Las alas de Aurea

Capítulo 25

Tras leer la misteriosa nota que pretendía alertarles, Oraculo se vistió rápidamente con el fin de reunirse con los demás. Debían decidir qué hacer, teniendo cuenta que iban intentar estropear sus planes. Así pues, salió decidida a llegar en un tiempo récord al gran salón de las amazonas celestiales.

Cuando atravesó el umbral se alegró de ver a Axel, de pie, junto al resto de ángeles. Lucía un aspecto enérgico y fuerte, por lo que, desde luego pensó, se había recuperado de su grave lesión. Y, por si fuera poco, todos aquellos con quien necesitaba hablar urgentemente, también se hallaban ahí mismo.

- Escuchad- alzó la voz atrayendo la atención de todos los presentes- he recibido una nota anónima. Alguien quiere avisarnos de que Satanás y Aeryn conocen nuestros planes.

Instantáneamente todos se tensaron al oír las palabras de Oráculo. Aunque la más rápida en reaccionar de manera resolutiva, fue Bellatrix, por supuesto. Ella se acercó a Oráculo, obviando aquella persistente atracción entre las dos, para coger dicha nota de las manos de su amante.

- Déjame ver- dijo severamente, sin siquiera esconder su malestar ante tales noticias.

- ¿Tienes algún otro plan? - preguntó Axel, albergando algo de esperanza ya que todo apuntaba a que estaban perdidos.

- La verdad es que no - lamentó el ángel de la providencia.

Después de leer la nota, Bellatrix se la pasó a Anima, y así se fue creando una cadena para conocer el contenido de aquel papel. Lo cual a su vez, produjo que todos sus lectores seguidamente se pusieran a pensar sobre el significado de las palabras, y por supuesto sobre otra alternativa.

- Lo más inteligente sería hacerles creer que han conseguido engañarnos, señora- se atrevió a proponer primero Anima.

- Yo también lo creo. Si les dejamos saber que sabemos que van a entorpecer nuestros planes, eso se convertirá en una masacre- la secundó Damian.

- Cierto. Además, ya sabemos lo sucio que pueden jugar- añadió Axel.

- ¿Y qué proponéis entonces? ¿Ir allí a perder el tiempo? Necesitamos algo para evitar que Agnes se vuelva totalmente demoníaca.

- ¿Y si les hacemos ir allí a perder el tiempo? - intervino Sarah- mientras unos les seguís la corriente, otros podemos ir en busca de Cupido. La nota dice que van a ocultarla, no la van a matar.

- ¿Cómo nos dividimos pues? - frunció el ceño Bellatrix.

- Oráculo, Damian y Anima que vayan oficialmente a visitar a Cupido- luego Sarah miró a su hermano- y Axel y yo encontraremos a Cupido.

- No. Es una completa locura- dijo Bellatrix airada- sois solo dos contra a saber quién esté vigilando a Cupido. Satanás y Aeryn tendrán mas ases debajo de la manga. No son tan estúpidos como para dejar a la única que nos puede ayudar, totalmente desprotegida.

-Bellatrix- suplicó Oráculo- sabes que es una gran idea. Así no levantaríamos sospechas.

-Exacto. Axel fue herido gravemente y no se esperan que ya se haya recuperado. Además, saben quién debe haber propuesto ir a ver a Cupido-le apoyó Sarah.

-Y Sarah conoce muy bien el sitio al que vamos. Es un buen plan- insistió Oráculo poniéndole una mano en el hombro a la vez que miraba suplicante a Bellatrix.

-Está bien, pero mandaré a algunas de miz amazonas con vosotros dos- cedió al fin Bellatrix.

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