||•Minho•||
Mire por la ventana de mi habitación.
Recordé cómo mi padre lastimaba físicamente a mi madre y solté un fuerte suspiro.
"- ¡Suéltame por favor! No te enojes conmigo, solo era una pregunta"
La voz de mi madre resonaba por mi cabeza una y mil veces
"-Los vecinos de enfrente están peleando -Decia el vecino- ¡Llamen a la policía, el hombre le quiere tirar un ladrillo en la cabeza a la mujer! -hablo con desespero el anciano."
Mi padre había sacado a mi madre de la casa arrastrándola de los pelos cuando ella estaba durmiendo plácidamente.
Mi madre tenía solo un camisón y al arrastrarla por el vecindario sus piernas y brazos se raspaban.
"-Ven niño, no tienes que ver esto -Habló la esposa de el anciano tomándome entre sus brazos."
Pero era muy tarde, ya todo había quedado grabado en mi mente.
"-En serio perdón, no era mi intención, no lo volveré a hacer -Le decía mi padre a mi madre."
Ella estaba sentada en la cama con la cara ensangrentada gracias a los golpes de mi padre.
Pero si ella no lo perdonaba, ¿A dónde iría? Ella solo tenía diecisiete, era menor de edad y yo solo tenía cuatro años.Ella no tenía apoyo de su familia y la pasaba peor con sus padres que con el mío. Ella no tenía salida, ella era oprimida.
Con el tiempo me di cuenta de que ella solo fue con mi padre para escapar de los malos tratos que recibía en su casa pero siguió recibiendo malos tratos cuando se escapó con mi padre.
Crecí en un ambiente no muy bonito, ver a tu madre llorar todos los días por un hombre infiel y golpeador no era algo bonito.
"-Perdon por no saber defenderte mami -Acaricie sus cabellos."
"-Solo tienes siete años hijo, yo puedo defenderme sola."
Era mentira, el hombre tenía más fuerza que la mujer y por más de que mi madre intentara defenderse de los golpes de mi padre sería imposible.
Mi padre había comenzado a ir todos los que a la igleisa, sus golpes hacia mí madre ya no existían pero sus insultos seguían.
¿Por qué se burlaba de esa forma de Dios? No se si el existe pero si realmente existiera ¿Para qué perdía tiempo de su vida yendo todos los domingos si su actitud nunca cambiaría?
- Minho -Escuche que alguien tocaba la puerta de la habitación que me habían dejado.
Abrí la puerta y era la madre de Jisung con una bandeja en mano.
- Traje un pedazo de tarta para que comas, debes de tener hambre -Se sentó en la orilla de mi cama y yo me senté frente a ella en una de las sillas que habían ahí dentro.
- Muchas gracias señora, no tendría que haberse preocupado -le sonreí.
- ¿Por qué tienes los ojos llorosos? -me pregunto y acarició mis cabellos- ¿Estas triste por algo? ¿Jisung te dijo algo hiriente? Si es así te llevo como sirviente a mi casa para que estés más a gusto -Se ofreció.
- No, solo estaba recordando un par de cosas pasadas -le sonreí con pena- Cosas sobre mi familia.
- Puedes contarme si gustas pero come un poco porque es muy temprano y debes estar hambriento -Me entrego un plato con tarta de chocolate y le di un bocado.
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Jefe Han | Hanknow
Acak- Desvístete. - ¡N-no haré eso! - Estás aquí sólo para recibir ordenes. en donde Minho no tiene trabajo y consigue uno como sirviente en la gran mansión Han. Aviso: En esta historia hay mucha diferencia de edad y maltratos. si sos débil con ese tema...