Conviérteme en vampiro

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―¡Puto!

El primer golpe me sacudió antes incluso de que supiera quien lo había arrojado. Otro le siguió, y luego otro. Trate de defenderme, pero mis brazos no se estaban moviendo. Tampoco mis piernas. Me tomo un segundo darme cuenta porque. Estaban atornillados al piso. Javier se arrodillo a mi lado, golpeándome sin piedad.

―Te arrepentirás por eso ― logré decir tan pronto se detuvo.

―¿Me estas amenazando? ― Un golpe brutal a mi estómago me encorvo tanto como las abrazaderas metálicas me lo permitieron. Maldita sea, ¿quién dijo que no se podía sentir dolor en tus sueños? ―Yo soy tu esposo, aunque no merezcas llamarme así, ¡puto traidor!

De repente los golpes cesaron, y Javier me acarició la mejilla. ―¿Chèri, porque haces esto? ¿Porque te empeñas en hacerme enojar? Tu sabes que debo castigarte por tu adulterio, pero me duele hacerlo.

Me las arregle para reí a pesar del dolor. ―Oh seguro. ¿Esto te duele más a ti que a mí, no? Eres el cabrón más grande del mundo, Javier.

―¡Harás lo que yo digo! ― Ese falso tono dulce se había ido. Me dio la espalda golpeándome cada dos palabras. ―Regresaras conmigo ahora mismo, o desearas haberlo hecho.

―Adelante. ¡Enséñame todo lo que tienes! He sido golpeado y torturado antes, pero contigo, todo desaparece tan pronto como abro mis ojos. Tu no me asustas, Javier.

Me tomó del pelo, tirando con tanta fuerza que sentí mechones arrancándose. ―Si lo dejas convertirte en vampiro ― siseo, ―Me aseguraré que sufras. ¿Me has entendido?

Lo mire. ―Cuando tenía dieciséis, solías importarme. Cuando recupere mi memoria, una pequeña parte de mi todavía lo hacía. Ahora, sin embargo, y Dios es mi testigo, te juro que te mataré. ¿Me has entendido?

Me golpeó tan fuerte que todo se volvió negro, pero su carácter se volvió a mi favor, porque me devolvió a la realidad. Escuche una voz ansiosa.

―¡Gatito, despierta!

Joel me estaba sacudiendo. Mi mejilla me dolía ligeramente, y supe que no era un dolor residual de los golpes de Javier. Joel había estado haciendo algo más que sacudirme.

―Detente, he tenido suficiente de ser golpeado ― murmuré, tratando de alejar sus manos.

El no me soltó, pero dejó de sacudirme. ―¿Te estaba golpeando? ¿Estabas llorando en sueños porque te estaba golpeando?

Me senté, tirando las mantas sobre mí y tratando de sacudir los remanentes del sueño. Los dolores fantasmas se estaban disipando con cada segundo. ―El estaba molesto.

Joel gruñó bajo en su garganta. Todo su cuerpo estaba tenso. ―Solo dormiste alrededor de una hora, pero ¿debería mantenerte apartado, no? ¿O todavía tienes esas píldoras? No puedo soportar la idea de él abusando de ti si te duermes de nuevo.

―Nada de píldoras. ― Hice una mueca al recordar cómo me hacían sentir. ―Javier nunca viene a mis sueños dos veces en una noche o día, creo. Creo que necesita mucho poder para hacer el primer encuentro, y necesita tiempo para descansar antes del otro.

―El no tendrá otra oportunidad― dijo Joel con voz sombría.

No, porque más tarde esta noche, sería convertido en un vampiro. Por eso estaba Javier tan enfadado. Él sabía que perdería acceso a mí una vez que sucediera. Bye, bye, Javier. Espero que duermas bien. Sé que yo lo haré.

Joel beso la parte superior de mi cabeza. ―Entonces trata de dormir, cariño. Pronto esto habrá terminado.

No, pensé. No habrá terminado hasta que mate a Javier. Y una vez que sea vampiro, estaré un paso más cerca de hacerlo. 

Destined for an early grave  [joerick]    -ADAPTACIÓN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora