||•Minho•||
Por más de que intenté retenerlas, aquellas lágrimas se desbordaron de mis ojos y terminaron cayendo por mis mejillas.
Ahora me encontraba solo, sin hogar, sin familia. Aquella dulce señora era todo para mí.
Mi madre era lo único por lo cual seguía luchando día tras día.No cumplí su sueño de viajar a Paris, nisiquiera pude pagarle una mísera cena.
Éstos días intenté convencerme a mí mismo de no quebrar, intenté convencerme de que ella solo quiere lo mejor para mí por más de que ya no esté en éste mundo.
Lastimosamente alentarme a mi mismo no sirvió en lo más mínimo ya que ahora me encontraba llorando desconsoladamente mientras veía cómo su ataúd era guiado a un profundo pozo.Quería lanzarme, quería volver el tiempo atrás simplemente para decirle que me estaba esforzando para poder sacarla de aquél horrible lugar en donde vivía con el asqueroso hombre que se hacia llamar "mi padre".
Quería darle un último abrazo, un último beso. Quería decirle que realmente me encontraba orgulloso de ella, de todo lo que soportó sólo por mi.
Ser consciente de qué tu madre murió por tu culpa no es algo agradable.
Sabía que desde ahora las oscuras noches iban a abrazarme con intensiones de susurrar a mi oído un montón de razones por las que mi madre murió gracias a mi.
Ella ya no estaría para decirme que lo hice bien, ella ya no estaría para disciplinarme, las llamadas nocturnas a escondidas de mi padre ya no serían algo del presente, ya nada seria como antes, ahora estaba solo.
- ¡No! -Grité haciendo el amague de impedir que su ataúd toque el fondo del pozo.
Era algo poco lógico, aunque quisiera, no podía detener que su ataúd llegue hasta el final, pero mi corazón no podía con tanto.
Mi corazón no quería dejarla ir.- Tranquilo, ya está -Susurró abrazándome por la espalda.
- No quiero que se vaya, no quiero que me deje sólo, por favor, no dejes que la entierren -Sollozé tapandome los ojos.
- Yo estoy aquí para ti, ¿bueno?
Tomó mi cintura para luego dejarme frente a él.
- Mírame, quítate las manos de la cara -Acarició mi espalda.
Luego de escucharlo le hice caso. Su voz me guiaba, era una voz suave que sólo quería escuchar hasta que pase el temblor de emociones que sentía en mis adentros.
- Muy bien -Felicitó sonriente- Tranquilo, todo va a estar bien -Sus manos limpiaron las rebeldes lágrimas que aún resbalaban por mis mejillas.
Sin pensar mucho, me lancé a abrazarlo escondiendo mi rostro en su pecho.
No tenia tiempo para recordar que Jisung era un desgraciado que sólo pensaba las cosas con intenciones obscenas.
Quizás sólo me estaba equivocando, él estaba actuando tan bueno, tan accesible.
Realmente no sabía el porqué de su comportamiento pero en cierto punto me gustaba, me gustaba tener aunque sea a alguien apoyándome en un momento desolado y frívolo como este.(...)
Ya no quedaba nadie, sólo estábamos yo y Jisung frente a la tumba de mi difunta madre.
Observé su bello nombre marcado en la lápida y solté un suspiro entristecido.
Hice un paso hacia adelante intentando acercarme a la tumba pero Jisung me lo impidió.
- sólo quiero despedirme -susurré cabizbajo.
Él sin rechistar soltó mi cintura dejándome libre.
- Hola mamá, perdón por no haber estado ahí para ti.
¿Sabes qué? Conseguí un muy buen trabajo, me pagan bien y no es un labor pesado.
Gracias por todos los consejos, por todos los años de protección, de disciplina.
Eres la única persona que me conoce completamente, eres la única que lo va a hacer. Ahora solo quiero despedirme, pero quiero asegurarme de decirte que estoy orgulloso de ti, y ahora me toca hacerte sentir orgullosa a ti de mi.
Que descanses en paz, espero que estés en un lugar mejor en donde las maldades no te atormentan.Dichas esas últimas palabras dejé el ramo de flores en la tierra y me levanté del suelo sacudiendo un poco mis pantalones.
Mordí mi labio inferior reteniendo el nuevo llanto que amenazaba por salir.
- No te calles, suelta todo lo que tienes dentro, estoy aquí para consolarte -Habló a mis espaldas.
A pesar de encontrarme completamente devastado, agradecía una y mil veces de tener a un Jisung amable justo a mi lado.
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Jefe Han | Hanknow
Losowe- Desvístete. - ¡N-no haré eso! - Estás aquí sólo para recibir ordenes. en donde Minho no tiene trabajo y consigue uno como sirviente en la gran mansión Han. Aviso: En esta historia hay mucha diferencia de edad y maltratos. si sos débil con ese tema...