||•Minho•||
- Realmente no te conozco ni un poco -comence a hablar de nuevo al ver que el permanecía en silencio mirándome- No sé mucho sobre tus padres -Lo miré a los ojos- no conozco nada de ti y tampoco quiero hacerlo, pero por favor -suspiré- si naciste en cuna de oro y siempre cumplieron todos tus caprichos quiero decirte que no todas las personas van a actuar con miedo al recibir tus amenazas, no todos van a salir corriendo para hacer lo que a ti se te plazca solo porque tienes un par de billetes de más en tu bolsillo.
Noté cómo su mirada se convirtió en una triste.
- Pero eres débil -Se acercó hacia mi- lo noto en tus ojos. Puedes tener los mejores argumentos, puedes expresarte sin importarte lo que te haga pero... -Sonrió y se acercó a mí cara- Todos tenemos puntos débiles y yo voy a encontrar el tuyo simplemente para sobornarte con facilidad -rió- aún así sin saber tu punto débil puedo ver que el contacto físico te asusta, Te vuelves muy vulnerable. Puedes demostrarle al mundo que nada te hiere pero seamos realistas -Se acercó a mí oído y susurró- tu padre te hirió mucho, ¿estoy en lo correcto?
Mi piel se erizó al escuchar sus últimas palabras.
Bajé la mirada y apreté mis labios.
- Vete de mi habitación -susurré.
Esta vez sin quejas simplemente se fue de mi habitación.
Me recosté en mi cama y comencé a llorar. Jisung tenía razón, todos por más fuertes que seamos teníamos un pequeño punto débil que por más de que intentemos esconderlo es notorio cuando tocan ese tema.
Mi madre me tuvo a los trece años, era demasiado joven, no tenía las fuerzas suficientes como para darme a luz gracias a que no estaba desarrollada al ser tan joven. Aún así logramos sobrevivir los dos pero de grande me puse a pensar y realmente la realidad es que era un bebé cuidando a otro bebé.
Estoy más que seguro de que nací gracias a una violación.
Unos toques en mi puerta me interrumpieron y decidí abrir.
- ¡Bangc-... -Levanté mi tono de voz con felicidad al ver al jardinero parado frente a mi.
- shhh, no grites -Susurró el pálido- entré aquí a escondidas de todos.
Sonrei y limpie mis anteriores lágrimas.
- pasa -Hablé en tono bajo.
Bangchan entro a mi habitación y se sentó en mi cama. Yo cerré la puerta con llave para que no entren y vean a Bangchan aquí dentro.
- Dime qué te dijo Jisung -Me miró con seriedad- lo vi salir de tu habitación y ahora estás con los ojos llorosos -murmuró bajando la mirada- Minho, no te conozco p-pero eres muy genial y me siento muy bien cuando hablo contigo -suspiró- solo hablamos dos veces pero... No lo sé. ¿Quieres ser mi hermanito menor? -Habló con una leve sonrisa.
Chan era realmente genial.
- Por más de que sean años de diferencia siempre seré el más evolucionado mentalmente así que no quiero ser tu hermanito menor -sonrei.
- Dijiste que tienes la misma edad que yo -ladeó su cabeza.
¿Por qué siempre la cagaba cuando se trataba de mi edad falsa? debo meterme en la cabeza que aquí en esta casa tengo veintidós.
- Y-yo...
- ¿No tienes veintidós? -Se levantó con asombro de la cama.
- Yo... Yo, la verdad no tengo veintidós -Bajé la mirada.
¿Y si él le decía a Jisung mi edad Real? Debo decirle que si tengo veintidós. No quiero quedarme sin trabajo.
- Es broma -Rei forzado- tengo veintidós, solo quería ver como reaccionabas.
Chan comenzó a reír también y me sentí aliviado.
- Por un momento pensé que tenías diecisiete o por ahí -Dijo entre risas.
- Q-que idiota, ¿Cómo tendría diecisiete? -Reí con él.
Mierda.
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Jefe Han | Hanknow
عشوائي- Desvístete. - ¡N-no haré eso! - Estás aquí sólo para recibir ordenes. en donde Minho no tiene trabajo y consigue uno como sirviente en la gran mansión Han. Aviso: En esta historia hay mucha diferencia de edad y maltratos. si sos débil con ese tema...
