Capítulo 29

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En el idílico jardín celestial de Cupido, Axel comenzaba a mover sus párpados regresando de aquel denso sueño en el cual se había sumergido antes. Lo primero que vio, fue a una mujer de oscuros cabellos carmesíes y ojos negros, que, en ese momento, le miraba con muchísima atención.

-Joven, ¿estás bien? – preguntó con suavidad.

Axel no respondió al ángel de las ánimas, sino que intentó incorporarse en el suelo lentamente. Se sentía mareado y desorientado, aparte de extrañado ya que no entendía cómo es que se había desmayado.

- ¿Qué me ha pasado?

- Mientras estabas inconsciente he visto que tenías una herida en la espalda. La he examinado y he descubierto que alguien te había apuñalado con sedante mágico de amapola y valeriana.

Aeryn. Ella le había acuchillado tan vilmente por detrás. Claro, ahora todo cobraba sentido. Aeryn no le había herido con intención de debilitarle, tal y como había creído; al contrario, le había inyectado un tranquilizante para dejarlo fuera de combate. Así le hacía las cosas más fáciles a Ethan.

-Espera... Si me han sedado con ese calmante, ¿cuánto he estado durmiendo?

-Apenas unos minutos. En este jardín he podido encontrar guaraná y ajedrea para elaborar un preparado que te despertara.

-Gracias, entonces. Por un momento pensaba que llevaba dormido semanas o meses.

-Como ves no ha sido así- sonrió delicadamente- a propósito, ¿por qué me ha secuestrado el hijo de Satanás?

- Sí, discúlpanos por eso- sonrió cohibido, y ante el gesto de incomprensión de ella prosiguió explicando- verás, Oráculo, Damian, Sarah y las amazonas celestiales y yo, queríamos venir a hablar contigo sobre algo importante. Pero alguien nos avisó de que Satanás y Aeryn lo habían descubierto, así que tuvimos que improvisar otro plan. Sarah y yo iríamos a hablar contigo, mientras los demás los distraían. Lo que no contábamos con que Ethan fuera a ser tu perrito guardián.

- ¡Ay, Sarah! ¿Te refieres a ese ángel blanco que vino a aprender cómo ser un ángel del guarda? - Axel asintió en respuesta- pero, a ver, no entiendo ¿Qué ocurre con Satanás y Aeryn?

Axel se rascó la sien sin saber por dónde comenzar a explicarle todo aquel embrollo.

- ¿Conoces la profecía de las Alas de Aurea?

-Por supuesto, no vivo tan apartada del Cielo.

- Bien, pues los tres hijos de los tres grandes ángeles del Cielo: son Destiny, Damian y Agnes, hija de Satanás y Aeryn.

-No conozco a esa última joven, pero supongo que ello lo desencadenó la infidelidad de Aurea con el propio diablo.

- Así es. Ella ha crecido en la Tierra, entre los mortales, sin tener idea de nosotros y de nuestro mundo. Entonces, sus padres la han secuestrado para cambiar su naturaleza original, la cual creemos que es demoníaca y angelical, y tornarla completamente diabólica para que así ella les entregue las alas.

-Dios mío, qué horror. Pero... ¿Cómo te llamas?

-Soy Axel.

-Bien, Axel. Para conseguir esas alas hace falta que Destiny y Damian también quieran dárselas.

-Lo sabemos. A Destiny la engañó Satanás para firmar un pacto con él, y luego Damian...no sabemos qué tienen preparado para él.

Las alas de AureaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora