Destined for an early grave [joerick] -ADAPTACIÓN-

Memorias.

―...Despertando ahora...

―... iremos pronto, él llegará mañana...

Los fragmentos de conversación flotaban por encima de mí. Yo estaba caliente. Bueno, todo menos mi brazo. Algo suave y helado me rozó la frente.

―¿Estás despierto, gatito?

Eso hizo abrir de golpe mis ojos, despejando el letargo. Me traté de incorporar, pero un agarre firme me lo impidió.

―No te muevas, cariño, dale a la sangre unos minutos para circular.

¿Sangre? Con unos pocos parpadeos Joel se enfocó a la vista.

Todavía tenía manchas rojas por todo el cuerpo, pero su mirada se mantenía estable. Eso me tranquilizó hundiéndome de vuelta a donde había estado, que al parecer era escondido en su cobijo. Dos bolsas de plasma vacío, una aguja hipodérmica y un catéter estaban junto a él.

―¿Dónde estamos?

―En una camioneta camino a Londres― respondió. ―¿Recuerdas el ataque?

―Recuerdo haber visto bastante plata saliendo de ti para financiar los planes de la universidad de alguien― contesté, mirando a su alrededor para encontrar a Mencheres y a otros cuatro vampiros con nosotros. ―Podrías haber muerto. No vuelvas a hacer eso.

Un soplo de la risa se le escapó. ―Eso es sustancioso, viniendo de quien vació casi toda su sangre en mí.

―Había demasiada plata en ti para sanar. ¿Qué se suponía que hiciera, sentarme y verte morir?

―Y esos hombres armados podrían haberte volado la cabeza― fue su tranquila respuesta.

―¿Quiénes eran? ¿Consiguieron escapar?

Me toqué la mejilla. No dolía. No había sido solo sangre humana lo que Joel me había dado. Yo podía sanar más rápido que las personas promedio, pero sólo la sangre de vampiro podría reparar huesos rotos así de rápido.

―Lo siento, cariño― murmuró Joel. ―Casi consigo que te maten al entrar en un callejón sin salida de esa manera estúpida.

―¿Cuántos murieron?

―Tres de los seis murieron.

Había más que auto-culpa y tristeza en su voz, sin embargo. Yo no podía precisar qué.

―Los ghouls que nos atacaron, y que estaban sangrientamente bien armados, como sabes. Inmediatamente después de que te fuiste conmigo, alrededor de otros ocho vampiros se unieron en la lucha.

―Por lo menos la ayuda vino― Sonreí a Mencheres. ―Gracias.

La boca de Joel se torció. ―No fue la gente de Mencheres la que vino en nuestra ayuda. Nuestros rescatadores probablemente me hubieran atacado después si Mencheres no hubiese llegado, finalmente con respaldos.

Tal vez la nueva sangre no había llegado a mi cerebro todavía, porque yo no entendía.

―Si no eran tu gente, ¿de quién eran?

―Fuimos seguidos por dos grupos de personas― Joel lo resumió.

―Los ghouls, y la gente de Javier, sospecho. Él debe haberse cansado de tratar de alcanzarte a través de los sueños y optó por la forma más física, la de un secuestro.

No se me escapó notar que Mencheres no había dicho una palabra.
―¿Qué opinas sobre esto?

Me miró. ―Cuando lleguemos a donde Spade, estaremos en un mejor entorno para continuar con esta conversación.