||•Minho•||
Mi mano comenzó a bajar en dirección a su entrepierna.
¿Debía apretar? ¿Frotar? Seria más divertido pegarle pero tenía que hacerle olvidar que me equivoqué en mi edad falsa.
Comence a acariciar su erección evitando el contacto visual con él.
Él no hacía nada más que mirarme fijamente. No soltaba suspiros de placer ni mucho menos gemidos. ¿Acaso yo lo estaba haciendo mal?
Se acercó a mis labios y dejé de acariciar su erección.
- N-no besos -Tartamudeé escondiendo mi cara en su cuello- porfavor.
Sí, tampoco había dado un beso en toda mi vida, básicamente era la persona más virgen que podía haber en Seúl.
- Está bien, no besos -Habló con tranquilidad mientras acariciaba mis cabellos- sigue, me gustan tus movimientos.
Mis ojitos brillaron al escuchar sus palabras. ¿Entonces si lo estaba haciendo bien y le estaba gustando?
Seguí acariciando su erección por encima de el pantalón durante algunos minutos hasta que escuché un suspiro pero de cansancio de su parte.
- ¿Es lo único que sabes hacer? Pensaba que tenías experiencia -Me miró con seriedad.
No me atrevía a ir más allá de toques encima de la ropa.
- Yo-... ¡Yo sí tengo experiencia! -Levanté un poco la voz y como pude lo di vuelta quedando yo encima suyo.
¿Que hago ahora? Solo quiero salir de aquí llorando de los nervios que tengo.
Me agaché a la altura de su abdomen y comencé a dejar un camino de besos hasta que llegue a su entrepierna en donde levante mi vista mirándolo con un gran sonrojo en mis mejillas.
Con rapidez deje un pequeño beso en su entrepierna.
- Chupalo.
Mis ojos se abrieron de par en par y mi cara enrojeció completamente de la vergüenza que sentí al escuchar sus palabras.
- Y-yo... -Tartamudeé agachando la mirada con nerviosismo.
- ¿Tu qué? -me miró esperando una respuesta.
Simplemente bajé sus pantalones con lentitud dejándolo solo en boxers.
Esa cosa si que era grande.
- ¿Vas a quedarte mirando mi pene? -dijo demasiado directo.
Realmente Jisung era un hombre poco tolerable.
Cerré mis ojos y comencé a bajar con lentitud sus boxers.
No quería abrir mis ojos.
- Te dije que chupes.
Apreté mi labio con enojo al escuchar eso.
- Parece que realmente no tienes exper-... -lo interrumpí metiendo todo su miembro en mi boca- Mh~
Mis movimientos eran muy torpes, casi nunca me masturbaba porque lo consideraba poco necesario asique imagínense lo poco que se sobre hacer un oral.
- Minho, Dios~ -Suspiró.
Tomó de mis cabellos y comenzó a mover mi cabeza de arriba hacia abajo.
Seguí con el oral hasta que me hizo parar.
- Déjame penetrarte -Habló tomando mi cintura.
- No voy a tener sexo contigo, solo voy a hacer que te vengas y listo -Susurré limpiando mi boca con la manga de mi camisa.
- Eres aburrido, Minho -Rodeó los ojos.
- O es un oral o es quedarte con la erección y esperar a que baje sola -Lo miré fijamente.
- Prefiero tener sexo con Yuqi si es así.
Frunci el ceño al escuchar sus palabras.
- ¡Entonces ve con Yuqi! No esperes que yo complazca tus ganas de sexo. Pudrete y no vuelvas a buscarme para este tipo de cosas -Me levanté de la cama y me acerqué a la puerta para irme.
- ¡Espera! -Dijo haciéndome detener mis pasos- Lo haces jodidamente mal, Yuqi tiene mucha más experiencia que tu -Habló a mis espaldas.
Sin tomarme el tiempo de responderle termine de salir de su habitación y me dirigí a la mía.
Quizás ahora el pensaba que yo era un fácil pero ya tuvo algo de lo que quería así que como se quitó las ganas espero que no vuelva a molestar.
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Jefe Han | Hanknow
De Todo- Desvístete. - ¡N-no haré eso! - Estás aquí sólo para recibir ordenes. en donde Minho no tiene trabajo y consigue uno como sirviente en la gran mansión Han. Aviso: En esta historia hay mucha diferencia de edad y maltratos. si sos débil con ese tema...
