos y entrecortados, por el eco de aquel fuego que crecía dentro de ellos. Luego Lucifer giró sus cuerpos hasta quedar encima de ella. Fue entonces cuando se vengó de sus sucios juegos con su boca, besándola lentamente mientras bajaba por su cuerpo, ocasionando que cada contacto nuevo provocara que ella se estremeciera de placer con sus caricias.

Además, frustrándola inmensamente, volvió a subir por su vientre, dirigiéndose hacia sus senos. Allí se detuvo varios instantes mientras le arrancaba gemidos de placer jugando con sus pezones. Después, como había hecho Aeryn, bajó hasta su ingle culminando el recorrido de sus ardientes besos y haciendo que su cuerpo se arqueara de excitación.

Finalmente, los dos acabaron enredados en un baile con su ardiente pasión. Sus cuerpos desnudos, se fusionaron en uno mientras el fuego creciente les devoraba por dentro, hasta originar una explosión de placer en ambos que les dejó derrotados sobre las sábanas, de aquella habitación de la fortaleza de los ángeles negros.

Mas tarde, envueltos en la delicada tela de la ropa de cama no podían evitar sonreír victoriosos. Su plan se efectuaría a la perfección, y lo más importante, nadie se entrometería. Sabían que debían ser cautelosos con los pasos que daban, mas estaban ya muy cerca de conseguir todo lo que ansiaban, por lo que cualquier error podría tirar por Tierra todos sus esfuerzos.

-Lo más divertido del robo de hoy, ha sido ver cómo esos estúpidos ángeles híbridos creían que Victoria les estaba traicionando. Las cosas se van a poner muy feas para ella.

Las alas de AureaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora