Jason y yo habíamos pasado toda la mañana disfrutando el uno del otro, rememorando cómo habían sido nuestros días juntos en la Tierra. Únicamente habíamos estado separados durante dos semanas, pero al menos para mí, habían parecido meses a causa de todo lo que había pasado ahí en el Cielo. Mas aún había cosas que todavía no había podido asimilar en tan poco tiempo; por ejemplo, que Jason fuese un ángel negro.
Su presencia era surrealista a la vez que agradable en aquel mundo de ángeles, profecías y mentiras. Ese momento a su lado parecía más que un sueño que la realidad, pero tampoco iba a quejarse.
-Todavía no me creo que seas un ángel negro- le dije mirándole apoyada en su pectoral izquierdo.
-Si te soy sincero, tampoco sabía que eras un ángel, y mucho menos hija de Satanás y Aeryn. Puede que creas que todos en el Cielo sabíamos de tu existencia, lo cual es cierto, pero no sabíamos quien eras en realidad. Quiero decir que nadie sabía cuál era tu verdadero aspecto.
Arrugué la nariz extrañada.
- ¿Mi verdadero aspecto? - sonreí divertida.
-Sí. Verás, los ángeles rumoreaban que eras un demonio con alas de ángel, que eras un ángel con alas demoníacas, que eras una sirena con alas de ángel, ... Por eso no creía que tú fueras aquel misterioso ángel que todo el mundo buscaba- con delicadeza me apartó el rebelde mechón de pelo que amenazaba con ocultar mis ojos de ella.
-Vaya sorpresa, eh. Después de tanto tiempo buscándome y resulta que todo este tiempo había estado a tu lado. – reí.
-Mas bien, qué decepción- bromeó él guiñándome el ojo.
- ¡Oye! – grité mientras me incorporaba para colocarme encima de él- ten cuidado con lo que dices.
Desde abajo, me miraba con un brillo especial en los ojos, y la sonrisa que formaron después sus labios, me cautivó por completo. No obstante, continué manteniendo mi posición sobre él: con las manos a los dos lados de su cabeza y mis piernas encerrando sus caderas, con cuidado de no hacerle daño en su herida.
Entonces Jason se incorporó cuanto pudo, buscando mis labios, sediento. Yo, sin embargo, no dejé que los atrapara echando la cabeza ligeramente hacia atrás.
- ¿Estás decepcionado de verdad?
-Para nada. Ya sabía de lejos lo fuerte y poderosa que eres, y ahora ya sé por qué.
Agaché mi cabeza hacia la suya, acariciando sus labios con los míos, con suma delicadeza. En cambio, Jason quería más. Así pues, me acercó lo máximo que pudo, sin que yo llegase a presionar su herida con mi cuerpo. Empezó a besar lentamente, y luego incrementó el ritmo conforme la excitación en ambos comenzaba a aflorar en nuestros cuerpos.
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En el hogar de las amazonas celestiales, Axel descansaba en la enfermería de estilo militar. Tras horas de un dolor infernal, las enfermeras habían conseguido eliminar la ponzoña demoníaca del cuerpo del joven ángel blanco. A pesar de toda la morfina y otras sustancias tranquilizantes que le había suministrado, el ángel no había podido evitar sentir cada instante del proceso de curación, entre delirios y aullidos de dolor.
Interrumpiendo su sueño, Oráculo, Sarah, Damian, y Bellatrix entraron en la enfermería. La hermana de Axel aceleró su paso con gran urgencia por abrazar a su hermano. Había tenido mucha suerte habiendo sido traído a la morada de las amazonas celestiales. Aquel tipo de heridas causadas por espadas cómo la de Satanás, eran sumamente letales para los ángeles; aunque en el mejor de los casos (si se puede considerar así), la ponzoña que desprendida del filo, acababa transformándote en un demonio.
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Las alas de Aurea
ParanormalLa verdad significa poder. El amor separación. La familia, caos. La normalidad, cambio. Agnes creía que era una chica normal y corriente(del motón). Jake pensaba que había perdido a su hermana. Agnes creía tener una familia. Poder y de...